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Después de un corto recorrido en bus, llegamos al Kamei Arena Sendai. Siempre había escuchado sobre este estadio deportivo, pero jamás tuve la oportunidad de entrar, ni siquiera a ver los partidos que se llevan a acabo en sus canchas.
Todos estaban muy motivados, sobre todo porque se podían escuchar conversaciones ajenas hablando del Karasuno, "el gigante caído", "las aves sin alas". A nadie le gusta que lo subestimen, pero esta era la oportunidad para que demuestren que se equivocan.
— Bien, nuestro primer partido empieza en 20 minutos y será contra el Tokonami. — dijo el entrenador mientras llagábamos a la sala común.
Los chicos se empezaron a preparar mientras Kiyoko y yo íbamos a recepción para averiguar en que cancha nos tacaría estar para el partido.
— Hay demasiada gente — dije mientras caminaba al lado de la pelinegra.
— Es el inicio de la temporada, es normal. ¿Ves a ese tipo de allá? — me preguntó señalando a un chico con uniforme blanco con verde veronés.
No parecía de preparatoria, tenía una espalda ancha y era bastante alto. Pero lo que más llamaba la atención hacia él, era su mirada. Ese chico no tenía cejas.
— Que espeluznante. — dije en un susurro que solo llegaría a los oídos de Kiyoko.
— Es uno de los muros de acero de la preparatoria Dateko. — dijo la pelinegra con voz baja. — La última vez que jugamos contra ellos fue en Marzo. Y en pocas palabras, destruyeron al equipo.
— Si los chicos ganan el primer partido, se enfrentarán a ellos, ¿verdad? — le dije mientras regresábamos con los del club.
— Si, solo espero que, no logren quebrarlos esta vez. — Ya estábamos a pocos metros y Kiyoko se acercó al profesor para brindarle toda la información.
Ya era hora del partido, todos se posicionaron en la cancha mientras yo los veía desde las gradas. Se les notaba el nerviosismo desde lejos. Pero las ganas de jugar aún más. Y claro, todos vienen a ganar.
El partido empezó y el Karasuno obtuvo el primer punto.
No pasó mucho tiempo para que ellos terminaran ganando el primer set. El equipo de Tokonami era bueno. Pero el nuestro era mucho mejor. En medio del segundo set podía ver como más personas se acercaban a ver a los chicos jugar.Era una novedad que el Karasuno tenga buenas técnicas de ataques y defensa. Pero el que más llamaba la atención era ese pelinaranja.
Karasuno logró pasar su primera ronda de eliminación ganando 2 - 0.
Bajé a felicitar a mis amigos, todos estaban muy contentos y el ambiente era muy animado en este lado de la cancha. De la nada, escuchamos un sonido de silbato indicando la finalización de un juego. En la cancha de al lado se encontraba el equipo de Dateko. Quienes también habían pasado la primera ronda. Nuestro siguiente partido sería contra sus muros de acero.
— Bien, nuestro próximo partido será en 2 horas. — dijo Daichi acercándose a todos junto con el entrenador.
— Tengan un ligero almuerzo y no dejen de calentar. — terminó por decir el entrenador para alejarse con el profesor Takeda.
Eso me hizo recordar que aún tenía que entregar los postres que traje. Volteé mi vista a todos lados y solo pude divisar a Asahi y a Tsukishima.
Me acerqué al ultimo mencionado sacando el pastel de mi mochila.
...
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El primer partido estuvo relativamente sencillo. Anotábamos puntos con facilidad y sus remates eran simples, así que pude bloquear la mayoría de ellos.
— Tsuki, iré al baño rápido. — dijo Yamaguchi mientras se alejaba. — Nos vemos en el comedor.
— Okey. — le respondí y cargué mis cosas para ir a almorzar, pero una voz me detuvo.
— ¡Ey rubio! — giré para ver a la ojiverde acercarse a mí.
— ¿Qué pasó? — le pregunté mientras ella buscaba algo en su mochila.
Sacó un envase medio transparente y me lo dio. Al acercarlo a mí pude distinguir el contenido de este.
¿Por qué ella....
— Ayer mi madre preparó pastel de fresa y... recordé que te gusta mucho. — Shizuka trataba de hacer contacto visual pero mi vista aún seguía puesta en el postre que sostenía en mis manos.—Espero lo disfrutes. Por cierto, ¿haz visto a Yamaguchi?
Esa pregunta me sacó del transe y la miré.
— Se fue al baño hace un momento. — le dije mientras la analizaba completamente. Era la primera vez que me quedaba mirándola por tanto tiempo.
Ella traía el cabello suelto con un pequeño gancho amarillo en el. Su piel blanca hacía resaltar el verde esmeralda de sus ojos. Traía el uniforme deportivo y la chaqueta puesta, pero el cierre de esta solo estaba enganchado en la parte inferior, dejando una gran apertura de la cintura para arriba.
— Bueno, supongo que lo esperaré. — dijo para luego ser llamada por Hinata Y Kageyama quienes se encontraban un tanto lejos.
— ¡Shizukaaa!, ¿vienes? — le gritó el enano y la castaña le asintió con la cabeza.
— Nos vemos luego Tsukishima. — dijo para luego alejarse poco a poco.
Giré en dirección al comedor y empecé a caminar.
¿Qué había sido eso?
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