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Un dulce sabor a mango recorría mi boca, la hora del receso era una de mis favoritas ya que podía degustar los buenos postres de mi madre. Tenía frente a mí a esos dos amigos saboreando lo mismo que yo, les dije que iba a compartirles cada vez que podría y así lo hacía. Se les notaba en el rostro que les había gustado, de igual forma, necesito preguntarle para confirmar.
— ¿Qué les pareció? — dije terminando el último trozo de cupcake que me quedaba.
— Está demasiado rico, Shizuka.— dijo el pecoso para luego voltear hacia su amigo, a lo que este solo asintió.
— Gracias.— les dediqué una gran sonrisa y empecé a guardar todo en mi lonchera.
— Por cierto, Tsuki y yo queríamos saber si quisieras hacer el proyecto con nosotros. — volteé a mirar a Yamaguchi y este se veía algo avergonzado.
Hasta ahora no me había preocupado por eso ya que aún faltan 3 semanas, sin embargo, sería bueno tenerlo listo antes.
En un instante pensé que haría el trabajo con Rin pero la pelinegra nunca me lo preguntó, y yo tampoco a ella. Así que...
— Está bien. — el timbre sonó y me acomodé en mi sitio. — en la clase seguimos viendo eso.
Fue lo último que dije para empezar con la tortuosa clase de matemática. Sin duda es la que más odio, me cuesta entender las fórmulas grandes. ¿Cómo es posible que sepa yo sepa en que momento debo usar tal método u otro? Es algo en lo que jamás destacaré, no como mi padre. Él es un ace en todo lo que tenga que ver con números, solía ayudarme pero, por el tiempo que le dedica al trabajo es complicado coincidir.
La siguiente clase era de ciencia, el día de hoy el maestro nos iba a dictar toda la información y requisitos acerca del trabajo grupal. Luego de eso me volvía juntar con los que ahora eran mi grupo y terminamos repartiéndonos las partes. Cada uno realizaría dos puntos de investigación y finalmente lo terminaríamos uniendo todo la próxima semana. Era un trabajo que se entregaría digitalmente, pero no íbamos a desaprovechar una excusa para poder juntarnos un fin de semana.
...
— ¡Ya llegué! — dejé las llaves de la casa a un lado de la entrada y me cambié el calzado.
— Ume, ¿Cómo te fue hoy? — Mi madre se encontraba viendo televisión con Zeus echado en sus piernas.
— Bien, hoy el entrenamiento terminó más temprano de lo habitual. — me saqué todo lo que traía encima y me senté al lado de ella.
— ¿Y eso?. — dijo pausando su novela de Netflix.
— El entrenador tuvo que retirarse a hacer unas cosas de su trabajo y le dijo a los chicos que también aprovecharan en descansar. — presté atención a la sinopsis que salía en la gran pantalla. — ¿Otra vez estás viendo eso?
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𝐒𝐓𝐄𝐍𝐃𝐇𝐀𝐋 -𝑻𝒔𝒖𝒌𝒊𝒔𝒉𝒊𝒎𝒂 𝑲𝒆𝒊-
Romanceεïз 𝑳𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒂 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔. 𝑪𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒐 𝒅𝒆𝒕𝒂𝒍𝒍𝒆, 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂 𝒂𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒚 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊ó𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒐𝒎𝒆𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒖𝒏 𝒑𝒓𝒐𝒑ó𝒔𝒊𝒕𝒐. εïз 𝑻𝒐�...