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— Escuché que el equipo de volley perdió contra Aoba Johsai. — Rin se acercó a mí mientras dejaba sus cosas en su mesa.
— Así es, debiste verlos, jugaron super bien. — le respondí sin quitar mi vista de mi cuaderno de apuntes.
— Al menos llegaron al segundo día. Nosotras no pudimos ganar ni el primer partido.
Hace un par de días que no conversaba con la pelinegra. Me contó que en su primera eliminatoria les tocó un equipo muy fuerte. Lamentablemente su entrenamiento no fue suficiente para anotar más de 5 puntos en todo el juego. Pero ella no se veía tan afectada, se lo toma más como un pasatiempo que otra cosa.
Las clases pasaron con regularidad. Empezaba a prestarles más atención y realizar buenos apuntes ya que los exámenes finales se iban acercando. Nunca bajé de un 7 en mis calificaciones, pero es mejor prevenir que lamentar.
El timbre del receso sonó y junté mi mesa con la de Rin. Hoy no iba a salir con sus amigos del club, así que nos pusimos a almorzar como solíamos hacerlo antes. Estuvimos poniéndonos al día sobre todo lo que había pasado en estas semanas. Le comenté sobre los postres de mi madre por si algún día quisiera pasarse por mi casa a probarlo. Aceptó inmediatamente, no solo por la comida, si no por los dos gatos que tenía. Ella es amante de los animales, pero su padre es alérgico a los pelos así que es imposible que pueda tener alguna mascota que no sea un pez.
Terminé de comer y me di cuenta que de nuevo me había olvidado traer mi botella de agua. Guardé todas mis cosas y salí del salón.
En la anterior clase nos dijeron que teníamos que hacer un trabajo grupal que sería entregado en 3 semanas. Eso me inquieta un poco, prefiero hacer todo tipo de trabajos individualmente ya que así puedo tener más control y asegurarme que esté perfecto. Pero de esta no me podía escapar.
Por estar perdida en mis preocupaciones no me doy cuenta que dejé de mirar al frente. De la nada siento como choco con alguien haciendo que me tambalee hacia atrás.
— Lo siento. — dije inmediatamente para luego mirar hacia arriba. — Ah, eres tú.
— ¿Qué quieres decir con eso? — respondió el rubio con un tono de molestia. — Aunque sea yo igual deberías querer disculparte.
— Pues eso hice, ¿no? — fue lo último que dije para empezar a caminar.
— ¿A dónde vas?
— A la máquina expendedora, tengo sed. — Tsukishima solo me miró por unos segundos para luego posicionarse al lado mío.
...
— Yamaguchi quiere ir al gimnasio después de clases.
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𝐒𝐓𝐄𝐍𝐃𝐇𝐀𝐋 -𝑻𝒔𝒖𝒌𝒊𝒔𝒉𝒊𝒎𝒂 𝑲𝒆𝒊-
عاطفيةεïз 𝑳𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒂 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔. 𝑪𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒐 𝒅𝒆𝒕𝒂𝒍𝒍𝒆, 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂 𝒂𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒚 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒂 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊ó𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒐𝒎𝒆𝒔 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒖𝒏 𝒑𝒓𝒐𝒑ó𝒔𝒊𝒕𝒐. εïз 𝑻𝒐�...