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Se odiaba.

Las lágrimas cayeron como una cascada por sus mejillas y sus uñas se enterraron de manera dolorosa sobre su piel, incluso pudo ver la sangre gotear por los rasguños en su cuello.

Se sentía ahogado.

Las personas a su alrededor mintieron mucho, algunas mentiras piadosas, otras mentiras burlescas, mentiras de felicidad pero también estaban las mentiras dolorosas.

Se sentía sucio.

Los recuerdos de esos días con el otro omega lo empezaron a atormentar, las caricias en su cuerpo empezaron a quemar, ardía como si su piel estuviera en llamas, los besos en su cuello se empezaron a sentir incómodos y la necesidad de borrar algo que ya no existía era abrumador.

Se sentía utilizando.

Creyó ciegamente en los sentimientos del más joven, creyó en las palabras susurradas de aquella última noche, le confío una parte de él a la persona equivocada.

Se sentía triste.

Había empezado a comprender sus sentimientos, amaba a Taehyung, la duda no estaba en su corazón cada vez que estaba al lado del alfa, incluso su corazón latía como loco cada vez que sentia su toque, se sentia como el adolescente que fue hace años.

Y creyó que estaba empezando a sentir lo mismo por Jungkook, su corazón revoloteaba como una mariposa cada vez que lo veía sonreír, su piel hormigueaba cada vez que sus dedos se rozaban y su omega ronroneaba como un cachorro cada vez que su aroma llegaba a su nariz, creyó que podia intenta algo más que una amistad.

Incluso se lo había dicho a Taehyung, había sido honesto con su esposo sobre sus revoloteados sentimientos y el alfa lo había entendido, Taehyung le prometió que iba a pensar sobre una relación abierta donde estuvieran los tres con la condición de que nunca dejará de amarlo.

Y él se lo prometió bajo la luna llena como una promesa de vida mientras recibía una vez más la mordida de Taehyung en su nuca para demostrarle al mundo que tenía un alfa. Le prometio a su esposo hacerlo feliz y crear su familia junto a Jungkook después de terminar su gira.

Ambos habían echo planes para crear una familia con Jungkook involucrado.

Pero...

Pero al parecer, fue parte de un divertido juego de Jungkook.

¿Te divertiste?.

Es lo que quería gritarle cuando lo escuchó pero lo único que hizo fue darse la vuelta y huir hacia el único lugar donde se sentía a salvó.

—Por favor, abre la puerta Namjoon-ah.— rogó la voz al otro lado de la puerta. Sus uñas rasgaban la madera con desesperación para poder llegar al Omega que gritaba de dolor al otro lado.

—Joonie... Por favor, por favor, abre la puerta, déjame entrar.— gimió de manera dolorosa mientras caía al suelo y golpeaba con su puño la madera.

Podía escuchar cada jadeo, cada grito y cada llanto, le dolía el corazón ante los gritos desgarradores de Namjoon, su lindo y pequeño Namjoon estaba tan destrozado.

Los recuerdos de aquella noche llegaron a su memoria y no pudo evitar arañar la puerta con desesperación. El miedo que empezó a sentir le recordó el mismo miedo que sintió años atrás.

Un joven Namjoon con el corazón roto, encerrado en una habitación donde se encontraban varios frascos de pastillas que una vez fueron utilizados para tratamiento.

No quería recordar el asqueroso aroma a hospital cuando arrastró un cuerpo casi sin vida mientras la sangre goteaban de sus dedos fríos.

—Namjoon, ¡Namjoon! ¡Por favor! ¡Abre la puerta! Por favor...— la sola imagen de ese recuerdo le hizo jadear mientras las lágrimas caían por sus mejillas. La desesperación en su voz se podía escuchar por toda la casa.

[ Entre Omegas ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora