Vladimir Sokolo

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- ¿Hiciste lo que te pedí? - dice el hombre frente a mí, mientras se lleva el porro a la boca y lo enciende con calma.

- No entiendo por qué estás tan interesado en esa mujer,- respondo con desdén, cruzándome de brazos.

Él exhala una bocanada de humo y me observa fijamente, su expresión oscura pero segura. - Esa mujer es muy valiosa, Bladimir.Así que más te vale jugar bien tus cartas. Necesitamos tenerla en nuestras manos.

Lo miro, notando la pérdida momentánea en su mirada y la sonrisa que asoma en sus labios. Esa sonrisa apareció por primera vez cuando ella se dio a conocer. Recuerdo perfectamente el día en que su nombre inundó las noticias, el regreso de una mujer que había logrado lo impensable durante años. Mi padre, normalmente imperturbable, quedó cautivado al instante.

- Lo haré bien, no te preocupes,- digo, dándome media vuelta para irme, aunque su advertencia sigue resonando en mi mente.

- Recuerda,- insiste, su voz firme como una orden, - esa mujer es la única que tienes prohibido llevar a la cama.

Me detengo un momento, soltando un suspiro de frustración. - Lo sé. No has dejado de recordármelo desde que me encargaste este asunto.

El silencio entre nosotros se vuelve pesado. Sé que la orden de mantener la distancia con ella no es simplemente una regla. Hay algo más, algo que mi padre no me ha dicho. ¿Qué es lo que realmente teme? ¿Qué poder tiene esa mujer sobre él?

Sin esperar una respuesta, salgo de la habitación, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre mis hombros. La imagen de ella, la mujer que ha hecho tambalear a mi padre y que ahora está bajo mi vigilancia, se queda grabada en mi mente. No puedo evitar preguntarme si estaré a la altura de la tarea... y si podré resistir la tentación de descubrir por mí mismo qué la hace tan peligrosa.


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- Quiero que hagas algo,- le digo a la mujer frente a mí, con un tono que no admite discusión.

- ¿Qué es?- pregunta, con una expresión que oscila entre curiosidad y cansancio.

- Quiero que investigues a una mujer. Su nombre es Elizabeth Rinaldi.

- ¿La arquitecta que ha salido en las noticias?

- Sí.

- ¿Ya te interesaste en ella?- pregunta, su tono cambia a uno de curiosidad insatisfecha. - ¿Será tu nuevo juguete?

- No es de tu incumbencia,- respondo con enojo, el hecho de que se meta en mis asuntos me irrita. - Solo haz lo que te pido.

Ella frunce el ceño, visiblemente molesta e irritada por mi respuesta. Sin decir una palabra más, se levanta de la silla con un movimiento brusco y se dirige hacia la puerta.

Mientras tanto, saco mi teléfono y reviso la escasa información disponible sobre Elizabeth Rinaldi. La información es mínima, y no encuentro nada que explique por qué mi padre tiene un interés tan marcado en ella. Miro la última fotografía que hay de ella y me detengo en sus ojos verdes esmeralda. Hay algo en esos ojos que me resulta inquietantemente familiar, como si ya los hubiera visto en algún otro lugar.

IMPERIO OCULTO ( La sombras de la mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora