La caravana de camionetas se detiene frente a una de mis bodegas, una que pertenece a la mafia de La Rosa Roja (RR). Al bajar, veo a mis soldados esperándome, alrededor de 100 hombres en posición, listos para recibir órdenes. Mis hermanos, Leonardo y Massimo, están conmigo, al igual que mis soldados principales, Marco y Marisa.Desde que salí del edificio, no he dicho una palabra. Siento el peso de sus miradas, sé que todos tienen preguntas, especialmente después de lo que vieron y la tensión palpable entre nosotros.
— Conéctate con el hacker — le ordeno a Lucía mientras bajo de la camioneta. Ella obedece de inmediato, abriendo su laptop y estableciendo una videollamada para mantenernos al tanto de la situación.
El ambiente está cargado de tensión. Leonardo, visiblemente confundido y molesto, se adelanta y me enfrenta.
— ¿Qué fue lo que pasó ahí adentro? — su voz tiene un filo que me advierte que su paciencia está al límite. — ¿Por qué los Vitale están contigo?
Sus palabras caen como un martillo, pero mantengo mi compostura. Sé que la presencia de Marco y Marisa ha levantado sospechas. Respiro profundamente, consciente de que esta conversación no puede esperar más.
— Hay muchas cosas que no entiendes, Leonardo — respondo, manteniendo mi tono neutral pero firme. — Los Vitale y yo tenemos asuntos que resolver, pero no te equivoques, todo esto sigue bajo mi control. Marco y Marisa están aquí porque, aunque no lo creas, sus intereses están alineados con los nuestros en este momento.
Leonardo frunce el ceño, claramente frustrado por la falta de explicaciones claras. Sabe que algo más está ocurriendo, pero aún no conoce toda la historia. Miro a Massimo, quien también parece inquieto, pero más cauteloso que su hermano.
— Hay demasiadas cosas en juego ahora — añado, mirando a los dos. — Lo que descubrimos en ese edificio cambia todo. Y aunque quisiera poder confiar en ustedes completamente, no puedo revelar más por el momento. Todo a su tiempo.
Mientras Lucía termina de configurar la videollamada, mi mente sigue trabajando a toda velocidad. No solo tengo que lidiar con los secretos que han salido a la luz, sino también con la incertidumbre de quién está detrás de todo esto.
— Mi señora — dice la voz distorsionada del otro lado de la pantalla.
— Dime, ¿pudiste rastrearlos? — pregunto, manteniendo la calma aunque siento la tensión acumulándose en mi pecho.
— Fue complicado — responde el hacker. — La señal parecía provenir de diferentes países, lo que hizo que mi trabajo se volviera más complejo. Pero si me das unas horas más, podré tener la ubicación exacta.
Suspiro, intentando procesar la información mientras la fatiga y el estrés comienzan a pasarme factura.
— Está bien... ¿y sobre lo otro?
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IMPERIO OCULTO ( La sombras de la mafia)
Roman d'amourHe escuchado que 'el pasado siempre vuelve', y no importa cuánto intentes ocultarlo, siempre encontrará la forma de atormentarte. Construí mi imperio en las sombras, impulsado por una necesidad de venganza que no comprendía del todo. Pero cuando el...