Capitulo 21

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Verla admirar el lago es algo que no me canso de hacer

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Verla admirar el lago es algo que no me canso de hacer. Hay algo en su forma de estar en silencio, de perderse en sus propios pensamientos, que me fascina. Elizabeth es un misterio, uno que me tiene atrapado. Nunca he conocido a una mujer como ella. Tan cerrada, tan calculadora, que a veces parece que tiene todo bajo control, incluso en sus momentos de quietud.

Me saca el lado curioso, lo admito. ¿Qué es lo que pasa por su mente? ¿Qué es lo que tanto guarda detrás de esa fachada tranquila? Muy pocas veces la he visto salir de su caparazón, y cuando lo hace, es solo porque se siente acorralada, amenazada. Es en esos momentos cuando muestra una chispa de la verdadera Elizabeth, esa que guarda bajo llave. Y eso, esa fortaleza oculta, es lo que me tiene queriendo conocerla más.

No es fácil. Sé que acercarse a ella implica riesgos, pero, maldita sea, algo en mí quiere descubrir cada rincón de su alma, entender lo que la hace ser quien es.

— Pareces un maldito acosador — murmura, sin apartar la vista del lago. Su voz es suave, pero cargada con esa precisión cortante que siempre usa cuando me quiere mantener a raya.

Me río entre dientes, cruzándome de brazos mientras la observo.

— No es acoso si tú sabes que estoy aquí — respondo, sin perder la calma. Siempre me ha divertido su habilidad para leerme, aunque finja no darle importancia.

Ella no se inmuta, sus ojos aún fijos en el agua, como si lo que le rodea fuera insignificante. Ese control que tiene sobre sí misma, esa forma de no permitir que nada ni nadie la afecte… es lo que más me intriga de ella.

— Entonces, ¿qué es? — pregunta, con la misma tranquilidad, sin girar la cabeza.

— Curiosidad, quizás. — Me acerco un poco, sabiendo que no me detendrá. — Quiero saber qué pasa por tu mente, Elizabeth. No puedo evitarlo.

Finalmente, gira apenas el rostro, sus ojos se clavan en los míos, y por un segundo, veo esa chispa, esa intensidad que siempre esconde.

— Hay cosas que es mejor no saber, Marco — dice, su tono frío, impenetrable.

Pero eso solo me hace querer saber más.
...

Me encuentro en la cocina, cortando algunos vegetales mientras el sonido de la sartén caliente llena el aire. Me quité el saco y me arremangué la camisa, listo para preparar una cena decente después de un día largo. Habíamos decidido viajar hoy, viernes por la noche, para poder aprovechar el sábado, relajarnos y regresar el domingo por la tarde. Ese era mi plan, al menos.

Pasé por ella a su oficina después del trabajo, casi obligándola a venir conmigo, aunque sabía que no pondría demasiada resistencia. Elizabeth siempre parece tan ocupada, tan encerrada en su mundo de números y decisiones, que un fin de semana lejos parecía lo más adecuado.

Mientras revuelvo la sartén, me pregunto si este fin de semana será como lo imagino. La conozco lo suficiente para saber que siempre tiene algo oculto bajo esa mirada tranquila, y aunque no lo diga, seguramente hay algo rondando en su cabeza. Pero estoy decidido a que este viaje sea diferente, a que baje la guardia, aunque sea por un día.

IMPERIO OCULTO ( La sombras de la mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora