Capitulo 24

341 34 1
                                    

"Al llegar a la ciudad, bajo del coche y me dirijo a uno de mis hoteles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Al llegar a la ciudad, bajo del coche y me dirijo a uno de mis hoteles. Entro con calma, saludando a algunos empleados y actuando como si este fuera mi destino final. Todo está perfectamente planeado. Mi llegada aquí no es más que una distracción.

Después de hacer el check-in y recoger las llaves, subo a la suite que ya he reservado con antelación. Me aseguro de que me vean lo suficiente para que cualquiera que esté vigilando crea que realmente me quedaré aquí. Recorro la habitación, mirando por la ventana, observando la ciudad que se extiende ante mí. El tiempo es clave.

Cuando estoy segura de que he dejado la impresión que quería, abandono la suite por la puerta trasera, utilizando un acceso privado que solo algunos conocen. Mi verdadero destino está a kilómetros de aquí, en un lugar más seguro, donde nadie sabrá que me encuentro. Este hotel es solo una fachada, una distracción para los ojos que me siguen.

El camino es largo, el tiempo parece alargarse mientras me dirijo a mi sede principal, la casa de seguridad de La Rosa Roja. Mi casa. Pocos saben de su existencia, y menos aún conocen su verdadera importancia. Este lugar no es solo un refugio; es un bastión, un templo de secretos que resguardo con mi vida.

Aquí, entre estas paredes, hay algo —o alguien— que debo proteger a toda costa. El destino de muchas personas, incluidas las mías, depende de la seguridad de este lugar. Cada rincón, cada pasillo, guarda las verdades más oscuras de mi organización. Nadie fuera de mis círculos más cercanos ha puesto un pie en este santuario, porque los que resguardan este sitio son los más leales, los más fieles a mí y a lo que represento.

En esta casa no necesito máscaras. Aquí soy La Rosa Roja, sin sombras ni disfraces. Mi identidad no se oculta tras velos de misterio, porque los que protegen este lugar saben perfectamente quién soy y lo que soy capaz de hacer para mantenerlo seguro. No necesito palabras para comunicar mi autoridad; basta con mi presencia. La lealtad de estos hombres y mujeres no es algo que se compre o se negocie. Ellos han jurado su vida a mi causa, y yo, a cambio, les ofrezco la mía.

Mientras me acerco a las puertas de la casa, siento el peso de lo que está en juego. Aquí, en este lugar, donde el silencio es más denso que el aire, mis planes más oscuros y mis secretos más profundos permanecen seguros. Nadie sabe lo que realmente sucede dentro de estas paredes, y así debe seguir siendo. Porque en este mundo, el poder no solo se mide por lo que tienes, sino por lo que eres capaz de proteger.

Mi parada en la casa es breve. Solo dejo lo esencial antes de salir de nuevo. Aunque es de mañana, el silencio lo envuelve todo, y la casa parece dormida, descansando junto con aquellos que la habitan. Aquí no hay urgencias visibles, pero el tiempo es implacable, y mi agenda no se detiene.

Después de una ducha rápida, me cambio de ropa. El vapor aún cubre el espejo, pero no me detengo a mirar. No hay tiempo para reflexiones ni distracciones. Tengo una reunión importante, y cualquier minuto perdido puede costar caro.

IMPERIO OCULTO ( La sombras de la mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora