Bajo de la camioneta, observando la cantidad de hombres que nos rodean, todos con sus armas apuntando en nuestra dirección. La tensión en el aire es palpable, y puedo sentir cómo cada uno de mis músculos se tensa, preparado para cualquier cosa.
—Entreguen las armas —ordena el hombre que está al frente, su voz firme y autoritaria. Lo miro, estudiándolo. Supongo que es el que lidera al grupo.
Me permito una sonrisa irónica, sin apartar la vista de él. —No sabía que nos tenían miedo —respondo con una calma que desmiente la situación. Siento la adrenalina recorrer mi cuerpo, la familiar emoción del peligro acercándose.
Los ojos del hombre se estrechan, claramente irritado por mi comentario. —No es miedo —replica, dando un paso hacia adelante— Solo seguimos ordenes
Miro a mi alrededor, evaluando rápidamente nuestras opciones. A pesar de la amenaza evidente, no puedo evitar sentir una chispa de diversión. Este enfrentamiento podría ser justo lo que necesitamos para obtener la ventaja que buscamos.
—¿Y qué tal si hablamos en lugar de pelear? —sugiero, aunque la provocación está clara en mi tono. —O, ¿quizás eso también les da miedo?
El hombre me observa con una mezcla de desconfianza y desprecio, pero puedo ver que mis palabras han hecho mella. Aquí es donde el juego se vuelve interesante.
—Desármenlos —ordena el hombre al frente, su voz firme y sin vacilación.
Un grupo de hombres se acerca rápidamente hacia nosotros, sus intenciones claras y las armas listas. Puedo ver cómo Marisa se tensa a mi lado, su expresión endureciéndose con una molestia evidente. Giovanni, siempre cauteloso, me lanza una mirada significativa que podría interpretarse como un "te lo dije". Él es más reacio a tomar riesgos innecesarios, pero sabe que no hay vuelta atrás ahora.
—Tranquilos —digo, levantando una mano para calmar a mis compañeros, aunque no hago ningún movimiento para entregar mis armas. Mantengo mi mirada fija en el líder del grupo, estudiando cada uno de sus movimientos, cada cambio sutil en su expresión. —No hemos venido a empezar una guerra... todavía.
Uno de los hombres se adelanta para quitarme el arma. Lo dejo acercarse lo suficiente antes de actuar. En un movimiento rápido, agarro su muñeca y la giro con fuerza, obligándolo a soltar su pistola con un grito ahogado de sorpresa.
—¡Basta! —ordena el líder, su voz cortante y llena de autoridad—. Sabes muy bien que tienes todas las de perder.
Marisa suelta una carcajada baja, su irritación transformándose en una especie de diversión irónica. —¿Y quién lo dice? —responde con una sonrisa desafiante, disfrutando del desafío.
Giovanni suspira, pero permanece en silencio. Sabe que la situación ya ha escalado.
Miro al líder una vez más, manteniendo mi expresión calmada y fría. —Entonces, ¿por qué no hacemos esto de una manera más civilizada? Solo quiero conocer a su líder —sugiero, aunque la provocación sigue presente en mi tono.
ESTÁS LEYENDO
IMPERIO OCULTO ( La sombras de la mafia)
RomanceHe escuchado que 'el pasado siempre vuelve', y no importa cuánto intentes ocultarlo, siempre encontrará la forma de atormentarte. Construí mi imperio en las sombras, impulsado por una necesidad de venganza que no comprendía del todo. Pero cuando el...