He escuchado que 'el pasado siempre vuelve', y no importa cuánto intentes ocultarlo, siempre encontrará la forma de atormentarte. Construí mi imperio en las sombras, impulsado por una necesidad de venganza que no comprendía del todo. Pero cuando el...
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Han pasado tres días desde aquel incidente, pero la sensación de inquietud no me ha abandonado. La imagen de aquellos hombres, armados hasta los dientes y organizados de una manera que solo un grupo con experiencia podría manejar, sigue rondando mi cabeza. ¿Quiénes eran? ¿Quién les estaba dando órdenes? Estas preguntas se han convertido en una especie de obsesión para mí.
He comenzado a indagar, utilizando todos los contactos y recursos a mi disposición. No puedo dejar que esto pase desapercibido; el peligro es real y podría volverse una amenaza, no solo para mí, sino para los Moretti también. Este no es el tipo de situación que se ignora o se deja pasar. Si esos tipos están detrás de nosotros, debemos saberlo cuanto antes.
El problema es que la información no fluye tan fácilmente como me gustaría. Las calles están llenas de rumores, pero nada concreto. Algunos dicen que es un grupo nuevo tratando de marcar territorio, otros piensan que es una vieja deuda que ha vuelto para cobrarse. Pero nada de eso explica por qué nos atacaron esa noche o por qué parecían tan decididos a encontrarnos.
La castaña sigue rondando mis pensamientos también. No he tenido contacto con ella desde entonces, pero su presencia en ese caos y la forma en que manejó la situación me dice que sabe más de lo que aparenta. Tal vez debería buscarla, intentar sacar algo de información. Pero también sé que acercarse a alguien así puede ser peligroso. No tengo claro de qué lado está o cuáles son sus verdaderas intenciones.
El tiempo corre, y cuanto más tardo en obtener respuestas, más vulnerable nos volvemos. Si hay una amenaza en las sombras, necesito sacarla a la luz antes de que sea demasiado tarde. La seguridad de los Moretti, y la mía propia, depende de ello.
—No encontramos nada —dice Giovanni entrando en mi despacho con una expresión de frustración.
—¿Fueron al edificio? —pregunto, dejando de lado los papeles que tenía frente a mí.
—Sí, pero ya han comenzado la limpieza del lugar. Están removiendo escombros y los cuerpos ya no están —responde, cruzando los brazos.
Siento una punzada de frustración. La evidencia más clara de lo que ocurrió esa noche se ha esfumado, pero algo en el tono de el me hace pensar que tiene más que decir.
—¿Te contactaste con los Moretti? —pregunto, esperando que tal vez hayan podido obtener algo de información adicional.
—Aún no —dice, aunque parece estar considerando algo—. Pero hay algo que llamó mi atención.
—¿Qué? —indago, notando el brillo de intriga en sus ojos.
—Hace unos momentos, una nueva empresa que se está instalando en la ciudad lanzó un comunicado —dice, mirándome fijamente, esperando mi reacción.
—¿Y eso qué tiene que ver? —pregunto, frunciendo el ceño, sin entender cómo esto podría estar relacionado.
—El comunicado decía que ellos habían sido los responsables del derrumbe, ya que habían adquirido el lugar para comenzar con una nueva construcción.
