CHAPTER 9

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Tras la crisis ansiosa que sufrió Winter, logró calmarse mientras escuchaba música de sus artistas favoritos, sin embargo, eso no redujo su dolor. El pecho y la cabeza le dolían fuertemente pero sabía que todo era emocional y que debía mantener la calma si no quería perder el control otra vez.

Desde el sofá podía sentir la claridad del sol asomarse por la ventana; no había podido dormir. Suspiró pesadamente y se frotó los ojos con rabia porque se sentía frustrada. ¿Por qué le importaba tanto Jimin? ¿Qué tenía de especial? ¿Por qué se sentía tan bien junto a ella pero al separarse sentía que moría? No podía comprender nada.

Se sentía muy débil pero como pudo caminó hasta su habitación en donde se tiró en la cama y miró hacia el techo pensando en qué podía hacer. Sin embargo, logró unir dos cosas importantes en ese momento: las palabras de Giselle y las palabras de Karina. Si lograba aceptarse y aceptar que le gustaba Karina; podría estar mejor para ayudar a la pelinegra. Lamentablemente Winter no conocía el amor propio y su ente solo se centraba en esa chica hermosa de ojos preciosos y sonrisa contagiosa.

Decidida a seguir adelante, tomó una ducha y al salir se miró en el espejo, algo que poco hacía pero quería comprobar que tan mal se veía y efectivamente, daba asco. Al salir del baño, se vistió con ropa sencilla y se dispuso a producir música como era de costumbre.

Esa tarde su madre le dió la charla sobre la universidad y que debía asistir a esta pero Winter no quería hacerlo, no le agradaba la idea sin embargo accedió. Si iba a estudiar en la universidad, sería psicología pero no pudo elegirla porque "no da dinero" así que optó por informática.

Cuando terminó de hablar con su madre, decidió salir para toma aire fresco a pesar de que le dolía el pecho y le costaba respirar; no se sentía bien. Por inercia entró a la cafetería de su preferencia y se sentó en una mesa apartada frente a la ventana en dónde se dedicó a ver como la gente pasaba de un lado a otro.

-Buenas tardes, bebé. -Minjeong sabía perfectamente de quien se trataba, nadie más le llamaba de esa forma. Su rostro se iluminó así que se giró para verla.

-Buenas tardes, bebé. -Respondió de igual forma y apesar de todo su dolor, le sonrió a Karina con mucho cariño.

-Te ves cansada, ¿Estás bien? -Por un momento Winter pensó que la pregunta era estúpida, sin embargo, solo tomó la mano de la mayor y asintió.

-Estoy bien. -Fue lo último que pudo decir antes de que Karina siguiera con su trabajo no sin antes decirle que le esperara porque ya casi salía de su turno.

Minjeong la miraba con admiración y mucho amor para ser honestos, era como si Karina brillara en medio de toda la oscuridad y la guiara a algo completamente desconocido que parecía ser mágico. Definitivamente, Winter estaba flechada por esa chica y necesitaba aceptarlo para estar en paz consigo misma.

Media hora más tarde, ambas caminaban sin rumbo fijo mientras comían un helado. Algo que a la mayor le encantaba y disfrutaba mucho. A decir verdad, Karina parecía una niña pequeña y Winter quien se encargaba de ella.

-Tus labios son lindos, me gustan. -Afirmó la mayor mientras se detenía lentamente en un sitio apartado del resto, Winter se detuvo y negó.

-Tus labios son mucho más-

Winter no pudo seguir hablando porque Karina había puesto un poco de helado en sus labios  y se acercó en silencio. La menor solo se limpió los labios sin darse cuenta de la cercanía de Karina y esta repitió su acción anterior de poner helado en sus labios; Minjeong volvió a limpiarse sin entender. Karina volvió a poner helado en sus labios.

-Tienes helado en los labios, bebé, debes tener cuidado. -Y sin decir nada más, Winter se paralizó al sentir los labios de la mayor moviéndose con mucha delicadeza.

La pelinaranja tocó el cielo con solo ese acto, no fué un beso pero si muy cerca de ello y no pudo evitar sonrojarse y ponerse nerviosa. Cuando alzó la vista, se encontró con esos preciosos ojos y la miró fijamente.

-Por tu culpa mi pulsó se disparó. -Jimin sonrió y siguió caminando sin decir nada más, también estaba sonrojada.

Al cabo de unos minutos terminaron sus helados y llegaron al parque que siempre visitaban. Se sentaron en una zona pequeña pero tranquila debajo de un árbol en dónde casi nadie se acercaba a excepción de algún niño jugando.

-Tu también aceleras mi corazón, bebé. -Murmuró Karina con suavidad y luego tomó la mano de Winter para darle suaves caricias como siempre solía hacer.

Winter se quedó expectante pues conocía a la mayor muy bien y sabía que quería decir algo más solo que no hallaba las palabras correctas y eso ponía ansiosa a la menor.

-De hecho... Siento que voy a perder la cabeza, Minjeong. -Continuó Karina. -Desde que te conozco no has dejado de ser el centro de mi mundo y me haces ser la persona más feliz del mundo cuando estoy contigo... Me costó mucho procesarlo y entenderlo...

Winter estaba nerviosa e intentaba buscar los ojos de la mayor para poder leer sus sentimientos y lo que quería decir porque si, la mayor solía ser muy cariñosa con ella, la cuidaba y se preocupaba por ella pero nunca lo tomó de forma romántica.

-Karina, puedes decirme lo que sea, estoy para ti y lo sabes. Te quiero mucho y también eres realmente importante para mi-

-Creo que me gustas y no sé qué hacer. -Karina le interrumpió y Minjeong se congeló en su lugar pero logró reaccionar y sonrió levemente.

-Tu también me gustas. -Logró admitir en voz alta pero algo no estaba bien, algo no se sentía como debía sentirse. Por alguna razón su corazón se disparó pero no sentía una emoción inmensa como dijo Giselle que se sentía confesarse.

Los ojos de Karina se iluminaron y sonrió ampliamente demostrando que se sentía feliz, abrazó a Winter con fuerza y la miró a los ojos.

-Tenía mucho miedo de no gustarte. -Confesó como si se quitara un gran peso de encima.

-¿De qué hablas? Eres perfecta, Yoo Jimin. -Ambas se miraban con ojos de amor y se lograba sentir la química entre ambas así que Winter decidió dar aquel gran paso. -Entonces... ¿Puedo ser tu novia? -Los ojos de Jimin se apagaron.

-No podemos ser algo más.

Y ahí, justo ahí, el corazón de Minjeong entendió por qué no sintió aquella emoción hace un momento. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y como volvía el dolor en su pecho. Sin embargo, Winter aun no tenía idea del infierno que viviría próximamente.

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Hi, guys. ¿Qué les está pareciendo la historia?
Muchas gracias por leer.
Xoxo.

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora