CAPITULO 24

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KALI

La cabeza me palpita, intento abrir mis ojos, pero me arden. Puedo sentir un liquido caliente recorrer mi frente, se está dificultando respirar, y el constante pitido en mis oídos, me está molestando. Me duele todo el cuerpo, siento el pecho oprimido, y cada vez que intento respirar un intenso dolor se expande por todo mi cuerpo. Quiero mover mi hombro, pero un fuerte tirón me desgarra. Me quejo del dolor. Tengo que poner mi cabeza en sintonía. Intentó recordar que ha pasado en las ultimas horas, pero la cabeza me palpita y no puedo pensar más allá de que estoy jodida.

-¡Ey! ¿Estas bien? – Una cálida voz con acento italiano se cuela en medio de mi neblina – Tenemos que sacarlos de aquí.

El frio y duro piso, me está maltratando y cuando intento mover alguna extremidad un intenso dolor recorre cada una de las partes de mi cuerpo. Quiero aire puro, siento que el polvo está afectando mis pulmones.

-No te muevas, yo te cargo – La cálida voz sigue hablándome, pero yo estoy tan aturdida que ignoro todo lo que me dice.

Necesito salir de aquí, lo sé, pero no puedo mover. Es como si hubieran quebrado cada hueso. Tengo que saber donde está Sergei. Recuerdo que vino conmigo ¿Cómo está Mattia? ¿Todos los demás están bien? Joder esto está muy mal.

Los recuerdos de lo que ha pasado golpean mi cabeza. Recuerdo la bodega, el plan que teníamos, la bomba que venia a buscar, la trampa que nos puso el hijo de perra de Carson, el hombre con los mismos ojos de mi Leoncillo, pero la mirada totalmente vacía y gélida, los papeles que encontré. Como puedo muevo una de mis manos y me doy cuenta de que siguen en uno de los bolsillos de mi pantalón cargo. Los gritos de Mattia intentando sacarme de la bodega, el haber controlado la bomba, él cargándome, los de afuera intentando abrir la maldita puerta.

Para nuestra suerte casi en el ultimo minuto pudieron derribarla. Mattia corrió conmigo en brazos, pero las ondas expansivas de la bomba nos alcanzaron, recuerdo que caí que el basto y duro piso, mi cabeza golpeo fuerte el cemento y todo se volvió negro a mi alrededor.

Joder casi muero.

Me duele todo el maldito cuerpo, pero puedo sentir que no me falta ni una sola extremidad.

-¿Princesa? – La voz de rubio me saca de mis pensamientos - ¿Puedes ponerte de pie o necesitas que te ayude?

Puedo notar el dejo de preocupación en el tono de su voz, rechino los dientes. No me gusta que hablen con lastima. Sé que puedo ponerme de pie, solo necesito un poco de tiempo, para poder soportar el dolor.

-Yo puedo – Contesto. Siento que todo mi cuerpo se quema, la garganta la tengo seca, como si llevara días sin probar una gota de agua. La siento rasposa, es como si tuviera una lija en ella - ¿Dónde está Sergei? Díganle que venga por mí.

Nadie contesta, un silencio inunda el lugar. La fría brisa de la noche golpea mi rostro, refrescándome un poco, sienta la piel ardiendo, y supongo que es porque el calor de las llamas casi nos calcina.

-Tenemos que salir de aquí – Una voz mas grabe, bastante rasposa habla desde algún lado de lugar donde aún seguimos – No demora en llegar la policía o la gente de Doyle.

-Te ves como la mierda, hermano – Un tono mas divertido se hace presente, por el acento deduzco que es Darko.

-Es momento de irnos – Ahora es Koji el que se dirige a nosotros.

Solo quiero que se callen. La cabeza me va a explotar, y escucharlos hablar solo hace que me irrite más. Quiero tomar mi arma y dispararles a todos. Hijo de puta de Carson me las va a pagar y necesito saber que es lo que está pasando por Call, encontrarlo dos veces, con esa mirada está comenzando a inquietarme. Mas después de lo que Mattia me dijo aquella vez en la cafetería. El muy bastardo tiene información que sé que no me dará. Este es su juego, y él está contando el tiempo y los días para que yo no pueda cumplir el plazo y también poder atacar a Call y sobre mi cadáver lo tocan.

THE PRINCESS OF THE DEATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora