CAPITULO 12

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CALL

Maldita mocosa.

Es en todo lo que me he pasado pensando toda la jodida semana. Se ha metido tanto en mi cabeza, que sueño con ella, la imagino todo el tiempo, deliro con follarla de todas las mas sucias maneras posibles. Cada que recuerdo esos ojos grises el corazón se me acelera, y ando todo el jodido día con una maldita erección como ahora.

Para mi mala suerte hoy me toca turno en el hospital como medico de apoyo en el pabellón de enfermos mentales de nivel 4. Son aquellos pacientes donde ya han perdido todo el sentido de la realidad.

Tomo una bocanada de aire, no he podido sacármela de la cabeza, es como una maldita obsesión insana que estoy desarrollando por ella. Me masturbo a cada nada imaginando todo lo que muero por hacerle, me constantes baños de agua fría para que libido se baje, pero nada sirve. Ella es un veneno que ha invadido mi cuerpo y ya no tiene cura.

Tengo que dejar de verla, soy un profesional y no puedo desarrollar sentimientos por mis pacientes, es poco ético. Además, nunca había deseado tanto a una mujer, estoy comenzando a asustar. Me aterra lo ansioso que me pongo cada vez que debo verla, como mi pulso se acelera cuando la tengo cerca, como cada noche mi cabeza la evoca, como ansío probar sus labios. Es aterrador la manera en la que pongo cuidado a cada cosa que dice. Ya hasta comencé a comer esos malditos dulces sabor a sandia que tanto ama. Compre varios de los libros que me dijo la ultima vez para comenzar a leerlo porque quiero conocer mas de ella, me encanta su seguridad, esa boca tan sucia e inteligente que tiene. Siempre tiene una respuesta para todo lo que digo y me encanta que así sea.

Sacudo la cabeza. No puedo sentir nada por ella, no solo porque no es ético, si no, porque se convertiría en mi mayor debilidad y no puedo permitir que mi padre encuentre la forma de tenerme bajo su yugo. Luché por muchos años para tener mi jodida libertad, y no puedo perderla ahora por una mujer. También está esa vena protectora que tengo con ella, odiaría que le hicieran daño por mi culpa. Quiero protegerla de todos y de todo, no quiero que salga lastimada por estar conmigo. Sé que ella tiene un problema y me ha demostrado que es capaz de cuidarse, pero no puedo evitar que mi yo cavernícola quiera meterla en una maldita caja y cuidarla del mundo. Me siento posesivo con ella, me da ira cuando noto que alguien se le acerca y sobre todo cuando ese alguien es cierto grandulón de cabello negro que parece un matón.

Detesto que todo el tiempo esté a su lado, puedo notar como la mira. Por mas que me diga que es como su hermano, puedo apostar un huevo que él no cree lo mismo. Que me aspen sin él no siente por ella algo más allá de un cariño de hermanos. No tengo hermanos, pero estoy seguro de que si los tuviera no los miraría así.

-Doctor – Una dulce voz me saca de mis cavilaciones.

-¿Eh? – Maldita sea debo dejar de pensar en ella. No puedo seguir con este deseo insano que estoy desarrollando, me causaría muchos problemas y toda mi vida he preferido huir de ellos.

Pamela sonríe, noto como se le ilumina los ojos cada vez que está junto a mí. Desearía poder corresponderle, y seria una grandiosa idea utilizarla a ella para sacar de mi sistema a cierta enana de ojos grises que no ha hecho mas que joder mi mundo desde que apareció en mi vida.

-Ha estado bastante distraído – Su voz es tan suave, como la melodía mas delicada y dulce que uno pueda escuchar.

Llevo una de mis manos a mi cuello y lo rasco. No voy a negarlo he estado bastante distraído. Mi padre no ha dejado de dejarme mensaje para que vaya a verlo, dice que necesita que tomé mi lugar en la mafia porque está librando una guerra no solo con uno de los hombres más poderosos de Londres, si no, también la mafia rusa y la ejecutora del underboss. Como hago siempre ignoro y evado ese mundo. Lo odio, detesto la violencia y la oscuridad en la que tendría que sumir si llego a tomar ese puesto. Quiero vivir como una persona normal, y no entre balas y sangre.

THE PRINCESS OF THE DEATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora