CAPITULO 22

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KALI

La fría brisa golpea mi rostro, el cabello me ondea en un moño alto bien peinado. El pantalón cargo se aferra a mis torneadas piernas como una segunda piel, el jersey negro cubre mis tetas. Mis pasos se sienten con el retumbar de mis botas de combate en la graba del suelo. Mi Glock 22 enfundada en el porta armas que cuelga de mi cintura, otra Glock 24 del otro lado de mi cintura, varios cuchillos escondidos debajo de mi ropa, estratégicamente. Sobre mi espalda una ametralladora, me acompaña.

La adrenalina inunda cada parte de mi torrente sanguíneo, la expectativa de lo que pueda pasar esta noche, me tiene en el borde de un acantilado, pero no por las razones que todos creen, no es porque crea que vaya a fallar o piense que algo va a salir mal, todo lo que tengo fríamente calculado, cada detalle de mi plan esta bien trazado.

Hoy van a saber porque me llaman la princesa de la muerte, les dejaré claro porque es que estoy en el puesto que estoy, y callaré las bocas que creyeron que porque tenia un coño y no una polla no merecía estar aquí.

Nací para estar en la cima y mirar desde allí a todos aquellos que no están en la capacidad de llegar a donde yo me encuentro.

Yo cuando quiero algo voy por ello, me importa una mierda si tengo que destruir todo a mi paso para alcanzarlo, aquí los sentimientos, las emociones no tienen cabida, en esta selva que se hace llamar mundo, gana el animal no mas fuerte, si no el mal letal.

¿Nunca se han preguntado por que los animales mas pequeños son los mas letales? No necesitan de fuerza para matar a su oponente, solo con su veneno pueden llevarlo a la muerte.

Camino hacia los hombres que me esperan en sus todoterrenos, hoy no solo voy a incendiar el mundo, si no que voy a consolidar la unión de dos mafias, encabezadas por los demonios mas letales que ha escupido el mundo.

-Me encantan las mujeres que llevan armas – El rubio repasa todo mi cuerpo con una mirada divertida y llena de deseo – Me ponen demasiado.

-No tienes tan suerte – Le contesto batiendo mis pestañas en un gesto inocente.

-Pronto llegará ese día – Suaviza el tono – Y te haré tragar cada una de esas palabras y lo único que dirás será: "Si, Vladislau" "Un poco mas fuerte" "Eres tremendo voltaje" y gritaras mi nombre que todo el maldito mundo, sabrá que este ruso iluso como tu me llamas es el que te está dando la mejor follada de tu vida.

Lo veo caminar hasta mí, como un depredador rodeando su presa, el brillo de su mirada está cargado de deseo. Mi cuerpo se enciende, puede que tenga una obsesión, pero mi cuerpo sabe responde muy bien antes los hombres guapos como lo es este rubio de mierda. Cuando menos lo espero, uno de sus brazos ha rodeado mi cintura, me atrae con fuerza hacia duro pecho, mis manos viajan hacia sus pectorales, su aliento golpea mi rostro, su aroma invade mis fosas nasales.

-Ese día te daré tan duro, que no podrás caminar por días, y cada vez que te sientes, vas a recordar, que fue la polla de este ruso de mierda la que te taladro tan fuerte el coño, que puedes ni siquiera sentarte bien – Su boca llega hasta la concha de mi odio – No pienses que, porque no he hecho mi primer movimiento, no estoy dentro el juego. Princesa, un buen cazador sabe en que momento atacar, no es cuestión de fuerza, es cuestión de estrategia.

Con eso me da un sonoro beso en los labios y se apartar soltando una carcajada. El muy maldito me besó. Lo fulmino con la mirada y él solo me hace un guiño.

-¿Quieres que lo mate? – El acento ruso de Sergei hace presencia a mi espalda.

Sacudo la cabeza. No vale la pena echarme de enemigos al Consejo por ese idiota. Tengo mejores cosas que hacer, que romperle la cara por atrevido.

THE PRINCESS OF THE DEATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora