CAPITULO 14

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CALL

Unos dulces gemidos inundan la oscuro habitación. La luz de luna se ve reflejada en su majestuoso cuerpo. La tengo acostada de espaldas al suave colchón, sus tetas se mueven al ritmo de mis fuertes embestidas. Mis manos están decorando su delicado cuello, ella me mira con esos grandes ojos grises, aquellos que me han vuelto loco, aquellos malditos ojos que me han hecho perder la cordura, esos malditos ojos que no logro sacar de mi cabeza ni por un minuto del día.

Cada vez que cierro mis ojos, ellos aparecen, y esto esta enloqueciéndome. Ya no puedo dejar de pensar en la delicada mujer que esta acostada en mi cama. El cabello esta por todas las sabanas blancas, su piel suave y lechosa ha sido marcada por mis manos. Por mis caricias.

Mia.

Mia.

Mia.

Grita mi cabeza, ella es mía. Solo mía, estoy harto del verla con ese imbécil de ver como lo mira como si fuera lo mejor del mundo. Soy tan egoísta que solo deseo que me mire a mi asi, solo yo puedo tener su atención, solo yo puedo poseerla.

Muy bien dicen por ahí, que hay fantasías que no sabíamos que tenemos... hasta que encontramos la mente correcta. Y ella. Ella simplemente es mi mejor fantasía, pero tambien es mi peor problema.

Ella puede mirarme a los ojos y es como si pudiera leer mi alma, como si con solo mirarme pudiera descubrir cada uno de mis mas oscuros secretos. Esos que por años he intentado olvidar, solo soy una máscara, un cuerpo vacío, un caparazón, pero ella, me ha hecho sentir vivo de nuevo.

-Call – Jadea mi nombre. El tono dulce y aniñado rompe todo mi auto control.

Comienzo apretar más, a cortarle el aire, sus hermosos ojos grises se abren y se aferra a mi brazo, pero no intenta detenerme. Le gusta que la asfixie. Mi otra mano se aferra a su cadera y sigo embistiéndola.

-Eres mi maldito vicio – Gruño – Uno que no estoy dispuesto a dejar.

Veo como una sonrisa se le extiende por el rostro. Ese maldito rostro de ángel, que esconde la maldad que hay en ella. No me cabe duda de que le hace honor a su nombre, es una diosa, la diosa de la muerte y el juicio final. Me siento como un estúpido, ya que cuando supe como se llama averigüe de donde venia el nombre.

-Soy un vicio que jamás podrás dejar – Se burla – Asi lo desees, nunca podrás escapar.

La odio.

Un rápido movimiento la tomo por las caderas, la giro y la dejo con el pecho pegado al colchón.

-Culo arriba – Demando.

Sin previo aviso ensarto mi verga en su dulce coño. El sudor recorre mi cuerpo, y yo la sigo follando sin compasión.

-Kali – Jadeo.

Siento que voy a llegar cuando....

Salgo disparado de la cama, una gota de sudor frio desciende por mi frente. El corazón me martillea en el pecho, se me corta la respiración y tengo una erección dolorosa. Esta es mi quinta noche, teniendo el mismo sueño.

Y ella es la protagonista de cada uno de ellos.

Me llevo las manos al rostro.

No puedo seguir asi.

Ha pasado ya casi una semana desde que ella salió de mi oficina, desde que le dije todas aquellas cosas para que se alejara de mí. Pensé que estaba haciendo lo correcto, que esa era la mejor forma de crear un abismo entre nosotros. No puedo desearla, no puedo tenerla.

Al parecer mi cuerpo y mi corazón no se han enterado de eso. Sigo buscándola cada vez que llego al hospital, sigo indagando para saber si buscó otro terapeuta, sigo mirando para todos lados cada vez que salgo a la calle para ver si me la encuentro.

THE PRINCESS OF THE DEATHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora