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Mama: ¿Te estas tomando tus vitaminas cierto?

Ruedo los ojos al leer el mensaje de mama.

Yo: ¡Ya no soy una jodida niña de 10 años mujer!

Mama: Pero tienes la estatura de una y debes crecer.

Casi puedo escuchar su risa burlona aun sin verla.

Yo: Las utilizare para envenenarme, no te preocupes.

Mama: No me asustes con tus pensamientos suicidas, mejor dime...¿Dónde se encuentra mi pequeña niña en este momento?

Levanto la vista de mi teléfono para observar la aburrida cafetería en la que me encuentro, se encuentra prácticamente vacía de no ser por una pareja de ancianos casi al fondo.

Yo: Estoy sentada en un cafetería, espero un chico con el que iré a follar luego.

Escribiendo...

Mama: ¡Con protección mi niña! recuerda que no eres capaz de cuidarte a ti misma ¡piénsalo bien! tu padre y yo aun somos muy jovenes para ser abuelos. ¡OHHHH NO SABES CUANTO ME ALEGRO POR TI!

¿Qué clase de madre se alegra por que su hija esta follando? mi madre no tiene remedio.

Yo: Me asustas mujer, sabes que...te llamo luego.

Mama: ¡Cuídate mucho mi niña! mantenme informada de tu novio. TE AMO (procede a insertar todos los emojis de corazón que encuentra en el teclado).

Suelto una risita mientras guardo el teléfono en mi tote bag sacando una pequeña libreta y unos lápices de colores que me regalo mi papa hace unos meses, tienen un brillo precioso y los adoro. Acomodo la libreta frente a mi mientras doy un sorbito a mi te como la señora que soy. ¿A quien coños le gusta el te? dahhh a mi.

Abro una pagina limpia y observo a mi alrededor tomando el color café, a decir verdad no hay nada espectacular por dibujar en este lugar, lo único interesante que observo es que a través de la ventana alcanzo a observar una pequeña avecilla de colores parada sobre una enorme bandera de la nación de Inglaterra, tengo una buena memoria retentiva así que tomo una imagen fotográfica en mi mente y posterior a eso comienzo a plasmarlo en mi libreta, no voy a negar que el dibujo y los colores son mi escape a la realidad, me hace sentir mas que viva y eso me hace sentir bien después de todo, no es que tenga traumas ni nada pero...no todo es bueno en esta vida así que todos necesitamos nuestro escape que nos conecte con nosotros mismos.

El mío es el arte.

Hago pequeños trazos con colores formando la figurita de las alas mientras también ocupo el rojo y el azul para los trazos de la bandera, es un vaivén de color el que va y viene con los movimientos de mis manos.

Pero toda mi tranquilidad se va al carajo cuando escucho su voz.

—Preciosa...—cierro mis ojos contando mentalmente hasta diez para luego abrirlos y levantar la mirada al chico que se sienta frente a mi, Aiden Donovan va tan despreocupado como siempre con su cabello revuelto y sonrisa socarrona que no se porque motivo me incita a atinarle un golpe.

—Cuantas veces debo decirte que me llames Morgan—le pido frotando el puente de mi nariz con desesperación.

—Jamás lo hare, me encanta decirte preciosa—coloca sus codos sobre la mesa fijando su vista solamente en mi, una de sus cejas se levanta con coquetería—, apuesto a que te pone que te diga así.

¡Dios como voy a soportar esto!

"Hazlo por Willow Barnes, hazlo por Willow Barnes" me repito mentalmente una y otra vez.

Fingiendo ¿Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora