CHAPTER 12

179 22 8
                                    

El cielo y el universo se sintieron pequeños en comparación a los sentimientos que tenía Minjeong en ese momento. Sentía que no podía ser más feliz y que todo en su vida había válido la pena sin dudas. Era el mejor momento de su vida y se aseguró de capturar cada segundo en su mente.

Cuando se separaron Karina tomó a la menor del rostro y dejó un cálido beso en su frente.

-Me gustas mucho. -Se tomó la libertad de expresar sus emociones y continuó. -Me haces feliz, Kim Minjeong.

Winter se perdió en sus ojos y en sus ojos mientras escuchaba aquellas palabras. Se mordió la lengua para no rogarle por una oportunidad pero en cambio volvió a besarla con aquel amor y suavidad. Era lo mejor que le había pasado en su vida. Se separó lentamente y luego tomó las manos de la contraria.

-Me gustas mucho y también me haces feliz. -Le regaló las sonrisa más honesta que tuvo y los ojos de Jimin parecían haber cobrado vida con un precioso brillo en ellos lo cuál la llenó por completo.

-No me sueltes la mano y no mires a nadie más. -Lo dijo con cariño y sin ningún tipo de autoridad en su voz, simplemente pidió aquello con suavidad y un poco de nervios pero Minjeong logró entenderla, siempre lo hacía.

-No tengo pensado dejarte nunca, Yoo Jimin. -Se puso de puntillas para besar la frente de la mayor y ambas caminaron hasta una zona que parecía un campo de flores en una pequeña colina.

Estaban felices, parecía que el mundo se había apagado para darles espacio solo a ellas dos, dándoles un pequeña oportunidad de ser felices. Ambas se acostaron sobre el pasto a ver las estrellas en silencio sin dejar de soltarse las manos hasta que Jimin habló.

-Bebé, ¿Te gusta la astronomía? -Giró su cabeza para ver a la menor y esta sonrió para luego pensar un poco.

-Solo sé que me encanta Plutón, es mi planeta favorito, ¿Y a ti? -Miró a la pelinegra con curiosidad y esta se acercó para besarle la nariz a la menor.

-Solo me intriga saber qué hay más allá de nosotros... Es asombroso. -Dijo con cierto entusiasmo que hizo sentir ternura a Minjeong.

-Me intriga más el paso del tiempo... Las vidas pasadas y si seremos algo más luego de morir. Nada dura para siempre. -Minjeong solo estaba pensando en voz alta sin darse cuenta que Jimin la miraba con intensidad como si quisiera decir algo y así fué.

-Todos dicen eso: "Nada dura para siempre". -Su voz sonó un poco apagada así que se aclaró la garganta y se sentó para luego mirar a la menor quien imitó su acción de sentarse. -"Nada dura para siempre...". -Repitió.

-Supongo que eso es cierto...

-Kim Minjeong, si "nada" dura para siempre... ¿Serías mi nada?. -Jimin se había armado de mucho valor para pronunciar aquellas palabras que a simple oído no parecían tener sentido pero a los segundos Minjeong logró entender.

-Si, ¿Tu... Serías mi nada?. -Logró decir con tal dulzura que derritió a Karina quien asintió despacio para luego besarla con todo el amor acumulado que sentía por la peliroja.

Ese momento fué solo de ambas y nadie podría quitárselos nunca. Ambas habían sellado algo único, algo que no era una relación oficial pero iba más allá, algo que nadie nunca entendería porque nada dura para siempre por muy bueno que sea o por muy malo que sea, no dura para siempre. Aunque pasen millones de años, no dura para siempre pero Jimin de alguna forma consiguió darle sentido a esas palabras con la intención de cambiarle el significado.

El significado si cambió pero solo para ambas, solo ellas podían entenderlo y solo ellas sabían de el, era suyo.

Minutos más tarde ambas tuvieron que despedirse pero Minjeong estaba en el cielo mismo, pasó mucho tiempo junto a Karina y todo su ser estaba lleno de ella. La mejor parte era que todo fué mutuo y nadie tuvo que dudar o huir de alguna situación; fué hermoso.

Esa noche Minjeong pudo descansar sin necesidad de tener sus torturas mentales, se permitió ser feliz.

Llegado el lunes, Minjeong ya estaba en la universidad con todos sus documentos para poder inscribirse y luego de realizar los trámites, así fué. Ya estaba inscrita y solo debía esperar a la otra semana para iniciar clases oficialmente.

Se sentía bien y parecía que todo estaba mejor que nunca, parecía que todo era maravilloso así que decidió ir a su cafetería favorita solo para ver a su chica favorita.

Al entrar sintió nervios de los buenos porque vería a su hermosa Karina pero luego de un minuto allí dentro sintió que algo se rompió dentro de ella, algo interrumpió con todo lo bueno que tenía y ahora solo sentía un enorme vacío. Un chico había abrazado a Karina y luego la besó en los labios. Se quedó inmóvil sin ninguna expresión hasta que Karina notó la presencia de la menor pero esta apesar de querer llorar solo le regaló una sonrisa a Winter.

-Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle? -Dijo con su típico tono para atender a los clientes y se apartó suavemente del chico.

-En nada. -Se dió la vuelta y salió del local sintiendo fuego quemarla desde dentro, sintió como todo derrumbó, sintió que era una estúpida y sentía un asco enorme hacia sí misma.

¿Todo lo del día anterior había sido mentira? Ahora entendí por qué no aceptó ser su novia y por siempre se alejaba inesperadamente actuando tan extraño. Nada tenía sentido pero a su vez parecía encajar.

Las lágrimas salían de los ojos de Winter durante todo su camino a casa y solo quería morir en ese mismo instante. Al llegar a su casa agradeció que estaría sola y se fué a su habitación para llorar con todas sus fuerzas. Estaba rota y todo gracias a quien le ayudó a armarse poco a poco. Su celular sonó y solo pudo ver aquel mensaje.

"Lo siento".

Nisiquiera lo abrió, ya no tenía ganas de nada y simplemente deseaba morir. Todo había sido mentira y sentía un dolor profundo en su pecho.


-----------------

Holi, les dejé esos dos capítulos para que sientan el mismo sube y baja que yo. Espero que les esté gustando la historia y por favor no olviden votar y comentar que les parece. Muchas gracias por su apoyo.

Xoxo

¿Serías mi nada? - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora