Capitulo 9

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Anabella

Cuando me despierto a la mañana siguiente, Andey se había ido. No hay ninguna nota sobre la mesa de noche, ni siquiera un mensaje en mi teléfono. Me doy una ducha rápida, dejando que el agua caliente intente relajar mis músculos tensos, y me voy a casa sintiendo una mezcla de confusión y desilusión. Luego le mando un mensaje.

Al subir al taxi, recibo un mensaje de Valentina. Es raro que ella me mande un mensaje, ya que no solemos hablar mucho. Dice que necesita hablar conmigo de algo importante. Me inquieto un poco, preguntándome qué será tan urgente.

Al llegar a casa, entro y me dirijo directamente a la habitación de Valentina. No quiero verla, pero quiero terminar con esto de una vez por todas. La tensión en el aire es palpable mientras camino por el pasillo.

Entro a la habitación sin pedir permiso en absoluto. ¿Por qué lo haría? Al final, seguimos siendo hermanas, y no necesito su permiso para entrar en su habitación. Mis pies quedan estáticos, clavados en la alfombra mientras mis ojos se ajustan a la penumbra de la habitación. Después de haber ingresado, camino lo suficiente para encontrármelo. Mi corazón se detiene y mi boca se entreabre ante la escena que tengo frente a mí.

Valentina está de rodillas con los antebrazos apoyados sobre la cama, mientras Francesco la folla por detrás con una intensidad. Los golpes de su cuerpo al embestir su culo llenan el silencio, solo ocasionalmente interrumpido por los gemidos de placer y los gritos alentadores de Valentina. Los dedos de Francesco se clavan en sus caderas, dejando marcas rojas mientras se mueve contra ella una y otra vez. Valentina vuelve su cabeza lentamente para mirarme a los ojos y sonríe triunfalmente, como si hubiera ganado una batalla invisible. La bilis sube por mi garganta, y siento que todo el contenido de mi estómago está a punto de salir.

Así que esto es lo que quería que vea, pienso, luchando por contener las lágrimas.

Los ojos de Francesco se encuentran con los míos, y en ese momento parece que el tiempo se detiene. Su mirada es intensa, pero no dice nada, solo sigue con el acto, como si mi presencia no significara nada para él.

Me giro con los nervios a flor de piel y las lágrimas mojándome el rostro. Salgo de la habitación cerrando la puerta con un fuerte golpe.

Las lágrimas caen sin control mientras camino hacia mi habitación. No son las acciones de Francesco lo que me abruma, sino el hecho de que Valentina esté involucrada. Ella, mi propia hermana. Siempre pensé que las hermanas deberían protegerse mutuamente, permanecer unidas y defenderse hasta el final. Pero ahora veo que eso es solo un ideal lejano.

La traición duele, pero la traición de sangre, esa corta más hondo.

Con manos temblorosas, agarro una maleta y empiezo a meter las cosas que necesito para escapar de esta pesadilla. No puedo soportar estar bajo el mismo techo que ella un segundo más. Es hora de dejar atrás este infierno familiar.

Justo cuando estoy cerrando la maleta, un golpe en la puerta me hace saltar. Mi corazón late con fuerza mientras me preparo para enfrentar a quien sea que esté al otro lado. Con un suspiro nervioso, abro la puerta y me encuentro con la mirada preocupada de mamá.

—Bella —mamá me abraza con fuerza—. Vamos a hablar.

La miro con los ojos aún húmedos de lágrimas.

—¿De qué?

—De Valentina y Francesco —responde, una sonrisa forzada se dibuja en su rostro, pero veo las lágrimas brillando en sus ojos.

—No te preocupes, señora Isabella Moretti, no le diré a nadie que los hermanos Moretti han estado fallando

Su mano me alcanza con fuerza, marcando mi mejilla con un ardor repentino. Nunca antes se había atrevido a golpearme, ni siquiera cuando escapaba de la preparatoria. La sorpresa y el dolor me dejan aturdida, mientras mamá retrocede, sus ojos llenos de arrepentimiento y tristeza.

Mafia And Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora