Capitulo 13

118 4 0
                                    

Anabella

No quería dejar a Nikolai, pero Manuelle y mamá querían que regresara a casa. Están planeando la boda de Valentina y quieren que finjamos ser una familia unida.

Luca vino a buscarme. Le pedí permiso a mamá para pasar unos días en la casa de mis abuelos antes de volver. Hace mucho que no los veo y los extraño.

—Mis padres no saben que vienes —dice Luca mientras bajamos del coche.

—Gracias, idiota —le sonrío, dándole un ligero empujón en el hombro.

Entramos a la casa y el aire se llena de recuerdos de mi infancia. El olor a pan recién horneado y café flota desde la cocina. Nos dirigimos hacia el jardín, donde veo a mis abuelos desayunando bajo la sombra de un gran árbol. La mesa está adornada con un mantel blanco, flores frescas y una variedad de delicias caseras.

—¡Abuela, abuelo! —grito con entusiasmo, corriendo hacia ellos.

La cara de mi abuela se ilumina al verme. Se levanta rápidamente, sus ojos llenos de alegría.

—¡Mi niña! —exclama, abrazándome con fuerza. —¡Qué sorpresa tan maravillosa!

—Te extrañamos, querida —dice mi abuelo, levantándose también para abrazarme. Su abrazo es cálido y fuerte, y me hace sentir segura y en casa.

—Yo también los extrañé mucho —respondo, sintiendo un nudo en la garganta por la emoción. —Tenía que verlos antes de volver a casa.

Nos sentamos en la mesa y me sirvo una taza de café, disfrutando del ambiente relajado y familiar. Luca se une a nosotros, sirviéndose también una taza y agarrando una galleta de la bandeja.

—Entonces, ¿cómo están las cosas en la ciudad? —pregunta mi abuela, su voz llena de curiosidad mientras me ofrece un pedazo de su famoso pastel de manzana.

—Complicadas, como siempre —respondo con una sonrisa cansada, aceptando el pastel. —Manuelle y mamá están ocupados con los preparativos de la boda de Valentina. Quieren que todos actuemos como si fuéramos una gran familia feliz.

Mi abuelo resopla, su expresión se endurece.

—Siempre con esas tonterías de aparentar —murmura, sacudiendo la cabeza. —Aquí no necesitas fingir nada, somos tu familia y te amamos tal como eres.

Asiento, sus palabras resonando en mi mente. La conversación deriva hacia recuerdos felices y momentos compartidos, y por un momento, puedo olvidar el caos que me espera en casa y simplemente disfrutar de estar con las personas que realmente me importan.

Mientras el sol asciende en el cielo, el jardín se llena de risas y historias, un refugio temporal del mundo exterior. Aquí, con mis abuelos y Luca, encuentro la paz que tanto necesito, aunque solo sea por un breve tiempo.

****

Toco la puerta de la habitación de mis abuelos. Escucho el suave "adelante" de mi abuela y entro.

Ellos están sentados en la cama, mi abuelo leyendo un libro y mi abuela tejiendo algo que parece un suéter. Ambos levantan la vista al verme entrar.

—¿Qué necesitas, querida? —pregunta mi abuela con una sonrisa cálida.

Me acerco tímidamente, sintiéndome de nuevo como una niña pequeña.

—¿Puedo acostarme con ustedes? —pregunto, mi voz apenas un susurro.

Mi abuela deja de tejer y me mira con ternura, mientras mi abuelo cierra su libro.

—Claro que sí, mi niña —responde mi abuela, haciendo espacio en la cama.

Mafia And Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora