Capitulo 20

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Andrey

Nunca me gustó dedicarme solamente a una cosa. Cuando terminé mi carrera de abogado internacional, ya era dueño de múltiples empresas y socio mayoritario en otras. Supe entonces que no solo me dedicaría a los derechos de las personas alrededor del mundo. Aunque estudié medicina, siempre encontré irónico salvar vidas de día mientras de noche tenía que enfrentar situaciones más oscuras. A veces me aburría de la rutina. Me gustaba la adrenalina, tener que defender mi legado y cuidar mi espalda era lo que me hacía sentir vivo.

En cuanto cruzo la puerta del despacho, veo a Alexander, Sandro y Maxim con cara de sorpresa.

—¿Te enteraste de la gran noticia? —pregunta Maxim, rompiendo el tenso silencio.

—¿Cuál?

—Te casarás con Anabella en dos semanas.

Miro a Alexander, quien está fumando. Sé que no le gusta la idea de que cambie mi vida tan repentinamente.

—En dos semanas será la gran boda —añade Maxim con una sonrisa.

—¿Dos semanas? —pregunta Alex, dando las últimas caladas a su cigarrillo, visiblemente molesto.

Sandro se vuelve hacia mí, con una expresión sombría.

—¿No tienes ganas de matarlo? —pregunta, con un tono irónico.

Miro a Alexandre y niego con la cabeza. En realidad, tengo ganas de estar con ella. Por fin tendré a Anabella cerca, sin tener que seguir fingiendo ni ocultando mis sentimientos.

—No puedo dejar a mis sobrinos sin padre.

Alexander saca un cigarrillo y me lo extiende, pero yo sacudo la cabeza.

—Lo he dejado —le recuerdo. Solía fumar, pero desde que Nikolai está, no lo hago. Tener a mi hijo cerca me hizo reflexionar sobre muchas cosas—. ¿No lo has dejado tú también?

—No, solo no fumo cuando Khristeen está cerca —admite, mirando el cigarrillo en su mano—. A ella no le gusta el olor.

Lo miro y sonrío. Está completamente enamorado de su esposa.

—Nunca creí que escucharía algo como esto —se ríe Sandro.

—Siempre creí que Andrey caería primero —murmura Maxim, una sonrisa jugando en sus labios.

Suelto una carcajada. Ya he caído hasta el fondo. Anabella me tiene a sus pies.

—Eso nunca sucederá, Maxim —miento con una sonrisa burlona.

Alex enciende su cigarrillo y da una larga calada.

—Solía decir lo mismo —murmura con nostalgia.

Maxim se acerca a él y le da una palmada en la espalda.

—Vamos, no te pongas filosófico ahora —comenta con una sonrisa.

—¿Bella está de acuerdo? —pregunta Anthony.

—Las jóvenes de la mafia no pueden opinar sobre las decisiones de sus Capos, Anthony —interviene Sandro, con un deje de reproche en su voz.Alex apaga su cigarrillo y mira a Anthony con seriedad.

—No, ella aún no lo sabe —respondo, manteniendo mi mirada fija en él—. Pero estoy seguro de que comprenderá la importancia de este acuerdo.

—Hablaré con ella —dice Anthony con firmeza.

Anthony sabe que estoy completamente loco por Anabella, pero Alexander no lo sabe. Prefiero que él siga creyendo en las palabras de Francesco, por el bien de todos. Él siempre solía decir que nunca mezcláramos romance con la familia. Nunca nos enamoráramos. Pero aquí estoy, fingiendo que odio a mi esposa porque si mi hermano lo supiera, se molestaría y no me dejaría en paz.

Mafia And Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora