Andrey
Tomo mi teléfono de la mesita de noche y miro la hora. Casi las seis de la tarde. Mierda. Parece que me estoy poniendo demasiado viejo para pasar dos noches seguidas sin dormir. Me siento agotado, el peso de las últimas semanas finalmente cayendo sobre mis hombros.
Me doy una ducha rápida, el agua caliente ayuda a despejar un poco mi mente. Me visto con ropa cómoda y me dirijo a la habitación de mi hijo. La niñera está a su lado, intentando calmarlo.
—Hola, señor —dice ella, tratando de ocultar su nerviosismo.
—¿Cómo está mi hijo? —pregunto, observando su expresión.
—Inquieto, señor —ella se aclara la garganta, evitando mi mirada—. Creo que es mejor que el niño ya no vea a esa mujer.
La fulmino con la mirada, sintiendo la ira burbujeando dentro de mí.
—Esa mujer es su madre y no vuelvas a mencionarla de esa manera.
Ella baja la mirada, avergonzada.
—Lo siento, señor.
Tomo a mi hijo de su cuna, sintiendo su pequeño cuerpo relajarse en mis brazos. Su tranquilidad me da un breve momento de paz. Bajo con él hacia la cocina, donde Lionetta está preparando algo de comer.
—Lionetta, por favor cuida de él un momento —digo, entregándole a mi hijo con cuidado.
Ella asiente, sonriéndome.
—Claro, señor. No se preocupe.
Salgo de la cocina y me dirijo hacia la pista privada. Los viajes de negocios no pueden esperar, y Jack ha estado insistiendo en que nos reunamos.
Subo al coche y enciendo el motor, mi mente sigue llena de pensamientos sobre mi hijo, la situación con Anabella y los negocios que requieren mi atención constante. La vida parece no darme un respiro, pero no tengo más remedio que seguir adelante.
Mientras conduzco, mi teléfono suena de nuevo. Es Jack Steven.
—Anabella está fuera —me gruñe Steven al otro lado de la línea—. Lo siento, Nikolaev, pero no puedo andar detrás de una mujer que no quiere volver a modelar.
—Cuidado con cómo me hablas, Steven —respondo, mi voz baja y amenazante—. Soy yo quien decide. Anabella está dentro y punto.
Él gruñe, pero no dice nada más. Puedo sentir su frustración a través del teléfono, pero no me importa. Sé lo que es mejor para el negocio y para Anabella.
—¿Entendido? —añado, asegurándome de que mi mensaje quede claro.
—Sí, señor —responde finalmente, su tono más sumiso.
Termino la llamada bruscamente. Me paso una mano por el cabello, tratando de calmarme. Las últimas semanas han sido un infierno y esto es solo una complicación más.
Antes de abordar el avión, marco el número de mi hombre.
—Dime dónde está Anabella ahora mismo —pregunto sin preámbulos, mi voz llena de impaciencia.
—Francia. Parece estar disfrutando con su hermana —responde él.
Frunzo el ceño. Ella y su hermana no se soportan.
—¿Hermana? ¿Qué hermana? —inquiero, mi tono más agudo.
—Valentina Moretti —dice él, su voz firme.
—Bien. Envíame cada uno de sus movimientos —ordeno, sintiendo una punzada de desconfianza.
—Claro, señor —responde él, antes de colgar.
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Mafia And Love
RomanceBrutal, frío y magnífico en su ilegalidad, Andrey Nikolaev no es solo la realeza de la mafia. Como consigliere de la Cosa Nostra, su poder es tan vasto como temido. Cada decisión que toma puede cambiar el destino de su imperio criminal. También es u...