Armis griten conmigo feliz cumpleaños tayun.
Ya en serio, este capítulo es el último de este año. Gracias por la compañía que me hicieron durante todo este tiempo, aunque hubo sus complicaciones, me hace muy feliz que sigamos aquí todxs juntos. Esperemos que el próximo año sigamos así, unidas para el regreso de los chicos.
Como una última cosita, se los pido, no formen bardo en los comentarios. Ya vi que algunas personitas estuvieron discutiendo por el capítulo anterior. Recuerden que esto es un fic, así que, tómenlo con calma. Todas sus perspectivas son válidas.
Pasen un feliz año nuevo. Por un 2025 lleno de felicidad. Y recuerden: Lo mejor está por venir.
~ Duchess.
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TaeHyung se sentía malditamente enfermo.
Se sentía en un bucle, en un carrusel que sólo daba vueltas y vueltas hasta las náuseas. Sentía que de repente, todo comenzaba a ir en cámara lenta, pero a la vez, sentía que todo iba tan rápido en algún punto colapsaría.
En su cabeza sólo se podían escuchar dos cosas: El incesante ruido de las balas y un largo pitido en el lado izquierdo de su oreja, un pitido tan agudo que podía sentir el dolor en ese lado y de repente llega a él un invasivo olor a pólvora.
Perdió la noción del tiempo, para ese momento no sabía si habían pasado días, meses, años o tan solo unos cinco minutos. No se dio cuenta cuando llegaron a ese hotel a las afueras de Niza, no se dio cuenta de nada más que de su propio mareo.
Ver ese cabello blanco en lugar de una cabellera rubia lo estaba matando.
El momento en que recuperó los estribos y la consciencia, se encontraba en el baño vomitando. Abrazado a la cerámica fría de la taza, con la bilis colgando en tiras de sus labios y con un líquido ardiente y amarillento quemando su garganta y que burbujeaba entre más vómito mezclado con agua. TaeHyung en ese momento se percató de lo nauseabundo de su propio entorno, de lo miserable de su situación.
Cuando se puso de pie, tambaleó hasta apoyar sus manos contra el espejo, haciendo un frente a frente a su realidad. Tenía el cabello más largo estaba notoriamente grasoso, tenía la barba descuidada y todavía traía el uniforme de camarero del robo, aunque estaba manchada de sudor, vómito y sangre seca. En ese momento se preguntó por el tiempo, cuántos días llevaba en ese maldito estado de inconsciencia, cuánto tiempo había estado en ese bucle.
Cuánto tiempo llevaba separado de Jungkook.
Jungkook, Jungkook, Jungkook...
«TaeHyung... No, no, no me dejes. Tae...»
Ante los recuerdos, esa voz resonante que lo estaba comenzando a atormentar y que había silenciado en ese bucle, comenzó a temblar viendo su propio reflejo, escuchando la voz una y otra vez hasta que sus puños comenzaron a golpear el espejo. La sangre de sus nudillos comenzó a manchar su propio reflejo, hasta que en un último golpe, los cristales salieron volando, cayendo sobre el lavabo.
Quería gritar. Gritar, gritar hasta desgarrarse.
Tenía el maldito grito atascado en la garganta.
-Mierda, mierda... -Maldijo tembloroso, viendo su propia sangre gotear en el lavabo-. ¿Qué hice? ¿Qué hice? Él no, él no...
Se restregó el rostro con las manos, untándose de sangre mientras sentía cómo la respiración comenzaba a faltarle. No podía respirar, tomó bocanadas de aire sin parar, sintiendo su corazón latir fuertemente contra su pecho. Podía escucharlo, podía sentir cómo su sangre fluía por sus venas sin parar mientras el sudor goteaba. Dolía, dolía demasiado.
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El Lirio Entre Las Adelfas ||TK||
Fanfic"La ventaja de nacer con el veneno dentro" ----------- Jungkook ama dos cosas: El dinero y su libertad. Cuando es despojado de ambas luego de matar a sangre fría a su alfa infiel, condenándose a pasar veinte años en la prisión de alta seguridad de C...