Hogar

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Al llegar a casa, fue inevitable sentirme tranquilo, a salvo, los bebes ya estaban dormidos profundamente, después de todo era la hora de la siesta, tratamos de despertarlos para que pudieran comer, pero no fue posible así que finalmente terminamos rindiéndonos y los dejamos descansar en sus cunas, después de lo sucedido esa mañana deje el monitor puesto para poder saber si despertaban e ir a ellos a tiempo, mientras Lucían revisaba los documentos que su padre le había enviado por la nueva situación que se nos había presentado, Jeon y yo volvíamos a la sala de estar junto al abogado para tratar de poner las ideas en orden.

Lucían nos había informado que el señor Eunu quería entablar una demanda contra Tae, y a pesar de todo lo que estaba pasando con mi reputación y las habladurías por mis hijos sentía que le debía algo, no podía hacerle daño, tenía que agradecerle por haberme ayudado cuando más lo necesite, pero Jungkook no pensaba igual, trate de explicar mis razones lo mejor que pude para que lograran entender mi negativa a una demanda, Jeon pareció comprender pero algo en él no podía permitirlo, sabía que estaba en una gran disyuntiva.

Estuvimos hablando, leyendo los documentos, me mantuve callado, pensando la gran parte del tiempo en como convenciéndolos de que no llevara a cabo alguna acción en contra de Taehyung, en algún momento la puerta sonó, fui a abrir y me encontré con el chofer del Señor Eunu, con unas 2 maletas negras de tamaño extra, una maleta mediana, además de un bolso deportivo y una maleta de cabina, arqué una ceja tratando de comprender el porqué de tantas maletas.

Llame a Jungkook para que se acercara a la puerta, cuando él vio la cantidad de maletas abrió los ojos como platos llanos, me miro de frente, podría jurar que lo escuche tragar fuerte, su manzana de Adán de movió rápido y seguido, mi expresión no era la más simpática obviamente, entonces hable...

-- ¿Es enserio?, mandaste a traer todo esto ¿solo para quedarte unos días?, ¿qué planeas realmente, venir a vivir a aquí?, ¿qué demonios tienes en la cabeza Jeon? -- lo deje con el chofer en la puerta gire sobre mis talones directo a la cocina no podía entender a Jeon Jungkook, definitivamente quería volverme loco.

Me quede parado apoyando mis manos en la encimera con mi cabeza firme mirando por la ventana hacia el patio trasero, en que momento mi vida y la de mis hijos cambio tan rápido, en menos de 3 días tenia a Jeon Jungkook metido en mi casa, dedicándome miradas y atendiendo a sus hijos, un escándalo de super estrella que arruinaba mi reputación como doncel, era fácil que las habladurías sobre mi promiscuidad se dieran de forma fácil, rápida, eso no me dolía tanto como la duda sobre la paternidad de Jeon con mis hijos, sabía que él no tenía dudas, yo mucho menos, jamás he tenido relaciones con nadie más que con Jungkook, pero me molestaba que por la supuesta buena intención de Taehyung la gente que ni siquiera  nos conocía opinaba sobre ellos, eso era lo que me tenía de tan mal humor.

Estaba tan metido en mis pensamientos, que ni siquiera termine de saber que había hecho Jeon con sus cosas, cuando recordé que ninguno de los adultos en la casa habian almorzado, me puse a preparar algo, saque carne para hacer a la cacerola, la selle y deje que el jugo natural de su sellado empezara a formarse, la comencé a preparar y aliñar, no es por nada pero mi cocina siempre le ha gustado a quien la prueba, deje la carne para que se cocinara a fuego medio, mientras me ocupaba de las verduras con la que acompañaría esa proteína, una vez deje los vegetales listos para saltear, comencé a lavar las verduras para las ensaladas.

 Jungkook entro, tomándome por sorpresa estaba tan concentrado preparando el Wok para cocinar, que solo lo sentí cuando acerco su cabeza por mi costado derecho, al sentir su respiración en el lóbulo de mi oreja, no pude evitar sentir escalofríos, cuando esa sensación tan conocida vino a mi después de tanto tiempo, inevitablemente cerré mis ojos y respire profundo, reaccionando al instante, sabía lo que había sucedido cuando sentí su aliento risueño, el muy desgraciado seguía manejando las cosas que sabia me hacían estremecer.

¿Cómo te va mi amor? (En revisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora