4:25 AM
Descontrol era la palabra que se le podía decir o mejor dicho describir a lo que estaba pasando, habían llegado Eva y Staxx, a lo que Alex se puso de acaramelado con ella en el sofá, pero no malpiensen, Vegetta y Willy saltaban arriba de mi cama, Mangel y Cheeto eran los dj's por así decirlo, Luzu, Lana y Laura estaban comiendo snacks en la cocina mientras conversaban gustosamente, y yo estaba tomando mientras bailaba vagamente, estaba bastante cansada. De un momento a otro, sonó el timbre, desganada fui a abrir la puerta, encontrandome con una sorpresa que no me esperaba.
- ¿Rubius? - Pregunté haciendo haciendo una mueca, este frunció el ceño al verme en aquel estado.
- ¿Qué está pasando allí dentro? - Preguntó ahora él, centró su vista dentro del departamento, sólo estaba iluminado por las luces neon, se escuchaban los gritos de Mangel y Cheeto.
- Se diría que es una "Fiesta" - Hice comillas con mis dedos, mientras dejaba los ojos en blanco - ¿Pasás?
- Vale, gracias - Dijo este con una mueca, cerré la puerta trás él, volviendo a entrar en los suburbios.
- ¡RUBIUH! - Gritó Mangel, mientras se reía - Venga macho, sumate, vamoh a mové' un rato el ehqueleto' - Dijo e hizo un leve movimiento de caderas junto con Cheeto, reí al verlos.
(...)
Me estaba preparando un café, agarré el ázucar de la helacena, puse un par de cucharadas en este, revolví y me senté en el desayunador, le di un sorbo, puse mis manos en mi frente, otra vez esta sensación de mierda. Escuché la puerta abrirse, un par de pasos, en el marco de la cocina apareció Dominik, dejó las llaves sobre una mesita, acercandose a mí, me dio un leve beso en los labios que correspondí desganada.
- ¿Cómo estás? - Preguntó preparandose un café detrás de mí, tardé un minuto en contestar.
- Bien, ¿Vos? - Respondí, sosteniendo mi cabeza con mano derecha, usé la otra para darle otro sorbo al café.
- Sí, te noto un poco rara, ¿Pasó algo? - Dijo, se sentó a mi lado batiendo su café seguido lo tomó, puso su mirada en mí.
- No, por supuesto que no, es solo que estoy algo cansada - Mencioné, dejé la taza de café en el lavabo.
- Mis padres quieren conocerte, le dije que iríamos a verlos este sábado - Soltó contento, mi cara se deformó al escuchar eso ¿Conocer a sus padres? Qué carajos, tiene que ser una joda, yo no quiero conocer a nadie ¡NISIQUIERA A ES MI NOVIO!
- Dominik, nosotros no somos nada, nunca me has propuesto nada, no me siento cómoda con esto... - Agregué sincera, rasqué mi cabellera, este se levantó para mirarme.
- Pero Miranda ¿Qué hay de los viejos tiempos?, esas salidas luego del colegio, los batidos - Comentó recordando, tiré mi flequillo hacia atrás.
- Fueron viejos tiempos, vos lo dijiste, esto que pasó en estos días, perdón, pero para mi no significó nada más que unos simples besos, vos sabés que yo sigo... enamorada de Rubén - Dije casi susurrando lo último, Dominik agachó su mirada algo triste.
- Lo sé, entiendo - Dijo cabíz baja, para luego hacer un ademán con sus manos - Me dejé llevar, es.. es mi culpa - Terminó de decir, se retiró de la cocina quién sabe a donde.
Fui a mi habitación, me duché, me vestí un poco elegante*multimedia*, salí de la casa, me quedé unos minutos pensando en la puerta, me sentía un poco mal por haberle contestado así a Dominik, pero es que no podía mentirme así a mí misma, ni a él, no quería lastimar a nadie, ni hacerme daño emocional yo misma por falsos sentimientos. Fui a un bar que quedaba a un par de cuadras sobre la avenida, la gente iba a y venía, al entrar al lugar, me senté en la barra, pedí un trago para nada fuerte, era de mañana y no quería lidiar con un estúpido dolor de cabeza, saqué mi celular, tenía wpp de tres conversaciones, las revisé, uno era de mi amigo de argentina, él que había venido a presentarme a Laura, le contesté amistosamente, el otro mensaje era de... Rubius, un suspiro salió de mi boca, cerré los ojos para luego abrir su chat.
...
El sonido de mis tacos retumbaba en el asfalto, entré al edificio, saludando al recepcionista, seguido fui escaleras arriba, no tomaría el ascensor ya que al parecer no funcionaba bien del todo, busqué el numero en cada puerta por el pasillo, mierda, ¿Tantos departamentos había? Lo encontré, frené en frente de la puerta, largué un leve respiro, levanté mi dedo indice y toqué el timbre, esté sonó con una melodía navideña, sonreí de lado, mi mirada se centró en el piso alfombrado, escuché el ruido de la llave girando en el cerrojo para luego ver girar el redondo picaporte dorado, levanté la vista al ver la puerta abrirse. Nos quedamos callados al vernos, su respiración estaba un poco agitada, su frente tenía el típico sudor brilloso, vestía una remera de Charmander naranja, seguido de unos jeans grises topo, sus zapatillas Adidas negras.
- Hola... - Saludé despacio, casi en un susurro, sin mirarlo a los ojos, este se hizo a un lado para dejarme pasar.
- Adelante - Dijo solamente, entré, cerró la puerta y dejé que caminara él primero, ya que es su casa, no la mía. Lo seguí hasta el living, me senté acomodando mi pollera - ¿Quieres beber algo?
- Está bien - Acepté sonriendo leve, volví a ponerme cabíz baja, recordé que no solía beber con hielo, así que hablé - No le pongas hie - Fui interrumpida.
- Sin hielo, porque tienes las paletas sensibles, lo sé, aún no lo olvido... y no creo que lo haga - Agregó entrando nuevamente al living con el vaso de bebida, lo miré un poco sorprendida, lo depositó en la pequeña mesita ratona, sentandose junto a mí, no muy cerca.
- Gracias - Dije, volteé a mi derecha para regalarle una sonrisa desganada - ¿Y cómo estás?
- ¿Bien y tú? - Respondió mirandome, recostó su espalda en el sofá.
- Bien, de un lado al otro, como siempre - Comenté mirando el vaso, le di un sorbo.
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Conviviendo con una Argentina [Fanfic-Rubius] REEDITANDO
RomanceMiranda López, una Argentina de 21 años, es enviada a Madrid a convivir con el hijo de la mejor amiga de su madre, Rubén. Al no conocerse ninguno de los dos, se mantienen distanciados en el mismo departamento, cada uno por su lado, al principio se l...