Capitulo 18

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- ¡Que ereh un gilipollas Rubiuh! - Gritó cabreado Mangel, Cheeto se tapó la cara frustrado.

- ¡Que lo sé, joder! - Tragué saliva - Por favor, déjenme quedar aquí hasta que pueda arreglar las cosas con Miranda, ni bien esté todo bien, me largo y no os jodo más - Les supliqué.

- ¡Obvio que te dejaremo' Rubiuh! Pero lo gilipollah no te lo quita nadie tío, te ha mandado' una cagada de la hostia - Me dijo Cheeto, me tapé la cara, los volví a mirar.

- No sé dónde grabaré, ¿Qué les digo a las criaturitas? - Pregunté preocupado, no les quería contar sobre mis cagadas personales.

- Dileh que te quedaráh un tiempo con nosotroh, poh que noh extrañaba' - Dijo y rió Mahe, sonreí a medias.

- No le deh explicaciones a nadie, macho! Y si se dan cuenta, a tomar por culo, es problema tuyo, soloh di una' cositah y listo - Opinó Cheeto, hice un movimiento con mi cabeza.

- Ya veré que hacer, ¿Sandra a vuelto? - Pregunté serio, Mangel se sentó en el sofá con una lata de cerveza, luego nos lanzó una a mí y a Cheeto. 

- No ha vuelto dehde la fiesta, ¿Poh qué preguntah? - Dijo Mangel, rasqué mi nuca, abrí la lata y le di un sorbo. Me digné a contestar.

(...)

Llamada:

- ¿Ya llegaste? - Pregunté, esperando su respuesta.

- Sí, estoy al fondo, las mesas con sillones - Respondió con seriedad, del otro lado de la línea.

- Vale, estoy estacionando, allí te veo - Contesté, esta cortó al segundo.

Fin de llamada.

Caminé hasta ese bar, que no se veía para nada mal, eran como las 3 de la tarde, me encontraba bajando del auto, llegué al destino, entré y fui al fondo, allí la vi.

- Miranda... - Dije casi en un susurró, ella levantó su mirada, quitandose los lentes negros que traía, dejandome ver esos hermosos ojos color azul.

- Hola Rubén - Dijo seria, me senté frente a ella, en la pequeña mesa (Eran de esas que la mesa está en el centro rodeada por un sillón) La saludé con dos besos. 

- Tanto tiempo... vale, solo un mes que no sabía nada de tí - Le comenté, vino la mesera y le pedí dos cafés negros, al rato los trajo y se retiró.

- Sí, estás más alto - Rió leve - ¿Para qué querías verme? - Preguntó, me puso algo nervioso.

- Te sienta bien el cabello negro - Sonreí viendo su pelo anteriormente rojizo - Quería saber que había sido de tu vida

- Oh... bueno - Tomó de su café - ¿Y por qué esa curiosidad? - Me miró, acomodé mi pelo, tirandolo para atrás.

- Porque tú todavía me sigues importando - Solté murmurando, ella miró hacia otro lado incómoda.

- Rubén... - Susurró, tratando de evitar que me ponga sentimental.

- Te necesito, Miranda - La miré buscando sus ojos que estaban perdidos en la nada.

- Basta - Volvió a susurrar.

- Debes perdonarme, yo nunca he querido hacerte daño, fue un error, un jodido error, porque soy un gilipollas, no sé cómo hacer para pedirtelo, nunca me voy a olvidar de esa noche, nunca he llorado así por nadie, nunca me comporté tan gay con alguien - Dije, me miró seria, poco a poco sus ojos se aguaron. 

- Ya basta, basta Rubén - Murmuró con un hilo de voz - Vos sabés que volví con Jim, no podés venir a decirme esto ahora, cuando estuvimos dos meses juntos, que por tu culpa no pudieron ser más - Dejó el café a un lado, me acerqué a esta por ensima de la mesa, dandole por sorpresa un beso en los labios, se resistió.

Perdón, pero yo me voy - Se despidió levantandose de la mesa, la imité, solo que yo atrás de ella.

- No, no y no, ¡Joder! Miranda, entiendelo, te quiero solo a tí - Dije cuando salimos del bar, la tomé de la mano, volteó a mirarme.

(...)

Narra Miranda

Lloraba caminando por las frías calles de Madrid, tenía los ojos tan apañados de lágrimas que se me nublaba el camino, llegué al edificio, fui por el ascensor y entré a mi departamento, después de la fuerte pelea que tuvimos esa noche, en la que eché a Rubén de su casa, yo opté a la semana de mudarme de ahí a otro lugar bastante lejos de su edificio, que él haga lo que quiera si quería volver que vuelva, después de todo, él había comprado ese departamento era suyo antes de que yo llegara, y eso hizo. Me preparé un té, me senté en la mesada, me sonó el celular, era Jim.

Llamada

- ¿A qué hora vendrás a casa? Mis padres no tardan en llegar y tú nisiquiera estás aquí - Dijo esta enojada del otro lado de la línea.

- Te dije que llegaría tarde - Dije agobiada, está mujer me hartaba algunas veces, rió sínica.

- ¿Con quién estás? ¿Eh? - Preguntó enojada, iba a decir algo pero me interrumpió - ¿Con tu amiguito el youtuber? ¿Se la estás chupando que estás tan ocupada? 

- Cuando te tranquilices, hablamos - Dije y corté.

Fin de llamada

Fui hacia los parlantes, conecté la laptop, puse música *multimedia*, entré a youtube, vi que tenía 200 subs nuevos, me fijé a ver si conocía a alguno y sí MangelRogel, CheetoSenior, Alexby11, Maximus3blog, TheWillyrex, Vegetta777, sTaXxCraft y... ElRubiusOMG, la p*ta madre, me encontró. Sentí que mi celular vibraba, una llamada de número desconocido, atendí.

...

Conviviendo con una Argentina [Fanfic-Rubius] REEDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora