Para muchos, los museos son aburridos. Para otros, un infierno literal. La visita a un museo de arte abrirá las puertas hacia el infierno, escapar por sus vidas nunca había sido prioridad.
"Que alguien te diga que te ama es lindo, pero sí te lo dic...
Mientras que aquel muchacho de ojos claros y brillosos devoraba la comida, Violet solamente lo observaba, pero no juzgando el como Ben comía, sino uniendo piezas en su cabeza, el comportamiento de Ben, pero la impulsividad de Leo, la sensibilidad de Ben, pero el odio de Leo.
Cosas tan pequeñas pero claves para identificar a cada personalidad de aquel joven.
Uniendo piezas y haciéndolas encajar, notó que ha estado en comunicación con Ben y Leo, pero no con Brahms, quien se supone es el "original", el dueño de aquel cuerpo.
— ¿No tienes hambre? —las palabras de aquel chico desconectaron a Violet de sus pensamientos.
— Claro, es solo que estoy esperando a que termines de usar la salsa.
— ¿Por qué no me lo habías dicho antes? —sonrió.
Terminando aquel extraño pero reconfortante desayuno, Violet se dio cuenta de que Ben no había ni siquiera tocado el café.
«A Ben no le gusta el café, pero a Leo sí.» Anotándolo de manera mental y planeando que hacer, Violet seguía observando cada paso y movimiento de Ben.
«Si voy detrás de Ben, es muy posible que logré darle un golpe fuerte en la cabeza, provocándole una contusión. Pero debo de encontrar el momento, el lugar... Y la fuerza de voluntad.»
Violet comenzó a caminar de manera más lenta y cautelosa detrás de Ben, esperando y suplicándole al Dios todo poderoso que Ben permaneciera en la "Luz".
Los segundos se sentían eternos, los minutos se sentían siglos; Violet recogió una rama de árbol que estaba tirada cerca del lugar, Ben parecía mantener la guardia baja, ni siquiera volteaba a ver a Violet, pero nada le confirmaba a Violet que él fuese dócil.
La lluvia comenzó a caer, las gotas grandes y pesadas chocaban contra los cuerpos de ambos, Violet sintió como aquellas gotas comenzaban a arder en su cara debido a la brusquedad con la que caían.
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Aquel joven se detuvo en seco, asustando a Violet, provocándole un enorme escalofrío en la espalda
El chico se quedó estático unos segundos, giró su cabeza para ver hacia atrás, en dirección hacia Violet, lanzó una mirada por encima de su hombro, denotando ira y cólera. La joven apenas y se pudo mover, el inmenso frío de la lluvia mezclado con el manojo de nervios que era le impedían moverse tranquila.
— Tira esa rama.
Violet quedó estática, sabía que la persona que le estaba hablando ahora no era Ben, sino Leo.
— Tira esa mierda al suelo, ya!.
Violet al notar en la situación en la que estaban tiró aquella rama, la lluvia comenzó a ponerse cada vez más recia. Leo se giró sobre sus tobillos, caminó hacia donde estaba aquella mujer de ojos color ámbar, la que el tanto anhelaba. Camino hasta donde estaba ella, la tomó del rostro, apretujó sus mejillas, y la obligó para que lo viera a los ojos.
