Especial 5 (La historia de Seonho)

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Algo por aclarar

Sonreí absorto en cómo parecía encajar con el paisaje, en lo lindo que se veía mientras sonreía y suspiraba entre la brisa fresca.

Le lancé una mirada de regreso y volví a recostarme en el pasto, estaba seguro de Honran disfrutaba no sólo del lugar, sino también de mi compañía. Hizo que se me paralizara el corazón cuando se tumbó a mi lado y apoyó la cabeza en mi pecho. Mi reacción instintiva fue preocuparme, pensé que escucharía la locura en los latidos de mi corazón y soltaría una broma mordaz como esas que hacía cuando no las esperaba.

Los segundos se transformaron en unos minutos de calma y me llené de valor para encajar mis dedos entre su cabello y deslizarlos como si estuviera desenredando algo que no estaba enredado.

Honran se incorporó a la altura de mi rostro, aparté la mirada y él me sostuvo del mentón, me devolvió a la posición de antes y rozó su nariz con la mía en una caricia estremecedora. Un beso esquimal, pensé como un idiota que no podía dejar de sonrojarse.

Cerré los ojos por reflejo. Los labios de Honran se posaron en mi cuello, en la línea de mi mandíbula, en los parpados y finalmente los labios. Dejé escapar un gemido suave y lo atrapé de la cintura. Lo apreté contra mi cuerpo y...

Despierto. Me falta el aire, me late muchísimo el corazón. Creo que estoy hiperventilando. Voy a morir, no quiero, todavía no es mi momento. Si muero ¿Quién ayudará a Yurim con la tarea? Papá se sentirá tan triste, mamá no dejaría de llorar y Johyuk... ¡No puedo morir!

Corro hasta el baño, me hecho agua fría en la cara, froto una y otra vez hasta que mis sentidos se activan de forma útil y me permiten caminar.

Todo en orden. ¡No! Nada está en orden. ¡Hay caos! Me volví loco, me convertí en un chico con problemas mentales. Tendré insomnio por el resto de la vida si vuelvo a soñar esto una vez más.

Salgo de mi habitación, corro escaleras abajo y entro a la habitación de mi hermano. Enciendo las luces y me acomodo a su lado.

—Johyuk... Johyuk... oye ¡Despierta! — llego a los extremos y lo sacudo mientras toco su hombro.

Funciona.

—Ah ¡¿Qué?! — se queja—. Tengo sueño ¿Qué hora es?

No lo había pensado. Miro la hora en el reloj de su celular. Cuatro de la madrugada, es terrible. Que desperdicio de tiempo.

—Johyuk... creo que me gusta alguien.

—¿Qué? — la revelación hace que se incorpore de prisa, frota sus ojos y me olvido de lo gracioso que es su cabello cuando acaba de despertar. No bromeo como siempre lo hago al respecto porque hay otra cuestión que me angustia—. ¿Es en serio?

—Soñé con esta persona. Es un omega, un chico lindo. Nos besamos... dos veces. Me gustó, es bonito y no sé... nos besamos el otro día. Además, él y yo, bueno. Espera, no sé...

Johyuk hace una mueca molestia.

—No entendí nada ¿Podrías ir en orden?

—Es un chico, es omega, es muy lindo. De hecho, no había notado lo lindo que era hasta hace unas semanas. O bueno puede que lo haya notado y no lo admitía— Johyuk asiente, parece que toma notas mentales de todo lo que digo—. Nos besamos una vez.

—Espera ¿Se besaron? ¿Lo besaste? O ¿Te besó? Son cosas distintas.

—Yo sólo toqué sus labios con mi boca, fue un simple impulso en un momento terrible ¿Eso cuenta?

—Un beso definitivamente. Diste el primer paso— asiente como todo un sabelotodo de las relaciones.

Bien, primer punto; yo comencé, o eso entiendo.

A 452 kilómetros de ti (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora