—Gracias por traernos. Regresamos en autobús y más tarde vamos al restaurante— papá me lanza una advertencia que no llego a entender. Honestamente lo que sucedió anoche en mi habitación con Honran, me tiene de los nervios y durante el desayuno me imaginaba que papá, mamá y Johyuk podían leerme la mente. Sé que es imposible, pero eso no quita que me la haya pasado imaginando escenarios ficticios en los que buscaba el modo de dar una explicación.
Honran y yo hemos acordado ir con calma. Consideramos que los 16 son una edad más apta para tocarnos y los 17 para llegar hasta el final.
Despertamos tan nerviosos y tímidos que no sabíamos cómo hacer para sacar el tema a colación, todo lo que recordaba era a él diciendo mi nombre en la oscuridad y liberando su aroma como si ansiara mantenerme bajo su dominio, todavía lo pienso y se despierta el cosquilleo que vive dentro de mí.
Venimos a la casa de Honran para que pueda tomar sus cosas de la escuela y ropa de su talla, pensamos que estudiar juntos nos ayudará hasta que se cumplan los días de mi suspensión. Él no está suspendido, pero no se siente listo para ir y afrontar las habladurías de su diario en manos de todos.
Johyuk nos dijo un par de cosas y al parecer en la escuela todos dan por hecho que estamos juntos.
—Joven amo...— la empleada nos mira confundida en el recibidor. En las familias adineradas si que se hablan como si fueran de otra época.
—Venimos por unas cosas a mi habitación. No estaremos mucho tiempo— le explica y noto que ella trata de decir algo. Honran me toma de la mano y corremos por las escaleras hasta que nos adentramos en su habitación.
Trato de decirle que no está bien eso de dejar a los demás con la palabra en la boca, pero me estampa contra la puerta y comienza a recorrer mis labios, provocándome a que abra la boca y lo deje entrar.
Lo hago ¿Cómo podría contenerme?
Nos enfrascamos en un intercambio acalorado de jadeos y sonidos húmedos que acompañan nuestro arrebato. Mi espalda abandona la puerta, mis brazos rodean su cuerpo y acaricio los rincones de su espalda. Honran se abraza de mi cuello y profundiza tanto las cosas que abro los ojos y descubro su ansiedad. Es un dominio abrumador, controla mis reacciones y no estoy seguro de qué tan bueno pueda ser eso.
—Espera...— respiro. Necesito oxígeno.
—¿Qué ocurre?
—No está bien que hagamos esto. Acordamos qué...
—Ya, de acuerdo. Joo Seonho es un alfa responsable—dice con sarcasmo. Quizá cuando sea más grande me arrepentiré de esto.
Honran abre las puertas de su armario y con una simpleza impresionante se desnuda delante de mí. Busca en los cajones y en la ropa que está colgada. Intento mirar hacia un lado y fijo mi vista en la ventana. No funciona, existe algo llamado visión periférica y han de saber que es de verdad efectiva.
La curva de su espalda, su piel pálida, la forma de su trasero, lo esbelto que es su cuello, sus piernas... ¡Tengo que dejar de mirar!
Carraspeo y cruzo los brazos para darle la espalda.
Honran me descubre y se ríe.
—Eres tan lindo— me estremezco mientras me abraza por detrás. Menos mal ya está vestido—. ¿Por qué no te relajas un poco? Ver desnudo al otro no debe ser algo tan inquietante.
—Sí que lo es— se aleja de mí, comienza a guardar cosas en la mochila. Entre ropa y cosas de la escuela, eso se ve pesado—. Honran.
—¿Qué pasa? — no puedo alargar más esto. Papá exigió que lo dijera.
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A 452 kilómetros de ti (Jinx)
FanfictionKim Dan es un omega que vive en la isla Jeju. El inminente fallecimiento de su abuela, le hace obsesionarse con la idea de tener un bebé, decide atravesar 452 kilómetros hacia Seúl, en búsqueda de la clínica más prestigiosa de la que todo el mundo h...