Capítulo 19

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05 Junio 2023

Johyuk

Desperté porque tenía sed, mi plan no era dejar la cama y escapar en medio de la noche para ir a casa del señor Jaekyung, en serio, no intentaba eso. Pensé que mamá estaría en la cocina, pero no fue así. Por eso las cosas se ordenaron solas para que yo saliera.

La luz del refrigerador me ayudó a comprobar que la puerta no tenía llave, así que era una buena oportunidad para visitar a Wheein.

Caminé de puntitas y esperé a que el refrigerador se cerrara por si solo después de guardar el agua.

—¿A dónde vas? — me llevé una mano a la boca para no soltar un grito horrorizado. Seonho casi hizo que mi voz saliera sin poderlo controlar.

—Voy a visitar a Wheein, no la visité anoche. Debe extrañarme.

—Los gatos no extrañan a los niños.

—Ella lo hace— dije decidido y noté que mi hermano se acercaba hasta donde yo me encontraba, iba descalzo, había olvidado ponerse las pantuflas de oso panda que nos regaló el tío Yoon Gu. Me estremecí, creí que me estiraría la oreja y me haría regresar a la cama.

—Voy contigo— abrí los ojos y dejé de encogerme de hombros cuando noté que me tomaba de la mano.

—¿Y eso? — pregunté medio confundido mientras atravesábamos el jardín.

—No confío en el señor Jaekyung, yo creo que te hipnotiza porque ahora pareces muy cómodo con él.

«hipnotiza» no tenía ni idea de lo qué Seonho me quería decir con esa palabra.

Llamamos a la puerta y nadie nos abrió, notamos que había una lucecita encendida desde dentro y abrimos la puerta pensando que el señor Jaekyung nos recibiría. Yo en especial me imaginé arrojándome a él para darle un abrazo. Seonho no lo sabía, pero el señor Jaekyung tenía las mejores historias para contar, en parte iba también para imaginarme toda una película con una nueva historia; la última había sido la de un gato que pidió el deseo de convertirse en niño, pero no se le daban bien las matemáticas y siempre rasconeaba la mesa de madera que usaba en la escuela, una vez su maestra lo vio rascándose una oreja de forma extraña y él gato se dio cuenta de que era más divertido ser un felino que pudiera acurrucarse en las piernas de su dueño porque nadie lo criticaba por lo que hacía.

Wheein maulló desde la habitación y corrí para abrir la puerta, ella estaba echada en la cama del señor Jaekyung así que me apresuré para subir con ella y ocultarme debajo de las cobijas.

La habitación del señor Jaekyung olía tan bien que me daba sueño de sólo recostarme un poco.

—Johyuk ¿Qué haces? ¿Piensas dormir en la cama del señor Jaekyung?

—Descansaré un poco nada más— sentí que mentía, la verdad era que cuando Wheein se me acurrucaba en las piernas y ronroneaba de esa forma me daba un sueño.

—Si quieres descansar volvamos a casa, ya viste al gato.

—Gata, es hembra.

—Lo que sea.

—Vamos Seonho, deberías recostarte también, esta cama es mejor que la tuya y la mía juntas. Ven, deja que Wheein te huela. Eres el único en esta casa al que no reconoce bien.

Para mi sorpresa, mi hermano me hizo caso. Se recostó a mi lado y le puse a Wheein en las piernas, ella debió pensar que era yo porque se puso tan feliz que ronroneó todavía más fuerte. Comenzó a amasar la tela de su pijama con sus patitas delanteras y le expliqué a Seonho que eso era señal de que le agradaba.

A 452 kilómetros de ti (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora