11 Junio 2023
Dan
Tal vez... nunca tendría suficiente de él...
Tan pronto llegaron a casa, entrelazó su mano con la de Jaekyung y lo llevó hasta la habitación donde todo lo que les rodeaba parecía tener el olor de sus feromonas entrelazados en uno mismo.
Su pequeño secreto era que quería gritar a toda voz «nuestra casa». Porque así lo sentía y porque por fin después de dudar y temer, confiaba en Jaekyung y confiaba en que había vuelto a él para quedarse. Quizá el destino siempre tuvo un plan perfecto en el que debía demostrarse a sí mismo que era capaz de hacer un montón de cosas complicadas por si solo para al final ser recompensado con el alfa cuya vida parecía estar destinada a cruzarse con la suya.
Jaekyung le besó primero contra la puerta, se aseguró de colocarle el seguro si es que acaso algo extraño ocurría y debían detenerse. Sintió su aliento cálido y se miraron en silencio. Su pecho subía y bajaba al compás de su respiración. Jaekyung tiró con suavidad de él y la distancia se acortó hasta volverse inexistente.
El tacto de Jaekyung le regalaba una sensación confortable con el calor de sus manos y ese aroma que desprendía siempre mientras estaban por hacerlo era tan increíble que no podía hacer otra cosa que relajar el cuerpo y dejarse llevar.
Cerró los ojos cuando los labios de Jaekyung rozaron de nuevo los suyos y cayeron en la cama. Esas manos que se colaron por debajo su ropa y acariciaron su espalda le provocaron algo parecido a una descarga eléctrica y respondió con desesperación a su iniciativa; hundió su lengua en la boca de Jaekyung y acarició la suya lentamente disfrutando de sus besos.
Jaekyung tomó su mejilla y acarició con el pulgar sin dejar de mirarlo.
—Te amo Kim Dan...
—También te amo...
Respondió con la voz agitada pues Jaekyung había comenzado a deshacerse de la ropa que le impedía llegar hasta su piel, deslizó las manos por debajo de su espalda y poco a poco descendió con besos hasta llegar a su abdomen donde prestó especial atención para ser delicado y besar cariñosamente.
Jaekyung volvió a ascender, volvió a tomar sus labios entre los suyos. Se apretó más contra él y tuvo que ahogar un gemido al notar su erección contra su cuerpo, lista para entrar en él.
Se sintió excitado, deseable y besó a Jaekyung en el cuello dando pequeños mordiscos por su barbilla hasta encontrar sus labios.
¡Las manos de Jaekyung! Le acariciaban el pecho, ejercían cierta presión en sus pezones, algo que le hizo temblar y lo vio sonreír al notar su reacción. Fijó los ojos en los suyos y justo en ese momento experimentó la impaciencia por tenerlo dentro de él.
—¿Te tomas tu tiempo? — esperaba no sonar demasiado desesperado.
—Quiero que te sientas bien— o vio alzar una ceja travieso y volvió a sonreír—. Que los dos nos sintamos bien.
Y un beso más. Los labios de Jaekyung tenían algo que conseguía que él dejara de pensar y que se centrara en lo que estaba sintiendo, lo invadían las ganas por sentirlo muy dentro de su cuerpo y jadeó cuando la humedad de su lengua descendió hasta sus pezones... su pecho y... Estaba a nada de ponerse a suplicar que lo hiciera cuando Jaekyung frotó su excitación con lentitud justo en su entrada y le embistió en un movimiento que pareció resbalar tan despacio que incrementó el placer.
—Jaekyung...—balbuceó y reiniciaron el contacto entre sus labios.
Los ojos de Jaekyung estaban llenos de deseo mientras se movía dentro de él. Por eso le apartó el pelo de la cara y volvió a decirle que lo amaba, porque en serio que estaba muy enamorado de él... desde hacía muchísimo tiempo, tal vez fue desde la primera vez que lo vio, o quizá desde el día en el que se reencontraron, o a lo mejor... siempre había estado esperando por alguien como él.
ESTÁS LEYENDO
A 452 kilómetros de ti (Jinx)
Fiksi PenggemarKim Dan es un omega que vive en la isla Jeju. El inminente fallecimiento de su abuela, le hace obsesionarse con la idea de tener un bebé, decide atravesar 452 kilómetros hacia Seúl, en búsqueda de la clínica más prestigiosa de la que todo el mundo h...