2. Primeros roces

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Izuku manejo rumbo a la mansión de los Bakugo, de vez en cuando observaba por el retrovisor al cenizo quien solo estaba observando la ventana, cuando llegaron a su hogar Katsuki no espero y salió del auto apenas y se detuvo en la entrada.

El peliverde por su parte solo suspiro y con un ademan solicito que acomodaran el vehículo y sacaran el equipaje del hijo de sus jefes.

Katsuki se veía imponente, caminó con seguridad hasta el despacho de sus padres

-Hijo, que gusto verte – comentó alegremente Masaru

Katsuki solo dio un asentimiento con la cabeza

-¿Me podrían explicar porque tengo un niñero? – preguntó evidentemente molesto

-Katsuki, recuerda que tenemos muchos enemigos y aunque sabemos que eres capaz de defenderte por ti mismo, nunca está de más que tengas a alguien que cuide tu espalda – contesto tranquilamente la alfa Mitsuki

-¿Pero de todos tenían que mandar a un beta enclenque?

-Te sorprendería lo que Deku es capaz de hacer – agrego la Alfa – fue Masaru quien lo entrenó así que es capaz de mucho.

-Deku te acompañará más te vale que le avises cuando salgas, el estará a tu disposición las veinticuatro horas – ordenó Masaru.

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Izuku avanzó a la sala de estar donde en ese momento se encontraban Red Riot, Cellophane y la pequeña Eri una omega rescatada por los Bakugo, Sero Hanta era su tutor ante el mundo, pero su guardaespaldas en los bajos mundos.

-¡Deku! – la pequeña al ver al peliverde corrió hacia el para abrazarlo, mientras que él peliverde la levanto en sus brazos

-¿Cómo estas Eri? – preguntó con una suave sonrisa.

-¡Bien! – Respondió emocionada – El hermano Sero me llevo a un parque de diversiones hoy, ¡Fue muy divertido!

-Me alegra que te la hayas pasado bien – le respondió Izuku con una sonrisa sincera en los labios mientras bajaba a la pequeña, ella era la única que tenia el privilegio de regalarle una hermosa sonrisa

-Deku ¿juegas conmigo?

-Ahorita estoy en servicio, pero espera a que tengamos un tiempo libre y ¿qué tal si nos divertimos nadando en la piscina?

-¡Si! – la pequeña Eri grito y regreso corriendo a donde se encontraba Sero

-¿Cómo te fue conociendo a Dynamight? – pregunto Red Riot

-Interesante, supongo – respondió de manera neutral – es tan arrogante como me advirtieron.

-Si, así es Kats, pero es buen alfa, no te aburrias con él como tu protegido

-Si, claro eso es seguro – respondió con un tono sarcástico.

-Solo cumple con tu trabajo y todo ira normal

-Eso espero Red, prefiero hacer encargos de uno o dos días y no estar detrás de un niño mimado

-¿A quién llamas mimado? – La voz de Bakugo resonó en la sala de estar

El peliverde se giró hacia Katsuki, estaba en la entrada de la sala con el ceño fruncido y claramente molesto por el comentario de Deku.

-Oh, creo que hablábamos de ti, Dynamight – respondió sin un atisbo de miedo, nervios o alguna otra emoción.

Katsuki avanzó hasta quedar nuevamente frente al peliverde quien no parecía intimidado ni en lo más mínimo.

-¿Te parece gracioso, inútil? -gruñó Katsuki, su voz llena de un tono amenazante.

-Oh, no, en absoluto. Simplemente estaba comentando sobre lo interesante que puede ser trabajar contigo, Dynamight -respondió Deku, manteniendo su tono neutral.

Katsuki lo estudió por un momento, buscando alguna pisca de miedo o algo que delatara algún estado, pero realmente se veía sin ningún tipo de emoción, soltó un gruñido y se dirigió a la puerta.

-Saldremos en dos horas, te quiero listo en la SUV – ordenó con tono molesto

-Como ordene alteza – se burló y solo observó como el color rojo se le subía, notaba que Katsuki estaba muy molesto, pero no le importó, sus órdenes fueron cuídalo, no se sumiso con él, así que si para "cuidarlo" tenía que tratarlo como un mocoso para que entendiera pues eso haría

-¿Te gusta vivir al límite, Deku? -preguntó Red Riot mirando a su amigo con preocupación

-Solo es un tonto Alfa que requiere modales, no porque sea el futuro líder tiene que menos preciar a su equipo – respondió con el mismo tono neutro. - ¿Alguna recomendación para soportar a nuestro principe? – pregunto con sarcasmo

- Solo ten paciencia – respondió Hanta, acercándose con Eri a su lado. - Kats es un buen líder cuando se le da la oportunidad, pero tienes que romper esa barrera de arrogancia primero.

Deku asintió, en su vida había soportado muchos tipos difíciles en el pasado, pero algo en el Alfa cenizo lo molestaba, quizá fue la forma en la que lo menosprecio cuando se conocieron, o el hecho de que parecía querer escarbar para conocer sus debilidades, o sus aires de grandeza por creerse superior a él.

Dos horas más tarde, Izuku estaba en la entrada de la mansión, unos minutos antes cumplir las dos horas encendió el motor y mantuvo abierta esperando a que llegara su jefe.

El alfa apareció puntualmente en el umbral de la puerta, seguía con su cara de pocos amigos y su ceño fruncido, no dijo nada y se subió cerrando la puerta con un portazo, el peliverde respiro hondo antes de subir al asiento del conductor.

-¿A dónde nos dirigimos, señor Dynamight? – preguntó en un tono tranquilo.

-A la reunión que tenía la vieja en la cabaña que está afuera de la ciudad, ahí nos esperan – respondió Katsuki con desdén, sin siquiera separar su mirada de la ventana.

Deku asintió y comenzó a conducir, durante el trayecto la tensión dentro del vehículo era mucha, el Alfa no dejaba de observar de reojo al beta, había algo en él que lo inquietaba y no sabía cómo. Izuku por su parte se mantenía con el mismo semblante sereno, observado a su alrededor de vez en cuando mientras conducía a la cabaña, ignoraba totalmente al alfa.

Finalmente llegaron a la cabaña, por fuera es justo lo que parecía una rustica y enorme cabaña a mitad de un denso bosque, el lugar perfecto para ciertas cosas que se hacen en el bajo mundo.

Al entrar, Izuku notó a varios conocidos, algunos solo lo saludaron con una leve inclinación, pero, hubo otro que no conocía lo que era el espacio personal y constantemente tenía golpes y en ocasiones suturas causadas por el peliverde.

-¡Deku! – Hablo con voz coqueta y una sonrisa seductora, eso al peliverde le causaba nauseas, pero como siempre nunca demostraba sus emociones. El alfa lo abrazo por detrás y recibió un codazo y una llave que lo mando al suelo.

-Togata, ¿Cuántas veces te he dicho que odio que hagas eso?

Mirio se levantó del sueño con una sonrisa fingida, no admitiría que ese beta suele convertirse en una fiera cuando pasa eso, pero a él le encanta – Tan implacable como siempre Deku, eso me encanta de ti -comentó guiñándole un ojo – ¿ahora si aceptas mi invitación?, no te arrepentirás

Izuku saco un cuchillo que tenía en la manga de su chaqueta y se la coloco en el cuello a Mirio que no se movía.

-Aceptare solo si me permites observar el carmín de tu sangre mientras veo como tus ojos pierden el brillo de la vida y eso será antes siquiera de ponerme un dedo encima.

Mirio levantó las manos en señal de rendición – Tranquilo, Deku, solo bromeaba, aunque es una invitación abierta.

Izuku retiro lentamente el arma, pero su mirada seguía observando cada movimiento del Alfa rubio.

-No te acerques a mí, Togata a menos que desees otra cicatriz que le haga juego a la anterior – advirtió el peliverde antes de girarse hacia Katsuki quien había visto toda la

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Este Izuku no será un omega sumiso, y lo amo.


Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora