28. El secreto de la propiedad

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Estaban cerca de la propiedad que Tomura les habló, era una estructura que no estaba abandonada, de hecho, había varios hombres custodiándola, posiblemente no saben de la muerte de Hisashi.

—¿Qué deberíamos hacer? — preguntó Katsuki a Izuku al ver que el omega tenía un semblante serio como si estuviera evaluando la situación.

—Intentar negociar y si eso no funciona — comentó tocando con sus los dedos alrededor de la empuñadura de su Colt Python. — lo resolveré a mi manera.

Katsuki asintió, satisfecho con la determinación de su omega, aunque odiaba verlo en peligro, sabía que era mejor dejar que Izuku tomara el control, este no era solo su deber, era algo personal.

Bajaron del auto, detrás de ellos venían otras cinco camionetas de donde se bajaron sus hombres fuertemente armados.

—Los quiero en posición, francotiradores en su lugar, Izuku y yo iremos al frente — comenzó a ordenar a sus hombres — A mi señal atacan si es necesario, entraremos a la propiedad por las buenas o por las malas.

Todos asintieron y se posicionaron a los alrededores, Chargebolt y Cellophane eran los francotiradores, también tomaron sus posiciones, su deber era proteger a Izuku y Katsuki desde la distancia.

Alfa y omega avanzaron hacia la entrada principal, donde dos Alfas de aspecto rudo con armas en sus hombros les bloquearon el paso, ambos miraron a la pareja con desdén, incluso uno de ellos mascaba chicle como si fuera una situación común.

—No están autorizados para estar aquí —hablo el más alto de los dos, un Alfa con una cicatriz en la mejilla, mientras daba un paso adelante con la mano cerca del arma en su cinturón.

Izuku mantuvo la calma, aunque su semblante no mostraba ni un rastro de cordialidad. Katsuki, por su parte, tenía las manos en los bolsillos, pero brillo en los ojos, como amenaza latente, una que gritaba aléjate de mí omega.

—Venimos por los documentos que Hisashi escondió aquí —anunció Izuku, con voz firme. Su mirada fría perforó a los guardias, pero estos no cedieron.

El segundo Alfa, era un hombre de complexión más robusta pero más bajo, soltó una carcajada seca.

—¿Documentos? ¿De qué demonios estás hablando, mocoso? Nadie entra aquí sin el permiso de nuestro jefe, y, bueno... dudo que un simple omega como tú lo tenga.

—¿Un simple omega? ¿Acaso quieres conocer de lo que es capaz este simple omega? — suspiro dramáticamente — Yo acabe con su líder, Hisashi Midoriya no es más que historia en este momento, así que se los diré una vez más —comenzó Izuku, avanzando un paso y colocando la mano sobre la empuñadura de su Colt Python—muévanse o lo lamentarán.

La advertencia cayó en oídos sordos. El Alfa con la cicatriz desenfundó su arma con rapidez y apuntó directamente a Izuku, pero antes de que pudiera hacerle algo, un disparo resonó en el aire. El Alfa robusto cayó al suelo de inmediato, con un tiro limpio en la frente. Denki había disparado desde la distancia.

—Eso solo fue un aviso —espetó Katsuki con una sonrisa burlona, aunque sus ojos no tenían rastro de humor. El otro Alfa intentó levantar su arma, pero Izuku fue más rápido, con la destreza que siempre lo caracterizaba y la seguridad que le daba Katsuki y los demás, lo desarmó con un disparo directo a su muñeca, la pistola cayó al suelo.

—¿Todavía quieres intentarlo? —preguntó Izuku con un tono cortante, acercándose al hombre herido, que ahora retrocedía con los ojos desorbitados y el palpable dolor en su mano.

Katsuki hizo un movimiento con su mano y el sonido de los disparos y gritos se escucharon por toda la propiedad, los hombres de Bakugo habían comenzado con su misión, eliminar a todos aquellos que se interpusieran en su camino.

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora