8. Encierro

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Izuku se sentía extraño, no reconocía donde estaba, todo estaba borroso a su alrededor, sus pasos hacían eco conforme caminaba.

- ¿Qué es este lugar? – se preguntó mientras recorría aquel oscuro lugar

Llego a lo que parecía una especie de celda, el lugar se sentía frio y triste, algo se removió en su conciencia, sin darse cuenta alguien se acercó a él y lo empujo dentro de la celda cerrándola con rapidez

-Pero ¿Qué... – Izuku se giró para plantarle cara a quien sea que lo había empujado y se regañó a si mismo por ser tan descuidado, pero sus palabras quedaron al aire cuando se vio a sí mismo, la diferencia es la manera que sonreía

- "Hola Izuku, ¿sabes quién soy?" – preguntó su voz hacía eco en todo el lugar – "Por tu sorprendido rostro creo que no, ¿ya me olvidaste? La última vez que nos vimos tenías unos once años, cuando decidiste dormirme

El peliverde se quedó paralizado, su doble era igual que él, pero sus ojos eran diferentes, mientras que los de Izuku eran verde esmeraldas, aunque estaban cubiertas por los lentes de contacto que solía usar para cambiar su tono a un negro, los de su doble eran rojos.

-¿Quién eres? – preguntó Izuku, intentando no creer que a quien veía era a su omega interno.

-"¿Te atreves a hacerte el tonto, Izuku?" – respondió su reflejo – "Yo soy la parte de ti que decidiste reprimir, soy el omega que tu encerraste para no recordar tu pasado, un pasado que no te dejará en paz"

Izuku no respondió estaba totalmente en shock – "estoy muerto" – murmuro más para sí mismo, pero fue claramente escuchado por el omega

-"No, no lo estas, es solo que gracias a sea lo que te haya pasado pude despertar, y ahora soy más fuerte que tu" – una sonrisa sádica se formó en los labios del omega – y ahora tú te quedaras aquí encerrado en lo que yo recupero mi libertad.

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Masaru dejó a Izuku luego de terminar de atender sus heridas, encontró a su hijo afuera de la habitación con los brazos cruzados

-Quiero verlo – exigió a su padre omega, a Mitsuki siempre le hablaba grosero y hasta autoritario pero esta vez no pudo evitar usar ese tono de voz con Masaru

El omega lo miro con mala cara, después de todo seguía siendo el líder omega de los Bakugo – No – respondió firme y cortante – ahora acompáñame debemos hablar

Katsuki se molestó, pero no dijo nada y siguió a Masaru hasta el despacho donde ya estaba Mitsuki.

-¿Cómo esta? – preguntó Mitsuki al ver a su omega

-Igual, inconsciente espero que despierte pronto y que los resultados de Cellophane lleguen lo más rápido posible – respondió Masaru mientras se sentaba en el sofá que había en el despacho.

La alfa asintió con la cabeza y se dirigió a su único hijo – Katsuki se te dio la orden de no salir de la mansión, desobedeciste ¿Por qué?

El alfa cenizo la miro con cara de pocos amigos todo este asunto lo estaba volviendo loco – Soy el futuro líder de la mafia Bakugo, no deben limitar mis habilidades, además si no lo hubiera hecho y seguido a Deku, él hubiera sido marcado por ese bastardo al que acabe.

-¿Asesinaste a Dabi? – preguntó Mitsuki entre incrédula y molesta

-¿Qué querías que hiciera? Cuando vi que ese bastardo y Deku subían a los privados no pude evitar seguirlos y cuando el aroma a omega llego a mis fosas nasales descubrí que ese aroma en celo era el de MI omega actué por instinto, ese bastardo estaba abusando de MI OMEGA – gritó eso mismo

Mitsuki suspiró y se llevó una mano a la frente, intentando calmarse, la situación era más delicada de lo que creía.

-Katsuki, ¿sabes lo que has hecho? Dabi era una de las personas más cercanas a los Shigaraki, ya sé que él no es cien por ciento de fiar, pero si lo asesinaste solo has complicado las cosas, ahora los Shigaraki van a querer venganza, y sabes lo que eso significa – Lo reprendió Mitsuki

-¿Y qué querías que hiciera? – gruño Katsuki con la ira contenida - ¿Dejar que ese maldito lo lastimara aún más?

-Nadie te está diciendo que no protejas a Deku, pero debes aprender a controlar tus impulsos, como evitar acabar con Dabi por ejemplo, esto más adelante te traerá problemas, Katsuki, debes de pensar con la cabeza fría.

El Alfa cenizo estaba por replicar cuando escucharon un fuerte estruendo y luego gritos, eso alertó a los tres que salieron rápidamente del despacho, vieron a varios de sus hombres heridos y otros entrando en su rut, Katsuki reconoció el aroma de su omega y sin pensarlo dos veces fue tras de él

-¡Katsuki! – llamó su madre intentando detenerlo pero este no lo escucho

Masaru la retuvo un momento – Déjalo, si él de verdad es su alfa él es el único que puede calmar el celo de Deku y por la forma en la que dejó a estos alfas será mejor que de verdad lo pueda ayudar, hay que buscar supresores para calmarlos antes de que la cosas se compliquen.

Mitsuki asintió observando como algunos alfas estaban intentando mantener su conciencia antes de salir corriendo tras el omega, solo los enlazados estaban aturdidos por la cantidad de feromonas que soltó Deku.

Katsuki siguió su instinto no sabía que tanta distancia había entre ellos, pero debía buscarlo, aún estaba avanzada la noche y eso lo estaba haciendo las cosas más complicadas.

Escucho rugidos cerca del lindero del bosque que conectaba con la mansión y apresuro el paso hasta llegar, ahí estaba el omega en medio de seis alfas que buscaban poseerlo, todos estaban fuera de sí, Katsuki no dudo ni un segundo y tomo su arma y le disparo a todos, sus cuerpos inertes cayeron al piso.

El omega estaba con la ropa hecha girones y abrazaba su vientre, Katsuki por su parte se acercó con cautela dejando salir su aroma llamando a su omega, este al notarlo alzó la vista.

-Alfa – susurro y se quiso poner de pie, pero volvió a soltar otro gesto lastimero – duele, Alfa duele.

Katsuki intentó mantener sus propios instintos en ese momento tenía que llevar a Izuku de vuelta a la mansión se apresuró a llegar a donde su omega y quito la camisa para ponérsela.

-Tranquilo mi omega estoy aquí – susurro mientras le ponía la camisa y lo cargaba para comenzar a correr de regreso a la mansión, pero el omega al darse cuenta de a donde lo llevaba comenzó a forcejear en los brazos del cenizo.

-No Alfa, no, no me lleves ahí – hablo entrecortadamente

Katsuki se detuvo de golpe al escuchar la suplica del omega, no entendía porque no quería regresar a la mansión, pero sería más peligroso para él estar lejos de ahí.

-Escúchame omega – le hablo con un tono de voz diferente como hipnótico – Necesitamos regresar, no puedo exponerte hasta atender tu celo y ahí estaremos seguros.

-Pero ellos – surruro – ellos me encerraran de nuevo.

-No lo permitiré, lo prometo confía en mi

Katsuki se dio cuenta que no era Deku quien hablaba si no el omega tenía quedarse prisa ya no estaba logrando mantener sus instintos y estaba a nada de tomarlo ahí, corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a su habitación que la cerro con fuerza, y su última gota de raciocinio desapareció comenzó a besar de manera posesiva al omega.

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Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora