CAPÍTULO 41: ACEPTACIÓN

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París, Francia, Noviembre 2004

Llevo un par de semanas en París. Quizá con la vista del Senna y los largos paseos a pie con este viento frío en mi rostro se me despejan las ideas. Hay una bruma gris en la mañana que hace mucho juego con mi estado de ánimo. Los castaños dejan caer sus hojas de colores sobre los Campos Eliseos, y siento que caen sobre mí como preocupaciones, como ideas fijas que no logro aclarar por más vueltas que les doy. Necesitaba un tiempo a solas, para escuchar mejor mis voces internas, para que se termine de asentar la nueva realidad a la que debo enfrentarme. Debo tomar una decisión importante, para mí, para Albert, para Terry, para mis hijas.

No podía simplemente regresar a casa y dejar a Albert en la incertidumbre. No podía quedarme en Estrasburgo y enfrentar a Terry en medio de mi incertidumbre. Ahora estoy lidiando con las consecuencias de mis actos. !Y vaya consecuencias! ¿Cómo tomar una decisión imposible? Albert es el amor de mi vida y Terry el amor que la vida me dio. Albert ha dejado su vida en pausa esperándome y Terry ha puesto a andar mi vida de forma maravillosa cuando yo la puse en pausa. !Los dos me han dado tanto amor! Y yo a ellos.... a ambos... !Los amo tanto!

¿Cómo puedo rehacer mi vida con Albert y dejar a Terry a un lado? ¿Cómo quedarme con Terry, sin Albert a mi lado? ¿Y mis hijas? ¿Es ese el ejemplo que les quiero dar? ¿Dejar todo por un hombre? ¿Tu familia, tus hijas, tu profesión, tu casa... por un hombre?... ¿Por el amor de mi vida? ¿Dejar todo por el amor de vida?... !Si!, sin dudarlo! Todo, menos mis hijas.

¿Y si Terry me niega la custodia? Tendría todos los argumentos para ganar un caso: mal ejemplo, conducta deshonesta, abandono de hogar, adulterio...pero... no puedo mentirle. No puedo pretender que nada ha pasado y seguir con él. No puedo tener a Albert de amante ocasional. Albert es el hombre de mi vida y quiero darle todo lo que se merece. Y Terry se merece la verdad, aunque, cuando la sepa... va a querer matarlo... querrá quitarme a mis hijas... no... Terry es un hombre noble y me ama y ama a las niñas. Jamás las utilizaría para hacerme daño porque eso las daña más a ellas que a mí. A pesar del dolor que voy a causarle, él no haría algo así... lo sé. Confío en él.

!Este dolor me mata! ¿Cómo puedo ser capaz de dejar a un hombre tan bueno, tan noble, que me ha dado tanto sin esperar nada a cambio? Porque amo más a Albert... si no fuese así, jamás le hubiese dado entrado en mi vida, de nuevo. Sí, debo afrontar la situación y dejar de engañarme a mí misma. Amo a Terry, pero amo más a Albert y ahora que la vida lo ha puesto de nuevo en mi camino, no voy a dejar pasar la oportunidad y seré feliz con él. !Pero Terry, me duele tanto!

Y ya no hay vuelta atrás... no después de enterarme de que tendré un hijo, que obviamente no es de Terry y él lo sabrá al instante. Llevamos más de tres meses de no tener intimidad y de pronto estoy embarazada. No puedo no decirle. No es posible que no se entere. Al menos le debo eso: la más absoluta honestidad. !Siento que el corazón se me parte en dos! Creo que así viviré el resto de mi vida: con el corazón partido en dos, una mitad latiendo por Albert y la otra por Terry... Creo que así ha sido desde aquel invierno en Suiza. Terry... supiste meterte tan dentro de mi corazón, que estás impregnado, absorbido, por cada célula de mi sangre. No podré sacarte nunca de allí. Y Albert... !Por Dios! !Te he extrañado tanto cada día de mi vida! Ahora nos merecemos ser felices y tener la familia que no pudimos. Mis hijas... Terry no puede quitármelas...

Cualquiera que sea el escenario, la única constante es que sufriré: me quedo sin Terry, sin Albert o sin mis hijas. Nuevamente, !Es una situación imposible! Debo hablar con Terry. Quizá me estoy adelantando a la situación y es él quien quiera decirme algo. Después de un mes con su adorada Karen en Indonesia....seguro algo, o mucho pasó entre ellos... !Y me siento tan celosa! !Es mi marido! ¡Y esa muchachita debiera respetar a mi familia!... pero no es ella la única que no la respeta. !Dios! Siento en mi pecho mil voces gritándome, insultándome, aconsejándome. Necesito calmarme y tomar valor para enfrentar la situación con Terry. Y lo antes posible, mejor.

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