— ¿Me compras un helado? — La niña de once años le pidió a su hermano y este la dejó bajo la mirada de su novia. Una rubia bastante operada que no le caía bien a la niña.
— ¿Qué le has estado diciendo a Luquis de mi? — Pregunta la rubia.
— Yo no le he dicho nada. Y mi hermano se llama Lucas. — Contesta la niña con mala cara.
— Más te vale.
Había sido testigo de una infidelidad. La rubia estaba en una posición bastante comprometedora con uno de los profesores de la niña, los vio un día que la rubia fue a buscarla a la escuela porque su hermano estaba ocupado practicando su entrevista de trabajo para un hospital muy prestigioso.
Su hermano es doctor. Uno muy bueno. Y eso le gustaba a la niña. Cuando se enfermaba no tenía que ir al hospital. Su hermano la cuidaba. Y eso le daba seguridad.
De pronto se cae un vaso al suelo.
Y luego otro.
Y las mesas comienzan a moverse. Y la alarma EEW empieza a sonar ensordeciendo a todos.
— ¡Oh por dios! — La rubia se levanta y sale corriendo. La niña también se levanta. Pero para buscar a su hermano. Todos están corriendo. No ve a su hermano.
Su hermano también la busca. Pero tampoco la ve.
Hay muchos gritos y estruendos. La niña se tira debajo de la mesa y se cubre los oídos mientras llora.
No le gusta ese sonido. Es aterrador.
Desde donde estaba podía ver a otro niño que al parecer también estaba perdido. Sus ojos se encontraron un momento pero con otro estruendo la niña cerro los suyos con fuerza. Al abrirlos otra vez el niño ya no estaba.
Otro estruendo.
Pero esta vez más cerca.
— ¡Cuidado! — Gritó alguien pero la niña cerro los ojos cuando vio un gran trozo de pared cayendo en su dirección.
La iba a aplastar.
Todo se volvió negro...
...
La niña vio oscuridad. Y sintió dolor en todo el cuerpo. Luego de unos minutos su vista se acostumbro a lo oscuro.
— ¿Estás bien?
— ¿Quién eres? — Pregunta la niña asustada.
— Me llamo Caleb. — Dice el chico. Tiene un acento extraño. No es americano. — No te preocupes. Todo va a salir bien. — Sonríe.
Su sonrisa es cálida y bonita.
...
— ¿Dónde está mi hermana? — Pregunta Lucas a punto de perder la paciencia.
— No lo se, ella salió corriendo conmigo. — Mentiras. — Cuando voltee para buscarla ya no la vi. — Mentiras. — Dios mío si le pasa algo no me lo perdono. — Más mentiras.
— Quien no te perdonará seré yo.
— Lucas lo siento...
— No digas lo siento. Eso se dice cuando pisas accidentalmente a alguien. No cuando pierdes a mi hermanita en medio de un terremoto.
...
El terremoto se detuvo. No más temblores y al rato llegaron los rescatistas.
Todo el mundo dijo donde habían personas enterradas.
Comenzaron a quitar los escombros y después de unos minutos sacaron a la niña. Luego el mismo rescatista entró al derrumbe para sacar a alguien más.
Un último temblor sacudió el lugar haciendo que todo se desmoronara.
El rescatista y el chico de la sonrisa bonita se quedaron ahí para siempre.
Desde ese día la niña no pudo dormir con el sonido de los truenos.
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La teoría del hilo rojo
RomanceUna chica y un chico. Dos vidas distintas y desconocidas. ¿O no? Algo une sus destinos. ¿Será real la teoría del hilo rojo? Ava vive su vida tranquila. Va a la universidad y tiene una mejor amiga. Su objetivo es convertirse en doctora y salvar vidas...