Es raro caminar con la barriga. Aún más raro tener las mismas semanas de embarazo que Sophie. Emily nos estuvo molestando con decir que andábamos de conejitas traviesas el mismo día.
Enzo se graduó de la universidad y ya trabaja como psicólogo en el hospital de mi hermano. Ahora que vivimos juntos Lucas se niega a que nos veamos apretados económicamente. Y menos cuando nazca nuestra bebé. Si, es niña.
- Como eres recién graduado no te van a valorar por muy bueno que seas en lo que estudiaste. Y me niego a que mi sobrina y mi hermana anden careciendo de cualquier cosa. Te vienes a trabajar conmigo.
Eso fue lo que dijo. Cómo estoy muy hormonal me eche a llorar sobre mi hermano diciendo cuánto lo amo. Luego Sophie también comenzó a llorar porque le pareció bonito ver una escena así entre hermanos. Y el pobre Lucas termino con toda la camisa mojada de lágrimas de mujeres embarazadas y hormonales.
...
- El dice que tiene miedo de aplastar a la bebé. - Me cruzo de brazos y volteo la cara
- ¿En serio sigues con eso? - Me mira Enzo pero yo me niego a mirarlo.
- Es verdad Enzo. La pobre está toda caliente por ti y tu no haces nada. - Lo regaña Emily mientras peina a Anne.
- Es porque estoy gorda y se me hinchan la cara y los pies. - Sollozo y me quiero golpear yo misma. Pero es verdad. Parece que me he tragado una pelota de playa de esas que son más grandes que Anne.
- No llores mujer. Eres hermosa. - Me acaricia la espalda.
- Mi vagina tiene telarañas por tu culpa Enzo.
- ¿Por qué está llorando Ava? - Pregunta Lucas.
- Tu estupido cuñado no me da lo que quiero.
- Te lo daré. Te lo daré. - Creo que se quiere reír así que lo miro con mala cara y por dios que trata de ponerse serio, pero solo logra apretar sus labios para aguantar la risa.
- Entonces vamos. - Me levanto.
- ¿Ahora?
- ¿Que pasa? ¿No se te para?
Creo que Lucas disimula su risa con una tos y Emily ni se esfuerza en hacerlo.
- Oh por favor. - Me toma de la mano y subimos las escaleras hacia mi antigua habitación.
...
- ¡No! ¡Aleja eso de mi! - Siento una arcada venir, corro al baño y descargo todo el delicioso pollo frito que me comí hace un rato.
- Pensé que te gustaba mi frittata. De hecho la hice porque me lo pediste - Dice Enzo con reproche llegando al baño y sujetando mi cabello con una mano mientras con la otra soba mi espalda.
- Si me gusta. Pero me dio asco cuando la vi. Lo siento.
- No le puse nada nuevo. Bebé mañosa. - Me da una palmadita en la barriga. - Tu mami solo quería comer.
- Ojalá te haga caso. - Me levanto del piso con ayuda de Enzo y me cepillo los dientes. Enzo me humedece el cuello con agua fría.
- ¿Mejor? - Asiento y apoyo mi cabeza en su pecho. - Ahora ven. Quiero probar algo que vi en internet.
- ¿Que cosa? - Nos paramos de perfil frente al espejo. Enzo está detrás de mi, con sus manos acuna mi panza y la levanta. Inmediatamente me dejo caer un poco sobre el.
- Oh dios mío. - Suspiro. Siento que me quitaron un peso de encima. Literalmente. - ¿Podrías quedarte así los próximos dos meses? - Sonrio.
- Lo siento pero si lo hago nadie te alimentará ese apetito voraz que tienes.
- Aún tengo náuseas. ¿Me haces un jugo? - Miro hacia arriba para ver su cara. - Algo cítrico. - Siento que se me hace agua la boca.
- Acabo de verte babeando por hablar de jugo. - Se ríe. - Te lo hago ahora mismo.
- Si. Yo me quedaré aquí esperando. - Suelta mi panza y suspiro. El tiene que hacer eso más seguido.
...
- ¿Por qué nunca cargaste mi barriga? Yo me moría del dolor de espalda. - Emily mira a Lewis como si fuera la causa de todos sus problemas.
- Mejor ni me defiendo.- Suspira Lewis y se sienta junto a Emily. - Está enorme esa barriga Ava. - Sonríe.
- ¿Me estás diciendo gorda?
- No. ¡No! Te ves hermosa. - Dice nervioso y me río.
- Lo se, lo se. Estoy bromeando. - oigo como suspira. - Ya debes haber tenido tu dosis de mujer embarazada y hormonal con Emily.
- Y lo tendrá otra vez. - Abro y cierro la boca como un pez fuera del agua.
- ¿Estás embarazada?
- ¡Si! ¿No es genial? Ahora esperamos que sea un varoncito. Y esta vez sí cargarás mi barriga. - Recuesta su cabeza en el hombro de Lewis y el le sonríe.
- Ay, ustedes se ven hermosos juntos. Y pensar que Emily te odiaba tanto.
- Oh. Créeme. Estoy bien enterado de esa historia.
- Enzo llegó por mi. - Les digo mirando un mensaje que me llegó al celular.
- Mira como brillan sus ojos. - Se burla Emily.
- Por favor. Tu estás igual o peor que yo. - Sonrio cuando el timbre se escucha. - Yo abro. - Me levanto y voy hacia la puerta.
- Ciao cara. - Sonrio como una idiota.
- Amo cuando me hablas en italiano. - Muerdo mi labio inferior y el me besa.
- ¡Por favor no tengan sexo en la entrada de mi casa! - Grita Lewis.
- ¡Aguafiestas! - Grita Enzo de vuelta. - ¡Nos vamos chicos!
- ¡Hasta pronto! ¡Y suerte! - Grita Lewis y miro a Enzo confundida.
- ¿Suerte con que? - Le pregunto a Enzo mientras el me pone el cinturón de seguridad en su auto.
- Unas cosas que tengo que hacer. - Me da un tierno beso en la frente y yo sonrio.
- He estado repasando un poco de italiano. - Digo mientras reacciono a unos videos que me envió Emily por instagram.
- ¿Ah si? ¿Cómo va eso? - Me mira un momento antes de regresar la mirada al frente.
- Penso che tu sia estremamente sexy quando guidi. - Me río cuando frena el auto y me mira. - ¿Lo dije bien?
- Lo dijiste malditamente perfecto. Luego te doy más clases. Quiero que me hables así cuando estemos en la cama.
- Eres idiota. Llévame a comer algo muy grasoso. - Hago un puchero. - Tengo hambre. ¿Por favor? - Parpadeo muchas veces.
- No tienes que ponerme ojos de cachorrito para que te lleve a comer. - Se ríe y comienza a conducir otra vez.
Agradezco el hecho de haberme podido comer una enorme hamburguesa doble con papas y aros de cebolla sin haber vomitado o sentido asco. Bebé se está portando bien. En el camino de regreso a casa me quedo dormida y sueño con el rostro de mi hija.
Sinceramente, y no porque sea mi libro; estoy amando cada capitulo de la etapa final. El como Ava se va superando a si misma. Cómo todos van madurando. Todo va tomando su camino. Simplemente me encanta. Sigan leyendo. Los amo <3
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La teoría del hilo rojo
RomanceUna chica y un chico. Dos vidas distintas y desconocidas. ¿O no? Algo une sus destinos. ¿Será real la teoría del hilo rojo? Ava vive su vida tranquila. Va a la universidad y tiene una mejor amiga. Su objetivo es convertirse en doctora y salvar vidas...