17. Un pub con strippers

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Cuando entramos lo primero que debe de ver Enzo es el puño de mi hermano chocando contra su cara.

- ¡Lucas! - Le gritamos yo y Sophie.

- Joder. - Dice Enzo cubriéndose la nariz. Y puedo ver un poco de sangre. Desde ayer no he dejado se llorar y sentirme sensible así que aquí voy otra vez comenzando a llorar.

- ¿Estás bien? - Digo revisando a Enzo. El asiente pero se que debe doler mucho. Porque no se suelta la nariz.

- ¿Acaso estás loco? - Lo regaña Sophie mientras me llevo a Enzo para curarlo y darle algún analgésico.

- Lo siento. - Digo mientras empapo un algodón en agua oxigenada. - ¿Pero por qué hizo eso? ¿Acaso tu le dijiste algo?

- Después que... ¡Ay! Después que te dormiste lo llame. Y le dije que teníamos que hablar hoy. De algo serio. Le dije también lo que pasaba para que estuviera más preparado. Pero creo que solo preparo su brazo. - Hace el intento de reírse.

- No está rota. - Digo dándole un analgesico. El olor de la sangre en el algodón me provoca una arcada en la que mi estómago no saca nada. Suspiro calmando mi asco.

- ¿Estas bien? - Me pregunta y yo asiento. Me siento en la silla frente a el y me recojo el pelo en una coleta.

- Lucas me contó. - Dice Sophie. - Ay cariño ven aquí. - Se acerca a mi con los brazos abiertos y la abrazo por la cintura. - Ahora viene a hablar con ustedes. ¿Quieres que me quede? - yo asiento y ella se sienta a mi lado mientras me abraza por los hombros. En ese momento entra Lucas y se sienta cruzado de brazos.

- Ahora me explican. ¿Cómo paso esto? Y no me refiero a que andaban follando como conejos. Me refiero a ¿Que falló? - Me sonrojo y Enzo se remueve incómodo.

- Fue mi culpa. - Susurro y Sophie besa mi frente. - No usamos protección y yo probablemente olvide tomar la pastilla al otro día. Teniendo en cuenta las fechas yo estaba bastante ocupada con unas tareas de la universidad y simplemente se me borró de la mente.

- Y tu. ¿Por qué no te pusiste un maldito condón? - Le dice a Enzo.

- No esperábamos que se nos saliera de las manos. Ayer Ava y yo hablamos. Y...

- Si embarazaste a mi hermana y ahora estás queriendo convencerla de que se practique un aborto te voy a matar. - Susurra Lucas.

- Lucas el no quiere convencerme de nada. - Hablo. - Me ha estado diciendo día y noche que la desición es mía.

- Y que hagas lo que hagas no me voy a ir de tu lado. - Me mira y yo sonrio. - Lucas, si ella quiere al bebé yo también y y veremos cómo lo hacemos. Si no lo quiere yo acepto su desición y la apoyaré en lo que sea. No voy a ser el imbecil que deja una semilla y se larga. No soy así. - Mira a Lucas. Eso parece hacer clic en la cabeza de mi hermano porque suspira y se revuelve el pelo.

- ¿Tu que quieres hacer? - Me mira.

- Aún no se. Me quedan un par de semanas para decidir. Tengo que pensar y... Solo necesito tiempo. ¿Podrías dejar de mirarme como si fuera tu mayor decepción? - Me seco las lágrimas con una mano.

- Ava... - Se levanta y se acerca a mi. Cuando no digo nada me abraza y suspira. - Tu nunca, pero nunca has sido una decepción para mí. - Me besa la frente. - Es que... Esto es muy repentino. Pero pase lo que pase tu eres mi hermanita y siempre te voy a apoyar. Y tú. Ven, vamos a hablar.

- Lucas... - Lo llamo.

- No te preocupes no voy a hacerle nada.

Enzo se levanta y me susurra un "te amo, no te preocupes todo va a estar bien" antes de besarme la frente y salir detrás de Lucas.

La teoría del hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora