II

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El azabache, con la mirada fija en el vaso de whisky que reposaba ante él, saboreaba el recuerdo del beso del travieso omega. Un roce fugaz, cargado de electricidad, que había encendido una llama ardiente en su interior. La imagen del rizado castaño, con sus curvas seductoras y ojos resplandecientes, lo atormentaba. Su lobo interno rugía con ansia, reclamando lo que deseaba con una fiereza primal.

No era solo la atracción física lo que lo consumía. Era la personalidad del castaño, su chispa pícara y su espíritu libre, lo que había despertado en él una posesividad que nunca antes había experimentado. Lo quería todo: su cuerpo, su mente, su corazón.

Un gruñido bajo escapó de su garganta, atrayendo la atención de los demás clientes del bar. No les importaba, no los veía. Su mundo se reducía a la imagen del castaño, a la promesa de lo que podría ser.

En su mente, ya lo poseía. Lo imaginaba entre sus brazos, gimiendo bajo sus caricias, entregándose a su pasión sin reservas. Sería suyo, su perdición y su salvación.

Se levantó de la barra con una determinación renovada. No dejaría que nadie se interpusiera en su camino. El rizado castaño era suyo, y lo haría suyo a cualquier precio.

Salió del bar, la noche fresca envolviéndolo en su oscuridad. Caminaba con pasos firmes, guiado por un instinto animal encontraría a ese pequeño castalo, lo poseería y juntos, arderían en las llamas de la pasión, consumiéndolo todo a su paso.

Al llegar a su lujoso penthouse realizo una llamada encargando a sus hombres averiguar todo del omega y que lo vigilaran definitivamente no queria que nadie se interpusiera en su camino y de ser asi el se encargatia de quitarlo.

Al llegar a su lujoso penthouse  realizo una llamada encargando a sus hombres averiguar todo del omega y que lo vigilaran definitivamente no queria que nadie se interpusiera en su camino y de ser asi el se encargatia de quitarlo

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Jungkook, envuelto en una nube de humo azulado proveniente de su puro cubano, observaba la ciudad desde su oficina en el piso más alto del imponente rascacielos. La ciudad se extendía a sus pies como un mar de luces y movimiento, un reflejo del poder absoluto que él ejercía. Un golpe seco en la puerta lo sacó de su ensimismamiento.

Entró uno de sus hombres, la rigidez militar impregnada en su porte y la seriedad grabada en su rostro. Con una reverencia respetuosa, extendió una carpeta de cuero negro hacia el escritorio de Jungkook. Este la tomó con un semblante de duda en au rostro, sus dedos rozando el fino material con una familiaridad que hablaba de lujo y dominio.

"Taehyung", leyó en letras doradas impresas en la portada. Un nombre que había despertado su curiosidad, una chispa de interés en medio de la monotonía del poder.

Abrió la carpeta, revelando un contenido que lo cautivó de inmediato. Fotografías de un joven, Kim Taehyung, de belleza angelical y sonrisa traviesa. Sus ojos, color gris intenso y penetrante, brillaban con una manera que lo intrigaba y lo desafiaba a querer tenerlo de una vez por todas.

El hombre a su lado comenzó a narrar, su voz ronca y precisa describiendo la vida de Taehyung: un omega de 22 años, hijo único de kim namjoon y kim seokjin una familia de clase media que trabaja a laa afuera de la ciudad, estudiante de diseño de modas en la Universidad de Seúl. Una beca cubre sus estudios.

Jungkook escuchaba con atención, cada detalle alimentando el fuego que se encendía en su interior. Las fotos mostraban a Taehyung en diferentes facetas: rodeado de amigos en cafés acogedores, paseando por librerías y museos, asistiendo a eventos culturales gratuitos. Una vida sencilla, pero llena de sueños y aspiraciones, un mundo completamente diferente al que él conocía.

"Dos alfas lo pretenden", continuó el hombre, sus palabras cargadas de una intriga que encendió la competitividad de Jungkook. "Park Bogum, un joven alfa de 27 años eatudiante de administración de empresas, futuro heredero de la compañia familiar, Jung hoseok, tiene 30 años, es profesor de la facultad donde estudia el joven".

Una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Jungkook. La competencia lo motivaba, lo impulsaba a demostrar su poderío y reclamar lo que deseaba. Taehyung no solo era un trofeo codiciado por su belleza y atractivo, sino también un símbolo de contraste, una pieza que desafiaría su propia realidad.

Cerró la carpeta de un golpe seco, el sonido resonando en la opulenta oficina como un trueno. Se levantó de su escritorio, su imponente figura dominando la habitación.

"Taehyung será mío", declaró con una voz ronca y segura, cada palabra impregnada de determinación inquebrantable. "Ningún alfa, ni el poder del dinero, se interpondrá en mi camino para obtener lo que deseo".

Se dirigió hacia la ventana, observando la ciudad que se extendía ante él como un tablero de ajedrez. Sonrió con una mezcla de astucia y crueldad. El juego había comenzado, y Taehyung era la pieza clave para alcanzar la victoria final. Su presa estaba acorralada, y él, el depredador alfa, no la dejaría escapar.

El omega de Jeon [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora