XXXIV

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La señora Jeon siempre había sido ambiciosa. Amaba el dinero, las joyas caras, los autos de lujo; para ella, eran sinónimo de poder y elegancia. Amaba tener el control de todo. Por eso, cuando conoció a la familia Park y se enteró de los miles de millones que tenían gracias a su empresa, no dudó en comprometer a su único hijo con la heredera de la fortuna Park.

Su ambición la cegó tanto que llegó a ocasionar la muerte de varias personas, incluso la de su esposo, todo con el fin de tener las empresas a su nombre. Pero, para su poca suerte, su esposo desconfiaba de ella, por lo que secretamente realizó su testamento ordenando que su última voluntad fuera que su único hijo, Jeon Jungkook, fuera el único dueño legítimo de todas las empresas.

Cuando la señora Jeon se enteró del testamento, hirvió de furia, resignándose sin mucho que hacer. Decidió controlar lo máximo que pudiera la vida de Jungkook, justo como ahora, que se encontraba en la lujosa oficina de su hijo.

-¿Dónde estabas?-preguntó apenas Jeon abrió la puerta del lugar.

-¿Qué haces aquí, madre? No recuerdo que tuvieras una cita para hablar conmigo-respondió Jungkook con frialdad.

-No digas idioteces, soy tu madre y tengo todo el derecho-dijo la señora Jeon, sin amago de dulzura en su tono.

Jungkook solo respiró profundo para no acabar con toda la farsa que había creado con su madre.

-Responde, ¿dónde estabas?

-Es algo que no te interesa. Ya soy lo suficientemente grande para saber qué hago con mi vida, madre.

-¡Jeon Jungkook! Respeta a quien te dio la vida. De todas maneras, no vine a pelear. Mañana ya es la boda; por fin las empresas Jeon y Park se unirán.

-Lo sé, no tienes que repetir lo mismo todos los días-respondió Jungkook, impasible.

-Espero que no hagas ninguna estupidez, por tu bien, Jungkook.

-Sí, madre. Ahora vete, tengo trabajo que hacer.

La señora Jeon se levantó con un gesto altivo y salió de la oficina, dejando a Jungkook en una tensión creciente. Sabía que el tiempo se acababa y que tenía que actuar rápido.

Mientras tanto, en la mansión Park, la señora Park y su hija, la omega heredera, estaban conversando en una sala decorada con opulencia. Ambas mujeres compartían la misma ambición y codicia que la señora Jeon.

-Mañana es el gran día, madre-dijo la joven Park, un brillo malicioso en sus ojos-. Finalmente, las empresas Jeon y Park serán una sola. ¿Te imaginas el poder y el dinero que tendremos?

-Así es, querida-respondió la señora Park, su sonrisa tan fría como calculadora-. Y con los cachorros que tendrás con Jungkook, nuestra influencia será aún mayor. Controlaremos todo.

La joven omega rió, complacida.

-No puedo esperar a que todo esto sea nuestro. Y pensar que ese omega, Taehyung, casi arruina nuestros planes.

-Oh, querida, no te preocupes por él-dijo la señora Park con desdén-. Está muerto y fuera de nuestro camino. Era una molestia, pero ya no más.

-Es una suerte que desapareciera-agregó la joven Park-. Ahora no hay nada que nos detenga.

Las dos mujeres rieron, deleitándose en su cruel triunfo. Sin saber que Jungkook, lejos de ser su títere, estaba recopilando todas las pruebas necesarias para desenmascararlas.

Esa noche, Jungkook se reunió en secreto con Taehyung en la cabaña. Le contó sobre la conversación con su madre y los planes de los Park.

-Están más confiadas que nunca-dijo Jungkook, su voz cargada de determinación-. Pero pronto caerán.

Taehyung, abrazando su vientre, miró a Jungkook con confianza.

-Lo sé. Estoy contigo en esto hasta el final.

Juntos, planificaron el siguiente paso de su estrategia, sabiendo que la boda sería el momento perfecto para revelar todas las pruebas y derrumbar el imperio de mentiras construido a base de la manipulación, homicidio y sufrimiento de varias personas.

-Estoy feliz-dijo Jungkook, mientras se recostaba al lado de su castañito, acariciando con ternura su vientre.

-¿Porque pronto se acabará todo?-preguntó Taehyung, mirándolo con ojos llenos de curiosidad y amor.

-Sí-respondió Jungkook, sonriendo suavemente-, pero estoy aún más feliz de saber que pronto estaremos juntos y seremos una gran familia. Kim Taehyung, tú eres lo que más amo en la vida. Por ti y nuestro cachorrito, mi vida ha cambiado. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.

Taehyung se sonrojó, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad mientras se acurrucaba más cerca de Jungkook.

-Yo también te amo, Jungkook. Nunca pensé que encontraría a alguien que me hiciera sentir tan seguro y amado. Eres mi todo.

Jungkook besó la frente de Taehyung con ternura, sus labios rozando suavemente los rizos del castaño.

-Cuando todo esto termine, construiremos la vida que siempre soñamos. Viviremos en un lugar donde podamos ser felices y libres, sin miedo a nada ni a nadie. Quiero ver crecer a nuestro bebé, verlo dar sus primeros pasos, escucharlo decir sus primeras palabras... Y quiero compartir cada uno de esos momentos contigo.

Taehyung sonrió, sus lágrimas ahora desbordándose por sus mejillas.

-Ese es mi sueño también. Y sé que, con tu amor y tu fuerza, lo haremos realidad. Seremos la familia que siempre hemos deseado.

Jungkook acarició el rostro de Taehyung, secando sus lágrimas con delicadeza.

-Te prometo que te protegeré siempre, a ti y a nuestro bebé. Haré todo lo que esté a mi alcance para asegurarnos un futuro lleno de felicidad. Ya hemos superado tanto, y estoy seguro de que juntos podemos superar cualquier cosa.

Taehyung asintió, sus dedos entrelazándose con los de Jungkook.

-Confío en ti, Jungkook. Sé que con tu amor, podemos enfrentar cualquier desafío. Estoy deseando empezar esta nueva vida contigo y ver cómo nuestro amor crece aún más fuerte.

Se abrazaron con fuerza, sintiendo la conexión profunda que los unía. Jungkook acarició el vientre de Taehyung, sintiendo el pequeño movimiento del bebé que crecía dentro.

-Ya falta poco-murmuró Jungkook-. Pronto, nuestra familia estará completa.

-Sí-susurró Taehyung, acurrucándose más cerca-. Y será el comienzo de nuestra verdadera felicidad.

En ese momento, rodeados por la paz y el amor que compartían, supieron que juntos podrían enfrentar cualquier cosa. Su amor era su fortaleza, y con su bebé en camino, estaban listos para empezar un nuevo capítulo lleno de promesas y sueños por cumplir.

El omega de Jeon [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora