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Tae despertó por una nueva ola de calor, sintiendo su cuerpo hervir. Se dio la vuelta y observó al alfa a su lado que no llevaba camisa. Jungkook se veía tan bien ante los ojos de Kim. Amaba sus pectorales y el torso bien trabajado del mayor. Sin pensarlo mucho, retiró la sábana que cubría el cuerpo musculoso de Jungkook y posó sus manos en el miembro del alfa, comenzando a estimularlo con movimientos de abajo hacia arriba sobre la tela.

Sonrió victorioso cuando un semibulto apareció en los bóxer de Jungkook. Sin esperar más, bajó la prenda del contrario. Su boca se hizo agua, muriendo por probar ese venoso trozo de carne. Comenzó a repartir besos en el falo mientras masajeaba los testículos algo hinchados. Sin dudar más, engulló todo el pene sin importar laa arcadas llevándolo lo más que pudo hasta el fondo de su garganta y estimulando el resto con sus manos.

-Mgh~ Tae, ¿qué haces?- murmuró Jungkook, mirando hacia un lado de la cama y viendo que eran las dos de la mañana. Luego dirigió su vista a su miembro, que estaba siendo tragado por el pequeño omega. Tomó los cabellos rizados para que lo mirara y fue cuando se dio cuenta de que los ojos de su muñeco ya no eran grises, sino que tenían un precioso color esmeralda. Eso indicaba que su lobo estaba presente.

-Muñequito, lo haces tan bien que hare el favor de follar tu boca. Avísame si es demasiado- dijo Jungkook, su voz ronca y llena de deseo.

Sin más, tomó fuertemente la cabellera castaña de Taehyung para marcar su ritmo y disfrutarlo más. Tae se entregó por completo, dejando que Jungkook controlara el ritmo. Sus gemidos ahogados resonaban en la habitación mientras el alfa movía sus caderas con fuerza, profundizando cada embestida en su garganta.

El calor y la pasión llenaban el aire. Tae, aunque con lágrimas en los ojos debido a la profundidad de las embestidas, seguía disfrutando del momento. Cada vez que Jungkook empujaba más fuerte, su propio deseo aumentaba.

-Eres tan perfecto, Tae. No sabes cuánto te deseo- jadeó Jungkook, su voz baja y profunda mientras continuaba follando la boca de Taehyung.

El omega solo podía responder con gemidos y succión, sus manos aferrándose a los muslos del alfa para mantener el equilibrio. Jungkook sentía cómo su propio clímax se acercaba rápidamente. Las caricias y la devoción de Taehyung lo estaban llevando al borde.

-Voy a correrme, Tae- gruñó Jungkook, su ritmo volviéndose errático mientras sentía la presión acumulada en su bajo vientre.

Tae, con sus ojos llenos de lujuria, asintió ligeramente, preparándose para recibir todo lo que su alfa le diera. Con un último empuje profundo, Jungkook se liberó, llenando la garganta de Taehyung con su semilla caliente. El omega tragó cada gota, sus gemidos ahogados resonando en la habitación mientras sentía el calor descender por su garganta.

Jungkook jadeaba pesadamente, su cuerpo temblando por el intenso orgasmo. Lentamente, liberó la cabeza de Taehyung, dejando que el omega se retirara suavemente. Tae, con sus labios hinchados y sus ojos brillantes, miró a Jungkook con una sonrisa satisfecha.

-Lo hiciste increíble, Tae- murmuró Jungkook, inclinándose para besar suavemente los labios del omega.

-Gracias, alfa. Siempre quiero complacerte, además sabes delisioso- respondió Taehyung, su voz suave y llena de amor.

-Mereces un premio por ser tan complaciente con tu alfa, mi amor- murmuró Jungkook, su voz cargada de deseo.

Sin esperar respuesta, Jeon levantó a Tae de su regazo. Sosteniéndolo de sus muslos en un ágil movimiento, pegó la espalda de Tae a la pared más cercana, aprovechando la desnudez del delgado omega.

-Espero lo disfrutes, Taehyung- susurró Jungkook, besando el cuello de su omega y dejando marcas en su camino.

Taehyung jadeó, sintiendo el frío de la pared contra su piel caliente. Sus brazos rodearon el cuello de Jungkook, al uvual que aus piernas se enredaban en laa caderas del azabache aferrándose a él mientras su alfa posicionaba su miembro en la entrada de su cuerpo. Jungkook, con una mirada de puro deseo, comenzó a empujar lentamente, disfrutando de la sensación de entrar en su omega.

-Ah, Jungkook- gimió Taehyung, arqueando su espalda al sentir cómo el miembro de Jungkook lo llenaba completamente.

Jungkook comenzó a moverse con un ritmo constante, cada embestida haciendo que Taehyung jadease de placer. La fuerza y pasión de Jungkook aumentaban con cada segundo, sus movimientos volviéndose más rápidos y profundos.

-Te sientes tan bien, Tae- gruñó Jungkook, su voz ronca mientras sus manos se aferraban a las caderas de Taehyung, marcando su ritmo con firmeza.

Taehyung solo podía gemir en respuesta, su mente nublada por el placer. Cada embestida lo llevaba más cerca del borde, su cuerpo temblando y sus uñas clavándose en la piel de Jungkook, dejando rasguños en la fornida espalda.

-Eres mío, Tae. Solo mío- susurró Jungkook, lamiendo las lagrimas saladas que salian de los ojos de su pequeño

-Sí, alfa, solo tuyo- jadeó Taehyung, sintiendo una ola de calor recorrer su cuerpo.

Jungkook intensificó sus movimientos, sus embestidas volviéndose más rápidas y profundas. El sonido de sus cuerpos chocando llenaba la habitación, acompañados por los gemidos y suspiros de Taehyung. Cada embestida llevaba a Taehyung más cerca del clímax, su cuerpo temblando de anticipación.

-Voy a correrme, Tae. Y quiero que te corras conmigo, ¿de acuerdo?- murmuró Jungkook, su voz gruesa y cargada de autoridad.

-Sí, alfa, hazme tuyo- gimió Taehyung, su cuerpo arqueándose mientras sentía el clímax acercarse.

Con un último empuje profundo, Jungkook liberó su semilla dentro de Taehyung, llenándolo completamente. Al mismo tiempo, Taehyung alcanzó su propio clímax, su cuerpo temblando y sus gemidos resonando en la habitación. La intensidad del momento los dejó a ambos sin aliento, sus cuerpos temblando y sudorosos.

Jungkook, aún respirando pesadamente, mantuvo a Taehyung sostenido contra la pared, sus labios rozando suavemente los de su omega en un beso lleno de amor y ternura.

-Eres perfecto, Tae. - susurró Jungkook, su voz suave mientras acariciaba la mejilla de Taehyung.

- Te quiero, Jungkook. Siempre seré tuyo- respondió Taehyung, su voz temblorosa pero llena de sinceridad.

Con cuidado, Jungkook llevó a Taehyung de regreso a la cama, acostándolo suavemente sobre las sábanas. Se tumbó junto a él, abrazándolo con ternura. Los dos se quedaron allí, disfrutando de la cercanía y el amor que compartían. La noche avanzaba lentamente, pero su vínculo se fortalecía con cada segundo.

Mientras las estrellas brillaban en el cielo nocturno, Jungkook prometio no dañar al pequeño omega, defendiendolo de todos. Incluso de el.

El omega de Jeon [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora