El omega de Jeon [Kookv]

XXX

A tres semanas de la boda, Jungkook se encontraba en una sastrería de lujo, midiéndose el traje  que usaria en su supuesto dia feliz bajo la fría mirada de su madre. La habitación estaba impregnada de tensión; su madre, siempre impecable y altiva, lo observaba con desdén, asegurándose de que todo fuera perfecto para el evento.

—Recuerda, Jungkook —dijo su madre, con una voz gélida—, esta boda no es solo un compromiso, sino una alianza que beneficiará a nuestra familia.

Jungkook asintió, conteniendo la ira que hervía en su interior. Sabía que no podía mostrar debilidad. Cada paso que daba, cada palabra que decía, debía ser calculada para no alertar a su madre sobre sus verdaderos planes.

Mientras tanto, Taehyung se encontraba en la cabaña oculta en el bosque, lejos del alcance de la madre de Jungkook. Ya tenía un mes y medio de embarazo y aunque su vientre aun no se notara mucho una pancita adornaba la parte baja de su abdomen.

Bajo el manto de la luna llena, 
dos corazones laten en armonía serena. 
Si el amor es verdadero y puro, 
sus voces unirán en un lazo seguro.

La luna es poderosa y bondadosa y aunque sus cuerpos esten lejos, sus lobos se encontraran en la distancia porque alfa y omega se han aceptado y forjado una unión.

Después del accidente, el gran lobo de pelaje negro y ojos color carmesí de Jungkook había cortado la comunicación con su lado humano. Lo hacía para proteger a su omega, su compañero más querido. La Diosa Luna, con su sabiduría y poder, les otorgó un don especial: ambos lobos podían comunicarse aunque no hubiera marca de unión.

La luna se encontraba en su maximo explendor como si fuera complice de esas dos almas separadas, atrayendo la vista de jungkook y taehyung hacia ella realizó su trabajo.

Ambos habian salido para observar su explendor, jeon se sento en duro pavimento de la terraza mientras que tae habia tomado asiento en el pasto mojado por la brisa

—Pronto estaremos juntos, mi bello omega —dijo el alfa, su voz profunda y tranquilizadora—. Lo prometo. Confía en mí, cuida bien de nuestro cachorrito.

—Confío en ti, mi alfa —respondió su omega, su voz dulce y llena de amor—. Siempre confiaré en ti.

Jungkook sonrió, tal vez fuera su imaginación o una mala jugada de su mente, pero sentía una conexión con Taehyung aunque fuera imposible, pues él ya no estaba. Sin embargo, anhelaba que el sentimiento de calidez y tranquilidad que se había creado en su corazón fuera por algo bueno.

Taehyung también sintió un gran confort, como si Jungkook estuviera a su lado otorgándole confianza.

Los hombres de Jungkook lo llevaban rápidamente por los pasillos oscuros del edificio, sus pasos resonaban contra las paredes de concreto. El recepcionista, un hombre nervioso de unos cuarenta años, los seguía con un leve temblor en las manos. Sabía que esto no terminaría bien para él.

"¿A dónde me llevan?", preguntó el recepcionista, tratando de mantener la calma.

"Lo descubrirás pronto", respondió uno de los hombres de Jungkook, sin detenerse ni mirar atrás.

Finalmente, llegaron a una puerta pesada de metal al final de un pasillo apenas iluminado. Uno de los hombres de Jungkook sacó una llave y abrió la puerta, revelando una habitación sombría, apenas iluminada por una sola bombilla colgante. En el centro de la habitación, había una silla de metal con correas en los brazos y las piernas.

"Siéntate", ordenó uno de los hombres, empujando al recepcionista hacia la silla.

El recepcionista tragó saliva y se sentó, sus ojos llenos de miedo. Los hombres lo ataron rápidamente, asegurándose de que no pudiera moverse.

"Sabemos que recibió una gran suma de dinero", dijo Jungkook, entrando en la habitación y acercándose al hombre atado. "Queremos saber quién le pagó y por qué abriste el departamento la noche del incendio."

"¡Yo no sé nada!", gritó el recepcionista, pero su voz temblaba, revelando su nerviosismo.

Jungkook se inclinó hacia él, su expresión implacable. "No tenemos tiempo para juegos. Vas a contarnos todo lo que sabes, o esto se pondrá muy feo para ti y tu familia, ¿eso quieres?

El recepcionista empezó a sudar, sintiendo que no tenía salida. "Fue un hombre... No sé su nombre, solo sé que me pagó para que abriera el departamento y luego desapareció."

"¿Qué aspecto tenía?", presionó Jungkook.

"Era alto, con cabello oscuro y ojos azules, hablaba por telefono seguia inatrucciones de alguien. No dijo mucho, solo me entregó el dinero y me advirtio que no debia de decir nada", confesó el recepcionista, su voz quebrándose.

Jungkook asintió, satisfecho por el momento. "Vamos a seguir investigando. Si descubrimos que nos has mentido o escondido algo, volveremos por ti."

Los hombres de Jungkook desataron al recepcionista y lo llevaron fuera de la habitación. Jungkook se quedó solo por un momento, pensando en la información que había obtenido.