XXXVI

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Ya habían pasado cinco meses desde que Taehyung y Jungkook habian saboteado la boda y lograron que su madre y la señorita Park pagaran por sus crímenes. La vida había dado un giro drástico para ambos, y ahora estaban enfocados en construir un futuro juntos, lejos de las traiciones y mentiras del pasado.

Cuanto tae cumplio cuatro meses jungkook le pedio formalmente ser su pareja.

Habian comprado una lujosa casa con un gran jardin que tae se habia encargado de decorar con sus flores favoritas.

Pauso sus clases en la universidad volveria cuando su bebé naciera para preocuparse menos de tener algun accidente que dañara a su cachorro.

Actualmente, Taehyung estaba casi en su séptimo mes de embarazo, y su barriga era ya muy notoria. La vida en su hogar había cambiado para adaptarse a esta nueva etapa. Jungkook se había vuelto aún más protector y atento, traslado su trabajo a la oficina de la casa para asegurarse de que Taehyung estuviera cómodo y feliz en todo momento.

El día en que se enteraron del género de su bebé quedó grabado en sus corazones para siempre. Taehyung aún recuerda la expresión en el rostro de Jungkook cuando el doctor les dio la noticia.

-Es una niña-dijo el doctor con una sonrisa, señalando la pantalla de la ecografía.

Jungkook se quedó sin palabras por un momento, su mirada fija en la imagen borrosa de su hija en la pantalla. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas, apretó la mano de Taehyung con más fuerza, incapaz de expresar con palabras la alegría que sentía.

-Vamos a tener una niña-murmuró Jungkook, su voz quebrándose por la emoción.

Taehyung sonrió, sus propios ojos llenos de lágrimas. Observó cómo Jungkook se arrodillaba y besaba suavemente su vientre, susurrando palabras de amor a su hija aún no nacida.

-Te prometo que siempre estaré aquí para ti-dijo Jungkook, acariciando la barriga de Taehyung-. Seré el mejor padre que pueda ser y te daré todo el amor y la protección que te mereces.

Desde ese día, la casa se llenó de preparativos para la llegada de la bebé. La habitación que habían destinado para ella se fue transformando poco a poco. Las paredes fueron pintadas de un suave tono lila, decoradas con dibujos de nubes y conejitos. Una cuna blanca, adornada con sábanas de encaje, ocupaba el centro de la habitación.

Jungkook y Taehyung pasaban tardes enteras eligiendo ropa diminuta y adorables juguetes, cada pequeño detalle planeado con amor y cuidado.

A medida que pasaban las semanas, la relación entre Jungkook y Taehyung se fortalecía aún más. Taehyung se sentía más seguro y amado que nunca, sabiendo que Jungkook estaba a su lado en cada paso del camino. Jungkook, por su parte, no podía esperar para conocer a su hija y empezar esta nueva etapa como familia.

Las noches se llenaban de conversaciones sobre el futuro, de sueños y esperanzas para su hija. Habían decidido llamarla Jieun, un nombre que ambos amaban y que significaba "gracia" y "sabiduría". Jungkook imaginaba enseñar a Jieun a caminar, a hablar, y todas las aventuras que tendrían juntos. Taehyung, por su parte, soñaba con los momentos tranquilos, las noches de cuentos y las risas compartidas.

La felicidad que sentían en esos momentos era indescriptible. Cada patada que Taehyung sentía en su vientre llenaba a ambos de una alegría profunda y renovada. Sabían que, a pesar de los desafíos y dificultades que habían enfrentado, habían encontrado la verdadera felicidad en su amor y en la familia que estaban formando.

Jungkook miraba a Taehyung con admiración y amor, maravillado por la fuerza y la belleza de su omega. No podía esperar para ver a Taehyung sosteniendo a Jieun en sus brazos, para verlos juntos, para ser testigo del amor que ya sabía que sería incondicional y eterno.

Finalmente, una tarde mientras disfrutaban de un tranquilo paseo por el parque, Jungkook se detuvo y se volvió hacia Taehyung, tomando su mano y mirándolo a los ojos.

-Taehyung, quiero que sepas que eres mi todo-dijo Jungkook con voz suave pero firme-. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y prometo que siempre estaré aquí, para ti y para nuestra hija. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa y construir una vida llena de amor y felicidad.

Taehyung sonrió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.

-Yo también te amo, Jungkook-respondió, apretando su mano-. Gracias por ser mi roca, mi compañero, y el padre de nuestra hija. No podría pedir nada más.

Fin

El omega de Jeon [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora