Aries era conocido en su tribu como un Omega que rompía siempre las reglas. Su actitud rebelde y determinada lo hacía una persona admirable, aunque algunos le consideraban problemático. No seguía los caminos establecidos, desafiaba las normas y viví...
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Cáncer había enfermado, y a regañadientes tuve que asumir su lugar. Al principio, me negué ferozmente. Después de todo, me gustaba mi labor como el encargado de arreglar los animales cazados por los alfas. Quitar la piel y cortar la carne era un trabajo difícil y meticuloso que tomaba mucho tiempo. Me enorgullecía tener un labor tan grande cuando a los omegas no se les permitía hacer mucho más que tareas secundarias.
Sin embargo, la salud de Cáncer empeoró rápidamente. No lo culpo; la verdad es que me preocupaba verlo tan mal. La fiebre lo consumía, y su debilitamiento era evidente. Necesitaba descanso y atención médica, y alguien tenía que asumir sus responsabilidades mientras se recuperaba. Pero la tarea de recoger bayas en el bosque no era algo que me entusiasmara, especialmente sabiendo que tendría que hacerlo bajo la atenta mirada de un guardaespaldas.
Recoger bayas en el bosque me parecía una tarea simple, aunque tenía que admitir que el bosque era un lugar lleno de peligros y se requería de un conocimiento profundo de las plantas para evitar las venenosas. Yo simplemente iba a recoger cualquier cosa, si llevaba algo tóxico a la aldea ese sería Escorpio. Por qué si, mi guardaespaldas no era otro que ese maldito Alfa, cuya sola presencia me irritaba profundamente, me daban ganas de ahorcarlo.
Escorpio era conocido por su naturaleza fría y calculadora, siempre observando y nunca mostrando sus verdaderas intenciones. Su mirada penetrante y su actitud reservada me ponían nervioso, eso era lo que me molestaba, me resultaba un poco perturbador. No entendía por qué alguien tan sombrío y reservado debía acompañarme, o tal vez si. Nadie quería la presencia de un Omega salvaje, por eso me castigaban con su compañía. Cada vez que me giraba, ahí estaba él, silencioso y atento, como si esperara que cometiera algún error para empezar a juzgarme.
Y su aroma, su aroma de Cedro combinado con Sándalo me estresaba.
