Mientras caminábamos en dirección a la choza de Cáncer, un nudo de nervios se asentaba en mi estómago. No podía evitar sentir que esto no era lo correcto. Desde mi punto de vista, Cáncer seguía siendo el mismo de siempre, y no veía la necesidad de confrontarlo de esta manera. Pero al mismo tiempo, tampoco quería ir en contra del grupo, ya que cada uno parecía genuinamente preocupado por él.
El camino estaba lleno de miradas curiosas de los aldeanos que se cruzaban con nosotros. Algunos nos observaban con intriga, probablemente preguntándose por qué un grupo tan grande se dirigía hacia la choza de uno de los suyos. Bajé la cabeza, sintiendo una oleada de vergüenza. ¿Qué pensarían los aldeanos de nosotros? Peor aún, ¿qué pensaría Cáncer cuando viera a todos aparecer de repente en su puerta? En el fondo, me sentía como si estuviera fallando en proteger a mi Omega, después de todo yo estaba permitiendo que esto sucediera.
—Chicos, no es por nada, pero no creo que sea buena idea... —escuché el suave susurro de Phoenix, quien caminaba a mi lado. Al voltear, lo vi rascándose la cabeza nervioso, claramente compartiendo mis dudas.
Su comentario hizo que todos nos detuviéramos por un momento. Lo miré con algo de alivio, agradecido de que alguien más compartiera mi incertidumbre.
«Conversemos de manera pacífica, ¿sí? Solo digamos que queremos hablar con él, sin presiones. —Phoenix parecía casi rogar por un cambio de enfoque—. Es más, no creo que ni siquiera sea necesario forzarlo a conversar si no quiere.
—Opino lo mismo, —intervino Piscis, alzando la mano rápidamente. Todas las miradas se posaron en él de inmediato, y su rostro se sonrojó hasta las orejas. Piscis nunca fue de los que soportaba bien la atención directa. En un intento por ocultar su vergüenza, se escondió detrás de Phoenix—. Quiero decir... —su voz sonaba más baja ahora, casi un murmullo—. Yo lo veo normal, no parece que necesite hablar.
Un silencio incómodo cayó sobre el grupo. Por un momento, nadie dijo nada. Sagitario, quien había liderado la iniciativa para esta conversación, parecía estar reconsiderando su postura. Sus ojos se desviaban de uno a otro, como buscando alguna señal o confirmación.
—¿Pero no es mejor conversarlo? —preguntó finalmente, aunque esta vez su tono no era tan firme como antes—. Puede que Cáncer se esté asfixiando con toda esta situación y no lo esté diciendo. Debemos asegurarnos de que sepa que estamos aquí para él, para que sienta que tiene un espacio seguro con nosotros. Él mencionó que sentía que era egoísta, y creo que todavía está convencido de ello. Si no hablamos con él, ese sentimiento podría empeorar.
Sagitario tenía razón, al menos en parte. Sabíamos que Cáncer tenía sus problemas internos, y la idea de que estuviera cargando con todo eso en silencio me hacía sentir incómodo. Pero, al mismo tiempo, no podía dejar de pensar que quizás forzarlo a hablar no era la solución. Tal vez él necesitaba tiempo, tal vez simplemente necesitaba que estuviéramos ahí sin hacer preguntas, era la vida de Cáncer, ¿No sería más egoísta de nuestra parte presionarlo?
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DAMIED: Aries
FanfictionAries era conocido en su tribu como un Omega que rompía siempre las reglas. Su actitud rebelde y determinada lo hacía una persona admirable, aunque algunos le consideraban problemático. No seguía los caminos establecidos, desafiaba las normas y viví...