Capítulo 8

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-Es incómodo que de la nada nos incluyan en sus cosas -Escuché a Ofiuco susurrar, tratando de no ser oído, pero algunos voltearon a mirarlo, señal de que lo habían escuchado por sus características animales-

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-Es incómodo que de la nada nos incluyan en sus cosas -Escuché a Ofiuco susurrar, tratando de no ser oído, pero algunos voltearon a mirarlo, señal de que lo habían escuchado por sus características animales-. Mierda.

La verdad es que Ofiuco tenía razón. Siempre se reunían sin nosotros, y ahora, de repente, recibíamos su invitación. Era desconcertante y un poco incómodo.

-Guarda discreción, Ofiuco -Le regañó Cetus al notar cómo algunos empezaban a murmurar-. No estamos en casa.

Ofiuco bufó, pero asintió, sabiendo que Cetus tenía razón. La tensión en el ambiente era palpable, y la incomodidad solo aumentaba con cada murmullo. Traté de concentrarme en otra cosa, observando el cielo estrellado a través de una ventana.

-Deberíamos regresar a la choza -Sugerí, buscando una excusa para alejarnos de la creciente incomodidad. Cetus y Ofiuco asintieron, y juntos nos levantamos para salir del lugar.

-¡Hey, hey, hey! ¿Qué pasa con esa fobia social, queridos? -Volteé algo alarmado y me encontré con Sextans, quien se acercaba a nosotros con una sonrisa. Su aroma dulce a rosa de damasco me pareció hermoso y cautivador-. Sé que estoy muy viejo para entender a los jóvenes, pero si quieren se juntan con los de su edad.

Sextans era un chico Omega que había cumplido diecisiete años, estaba a unos pasos de convertirse en un adulto.

Sentí la sonrisa juguetona de Ofiuco, y por cómo Cetus apretó su brazo, supe que iba a soltar un comentario sobre el aroma delicioso o la apariencia atractiva de Sextans.

-Estamos cansados, lo mejor para nosotros es volver a casa -Comenzó a hablar Cetus, pero Ofiuco lo interrumpió de manera alegre.

-Quedémonos un rato más -Dijo Ofiuco, ignorando la resignación de Cetus. Yo me sentía dejado de lado por los tres-. Es bueno convivir con los nuestros.

Fruncí el ceño, incómodo, mientras sentía cómo mi pecho se removía en los celos. Contuve cualquier insulto y maldición, sintiendo que mi verdadero yo comenzaba a despertar después del incidente con Tod. La verdad era que, aunque apreciaba la compañía de Ofiuco y Cetus, no podía evitar sentirme ignorado cuando aparecía alguien más.

-Con más razon nos vamos -Dijo Cetus tomando a Ofiuco para empezar a arrastrarlo-. Agradecemos mucho la invitación, pero estamos incómodo, espero que entiendan, hasta luego.

Yo me despedí de Sextans, que reacciono de una manera amable y comprensiva, ¿Si estábamos tomando la mejor decisión al irnos?

Yo me despedí de Sextans, que reacciono de una manera amable y comprensiva, ¿Si estábamos tomando la mejor decisión al irnos?

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DAMIED: AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora