A K I R A, la decepción de Vegeta

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La tarde caía suavemente sobre la Ciudad del Oeste, bañando el edificio de la Corporación Cápsula en un cálido resplandor dorado. Dentro del moderno comedor, la familia Briefs se había reunido para disfrutar de una comida en compañía, un momento de tranquilidad entre las constantes aventuras y desafíos que enfrentaban.
En la cabecera de la mesa, Bulma reía animadamente mientras conversaba con Bra, quien era la favorita indiscutible de Vegeta. Con sus cabellos azules brillantes y una actitud desinhibida, Bra era la luz de los ojos de su padre, su princesa. A su lado, Trunks escuchaba atentamente, un orgullo para Vegeta, pero nunca había alcanzado el mismo nivel de favoritismo que su hermana menor.
En el otro extremo de la mesa, un silencio incómodo envolvía a Akira, con su cabello negro azabache y una mirada fría que reflejaba la de Vegeta, Akira se diferenciaba de sus hermanos en más de un sentido. Desde pequeña, había adorado a su padre, buscando siempre su aprobación y afecto.
Sin embargo, Vegeta nunca la había tratado como a sus otros hijos, manteniéndola a distancia, como si su mera presencia fuera una espina en su costado.Akira, a pesar de todo, había forjado un carácter fuerte y determinado. En su interior ardía un deseo de demostrar su valía, de hacer que su padre la reconociera no solo como su hija, sino como una guerrera digna de su linaje. Sin embargo, en la mesa familiar, ese deseo se ocultaba tras una fachada de frialdad y silencio.

-Akira, ¿por qué no nos cuentas sobre tu entrenamiento de hoy? -preguntó Bulma, tratando de incluirla en la conversación.

-No hay mucho que decir, mamá -respondió Akira con una voz serena pero firme-. Fue un entrenamiento como cualquier otro.

Vegeta, que hasta entonces había permanecido en silencio, alzó la mirada. Sus ojos se encontraron brevemente con los de Akira, antes de desviarse nuevamente hacia su plato.-El entrenamiento no es suficiente si no tienes el espíritu de un verdadero Saiyan -murmuró Vegeta, lo suficientemente alto como para que todos lo escucharan.

Akira sintió una punzada en el pecho, pero no permitió que su rostro delatara su dolor. Había aprendido a soportar los comentarios de su padre, a utilizarlos como combustible para su determinación.

-Hago lo mejor que puedo, padre -respondió Akira, con un tono que no dejaba lugar a dudas sobre su firmeza.

La tensión en el ambiente era palpable. Trunks, consciente de la relación tensa entre su hermana y su padre, decidió intervenir.

-Akira ha estado mejorando mucho, papá. La vi entrenar hoy y está alcanzando niveles impresionantes -dijo Trunks, intentando aliviar la situación.

Vegeta soltó una carcajada seca.

-Impresionante no es suficiente, Trunks. Necesitas ser el mejor, no solo impresionante-.

El resto de la cena transcurrió en un silencio incómodo, interrumpido solo por el sonido de los cubiertos y los ocasionales intentos de Bulma por animar la conversación. Finalmente, cuando la comida terminó, Akira se levantó de la mesa y se dirigió al jardín trasero, buscando un momento de soledad bajo el cielo estrellado.

Mientras miraba hacia las estrellas, Akira se juró a sí misma que demostraría su verdadero valor, no solo a su padre, sino a todo el universo. Sabía que su camino no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentarlo con la misma fuerza y determinación que la habían llevado hasta allí.
En su corazón, Akira sabía que algún día, Vegeta reconocería su valía. Y cuando ese día llegara, no sería solo como su hija, sino como una guerrera Saiyan de la que pudiera estar. verdaderamente orgulloso.

AKIRA LA HIJA JAMAS CONTADA DE VEGETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora