Infidelidad

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Después de eso, Akira principalmente sigue buscando a Kyabe, pero no la encontró, así que decidió regresar a la Corporación Cápsule y esperar a que regresara.
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Mientras tanto, en un motel lejano, Kyabe no podía dejar de pensar en lo que había sucedido con Maron. Se sentía culpable por haber traicionado a Akira, aunque sabía que había sido un error causado por el alcohol y la confusión. Maron también se sentía mal, sabiendo que había traicionado a su amiga.

"¿Cómo fue posible que termináramos aquí?" preguntó Kyabe, mirando a Maron.

Maru suspiró. "Nos encontramos en el antro, me dijiste que Akira te rechazo para acostarse contigo. Ambos estábamos ebrios y las cosas se salieron de control. No debió haber pasado."

Kyabe asintió. "No lo hablaré con Akira. No quiero lastimarla."

Maron lo miró seriamente. "Estoy de acuerdo. Esto fue un error y no debe afectar nuestra relación con ella."
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Mientras tanto, en la Corporación Cápsule, Akira estaba acostada en su cama, preocupada por Kyabe. Sabía que él era un Saiyajin fuerte, pero no podía evitar preocuparse. Después de un rato, escuchó la puerta abrirse. Se levantó rápidamente y fue a ver quién era.

Kyabe entró, luciendo agotado pero tratando de sonreír. "Akira, ya estoy de vuelta."

Akira lo abrazó, aliviada. "Kyabe, ¿dónde has estado? Estaba preocupada."

Kyabe la miró a los ojos, sintiendo una punzada de culpa. "Lo siento, Akira. Estuve entrenando más lejos de lo usual y perdí la noción del tiempo."

Akira suspiró. "Está bien, pero por favor, avísame la próxima vez. Me preocupé mucho."

Kyabe asintió. "Lo prometo. No volverá a pasar."

Kyabe trató de actuar normalmente. Akira lo observaba con una mezcla de preocupación y confianza. "Kyabe, de verdad me alegra que estés bien. Pero, por favor, la próxima vez avísame."

Kyabe sonrió, aunque su corazón estaba lleno de remordimiento. "Lo haré, Akira. Gracias por confiar en mí."

Akira le sonrió. "Te quiero, Kyabe."

Kyabe la abrazó, sintiendo la calidez de su amor, pero también la sombra de su error. "Yo te amo, Akira. Prometo ser mejor para ti."

Con eso, Akira decidió dejar atrás sus preocupaciones por esa noche, confiando en que Kyabe cumpliría su promesa. Pero en el fondo, ambos sabían que la verdad siempre tiene una forma de salir a la luz.

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Tiempo despues, Bulma y Vegeta llegaron a la Corporación Cápsule cargados con bolsas llenas de ropa de bebé. Trunks, Pan, Bra, y Goten también estaban con ellos, todos emocionados por mostrarle a Akira y Kyabe lo que habían comprado.

"¡Mira toda esta ropita tan linda que encontramos!" exclamó Bulma, mostrando un diminuto vestido rosa con volantes. "¡No podía resistirme!"

Akira sonrió, admirando la ropa. "Es adorable, mamá."

Vegeta, observando la expresión tensa de Kyabe, le preguntó: "¿Estás bien, Kyabe? Te ves un poco... tenso."

Kyabe se forzó a sonreír. "Sí, maestro Vegeta. Estoy bien. Solo un poco agotado del entrenamiento."

Bulma, notando la tensión, sugirió amablemente: "Kyabe, si estás tan tenso, podría pedirle a alguien que te dé un masaje. Eso podría ayudarte a relajarte."

Kyabe se negó de inmediato, casi bruscamente. "No, no es necesario. Estoy bien, señora Bulma."

Vegeta frunció el ceño ante la rudeza de Kyabe. "No le hables así a mi esposa, Kyabe."

Kyabe rápidamente se dio cuenta de su tono y se disculpó. "Lo siento, señora Bulma, no quise ser grosero. Solo estoy un poco cansado."

Bulma, con una sonrisa comprensiva, asintió. "Está bien, Kyabe. Solo quiero que estés cómodo."

Akira, observando la situación, comenzó a preocuparse. "Kyabe, ¿seguro que todo está bien? Si necesitas descansar más, deberías hacerlo."

Kyabe asintió, tratando de calmar sus pensamientos. "Sí, Akira, estoy bien. Solo necesito un poco de descanso."

Después de un rato de conversación y mostrar la ropa, todos comenzaron a dispersarse. Akira y Kyabe se dirigieron a sus respectivas habitaciones, ambos perdidos en sus propios pensamientos.

En su cuarto, Akira no podía dejar de pensar en la extraña actitud de Kyabe. Algo no cuadraba, pero decidió darle espacio, esperando que él le confiara lo que sea que lo estaba molestando.

Mientras tanto, en su habitación, Kyabe se sentía abrumado por la culpa. Sabía que debía decirle la verdad a Akira, pero tenía miedo de perderla. Con un suspiro pesado, decidió que enfrentaría sus errores en algún momento, pero no hoy.

Con esos pensamientos, ambos se fueron a dormir, con la esperanza de que el próximo día trajera un poco de claridad y paz a sus vidas.

AKIRA LA HIJA JAMAS CONTADA DE VEGETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora