Akira y su increible poder

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Akira, con gran esfuerzo, comenzó a levantarse. Sus movimientos eran lentos y dolorosos, pero su determinación era inquebrantable. Liaf, sorprendido por su resistencia, retrocedió unos pasos, observándola mientras se ponía de pie, aunque muy débilmente.

**Liaf:** —Eres muy orgullosa, Akira. ¿Estás segura de que no quieres reconsiderar? Ser mi esposa no es una mala idea.

Akira lo miró con una mezcla de cansancio y desprecio. Cada palabra de Liaf la impulsaba a mantenerse en pie, a no ceder ante su arrogancia.

**Akira:** —Prefiero... morir de pie... que vivir de rodillas ante alguien como tú.

Liaf sonrió, pero en su interior comenzaba a sentir que Akira no era alguien que pudiera doblegarse fácilmente. Sin embargo, su arrogancia no lo dejaba aceptar la realidad de lo que estaba ocurriendo.

**Liaf:** —Tienes espíritu, lo admito. Pero eso no cambia el hecho de que estás al borde de la derrota. No tiene sentido seguir luchando.

Akira respiró hondo, recuperando lentamente su compostura. A pesar del dolor que la consumía, sus ojos brillaban con una feroz determinación.

**Akira:** —No subestimes... a alguien... que aún tiene algo por lo que luchar.

Las palabras de Broly resonaban en su mente, dándole la fuerza que necesitaba para continuar. Akira se preparó para lo que podría ser su último esfuerzo, dispuesta a demostrar que no era alguien que se rendiría tan fácilmente.

Mientras Akira luchaba por mantenerse en pie y reunir todas sus fuerzas para el combate, en lo alto, en el palco de los dioses, los dos Zen’ō, del futuro y del pasado, se miraron mutuamente con expresión de preocupación. A pesar de su habitual comportamiento juguetón, la gravedad de la situación les había hecho comprender lo que estaba en juego.

**Zen’ō del futuro:** —Akira es nuestra única esperanza.

**Zen’ō del pasado:** —Si no gana... podríamos desaparecer. Todo podría desaparecer.

Los dos Zen’ō se estremecieron al pensar en lo que eso significaba. Nunca antes habían sentido tanta ansiedad, pero ahora, observando a Akira en su lucha desesperada, comprendían que el destino de todo el multiverso estaba en manos de esta joven guerrera.

**Zen’ō del futuro:** —Ella debe ganar, ¿verdad?

**Zen’ō del pasado:** —Sí... ella debe ganar.

Ambos dioses pequeños, con sus grandes ojos fijos en la batalla, comenzaron a emitir una luz brillante, como si su energía estuviera conectándose de alguna manera con Akira, enviándole todo el apoyo que podían desde su posición.

Liaf, con una sonrisa arrogante, observó a Akira, Se acercó un poco más a ella, intentando intimidarla con su presencia y poder.

**Liaf:** —Akira, en mi dimensión tengo un poder inmenso. Podría darte lo que quisieras, riquezas, influencia... todo lo que una mujer podría desear.

Akira lo miró fijamente, y a pesar del dolor que aún sentía, dejó escapar una risa burlona.

**Akira:** —¿De verdad crees que soy fácil de impresionar? ¿Que tu poder y tus promesas van a hacer que me someta a ti?

Akira se acercó más a Liaf, cada paso resonando con su renovada confianza. Liaf la observaba, intrigado y sorprendido por su audacia.

**Akira:** —Soy una mujer fuerte, bonita... y, por si no lo sabías, mi madre es considerada una de las mujeres más ricas del planeta Tierra. Crecí sin necesitar que alguien me diera lo que deseo. Entonces, dime, ¿crees que me rebajaría a alguien como tú? Ni siquiera eres apuesto.

AKIRA LA HIJA JAMAS CONTADA DE VEGETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora