AKIRA LA HIJA JAMAS CONTADA DE VEGETA.

Problemas

Después de la cena, todos se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Bulma se encargaba del pequeño Vegeta, quien dormía tranquilo en su cuna, mientras Akira, como de costumbre, mostraba poco interés por su hijo.

Al llegar a su habitación, Akira se despojó de su ropa y tomó una larga ducha caliente, tratando de relajarse. El agua corría sobre su piel mientras intentaba despejar su mente. Pero aunque el agua la reconfortaba, su mente seguía atormentada por las emociones contradictorias que sentía hacia Broly. Al salir, se envolvió en una toalla y se acostó en la gran cama, suspirando profundamente, deseando poder dejar todo atrás.

Minutos después, la puerta se abrió y Broly entró en la habitación, con el ceño fruncido pero decidido. Miró a Akira acostada en la cama, y con una voz firme, dijo:

Broly (serio, pero controlado): "Akira, tenemos que hablar."

Akira (sin mirarlo, cubriéndose con las sábanas): "No quiero. Tengo sueño."

Broly (frunciendo el ceño, dando un paso más cerca de la cama): "Eres mi esposa, Akira. Tienes que escucharme. No podemos seguir así."

Akira (incorporándose lentamente y mirándolo desafiante, con los brazos cruzados): "¿Escucharte? ¿De qué sirve? Ya escuché suficientes excusas, Broly. Te fuiste. No estuviste cuando te necesitaba. ¿Qué más hay que decir?"

Broly (con tono de arrepentimiento): "Lo sé, Akira. Sé que te fallé. Pero no sabía que nuestro hijo nacería tan pronto. Y sobre lo de Aise, ya dejé claro que no quiero nada con ella. Solo estaba entrenando, nada más."

Akira (con frialdad, cruzando los brazos aún más fuerte): "¿Nada más? Entrenabas con alguien que juró vengarse de mí. Alguien que te quiere para sí misma. ¿Y crees que eso está bien?"

Broly (con sinceridad en los ojos): "No lo pensé en ese momento. Estaba concentrado en hacerme más fuerte para ti... para protegerte, para proteger a nuestra familia. Pero entiendo cómo te sientes, y lo siento, de verdad."

Akira (mirándolo de arriba abajo, con una mezcla de tristeza y orgullo que no podía sacudirse): "Tal vez lo sientas, pero tu disculpa no cambia nada. Casi muero en el parto, Broly. Y tú no estabas aquí. Todos estaban... menos tú."

Broly (dando un paso hacia ella, con una expresión desesperada): "¡Akira, aquí estoy ahora! No quiero seguir perdiendo tiempo. Vine corriendo en cuanto supe que algo estaba mal."

Akira (con un suspiro profundo, mirando hacia la ventana): "Pero no es lo mismo... nunca será lo mismo. Ya no sé si puedo perdonarte. Mi orgullo no me deja."

Broly (con los ojos fijos en ella, acercándose más): "Te entiendo, pero por favor... dame una oportunidad. Te amo, Akira. Haré lo que sea necesario para que me perdones. Solo dime qué necesitas."

Akira (con voz dura, pero vacilando al ver la sinceridad en sus ojos): "No sé si quiero que sigas aquí esta noche."

Broly (decidido, cruzando los brazos): "Pues me quedaré. No hay otra habitación, y esta es nuestra habitación. Aunque no me perdones ahora, no me iré. Me quedaré a tu lado, aunque sea en silencio."

Akira (rodando los ojos, fastidiada): "Está bien, quédate. Pero ni se te ocurra hacer ningún tipo de contacto Saiyajin conmigo. No estamos en buenos términos, y no quiero nada de ti esta noche."

Broly (con una leve sonrisa, aunque triste): "No haré nada que no quieras. Lo prometo."

Akira (mirándolo una vez más, antes de volverse hacia la pared): "Bien. Entonces duerme en silencio. Eso es todo lo que necesito por ahora."

Broly se quitó su armadura y se sentó al borde de la cama. Mientras la tensión entre ambos llenaba el aire, él no pudo evitar mirar a Akira, quien, aunque aún estaba enojada, seguía siendo la mujer que amaba profundamente. El Saiyajin se acomodó en la cama, sabiendo que esa noche no sería fácil, pero decidido a quedarse a su lado.