32. Andábamos.

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MARATÓN 1/3

Me quede ahí sentada reflexionando en las palabras de Gabriel, es verdad que últimamente me tomo todo muy a la ligera cuando en realidad existen cosas con las que debo de ser más seria, me he estado pasando de la raya y no lo notaba.

Entro a la casa, subo directamente hasta su habitación pero no esta, lo busco en las de sus hermanas pero tampoco, me estreso una vez que ya busque en cada rincón de la casa y no esta por ningún lado.

Así que tomo la decisión de salir a buscarlo a la playa, sin obtener éxito regreso a la casa preocupada, pues no sé donde se metió y realmente me importa arreglar las cosas con él.

Gabito se quedo a unas cuadras de aquí en las tiendas -me dice Fede- supongo que lo estás buscando

Si de hecho sí, ¿Dónde dices que se quedo?

En cuanto mi hermano me explica como llegar hasta donde se quedo Gabriel salgo hacia allá, camino por las pequeñas calles donde venden un sinfín de cosas hasta que lo veo frente a un ventanal con su vista perdida en el interior de la tienda.

Camino hasta él, cuando estoy cerca logro ver que está mirando una tienda de bebés, sonrió enternecida pero rápidamente recuerdo para que estoy aquí.

Hey, no me gusta que pienses que no me interesa la relación, la boda, nuestro futuro, es lo más importante en mi cabeza y corazón -digo tratando de agarrar su mano pero la quita-

Jimena, ¿estás segura de casarte conmigo? -pregunta girándose para estar frente a frente-

Completamente, sino, no hubiese aceptado y lo sabes, no aceptaría solo por vergüenza, compasión o lo que sea -le digo fastidiada- si acepté es porque te amo Gabriel, porque quiero formar una familia contigo, porque para mí tu eres una oración contestada por Dios -explico con lágrimas en los ojos-

Mi intención no es hacerte sentir mal Jimena, no quiero verte llorar -dice limpiando las lágrimas de mis mejillas-

Lloro porque me frustra que por mis errores del pasado siempre creas que voy a tirar todo -lo miro aún llorando-

No dudo de ti Jimena, ni de tu amor, pero quiero que seas honesta con lo que quieres, si no es el momento para ti, si quieres esperarte, lo que sea, porque no quiero que el día de mañana te levantes un día pensando en lo que sea menos en nuestro hogar, no quiero divorciarme en uno o tres años porque nos dimos cuenta que desde el principio no íbamos para el mismo lado -suspiro, Gabriel está hablando desde sus inseguridades-

Soy honesta con lo que quiero Gabriel, desde hace tiempo, cuando estaba en depresión he querido lo mismo contigo desde siempre... ahora estoy sana, completamente cuerda, sé lo que quiero y lo que no -explico mi sentir-

Tú sabes que yo fui criado de una manera en especial -asiento- yo me voy a casa una sola vez en la vida Jimena y quiero que sea para siempre -lo miro-

Y será para siempre, si hubiera un solo motivo que me hiciera sentir que no debo casarme contigo, te lo diría de inmediato, pero no es así, yo quiero compartir nuestra vida juntos -él asiente-

Perdóname amor, pero de verdad me da mucho miedo perderte, que no estemos en el mismo canal -explica con los ojos brillosos-

Estamos en el mismo canal Gabriel, perdón por bromear con el tema de nuestro hogar, estaría feliz de que vivamos en Sonora, porque me gusta tu ciudad, sus costumbres, que estamos cerca de tu familia, ahí están tus amigos, tu estudio -digo enlistando las cosas que sé que lo hacen feliz-

Si, está todo lo mío. ¿Y lo tuyo amor? Tampoco se trata de que te sacrifiques por hacerme feliz -dice ahora si sosteniendo mi mano-

Bueno a ti con nada te tengo contento -sonrió pero inmediatamente vuelvo a estar seria al ver que no le causa gracia-

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